/ lunes 28 de diciembre de 2020

El universo de Maxwell | El pequeño planeta

El catorce de julio de 2015 la sonda espacial New Horizons transmitió las primeras imágenes de Plutón. Fue el punto culminante de un viaje de casi cinco mil millones de kilómetros, que duró nueve años, y costó setecientos millones de dólares.

En esta ocasión comentaremos sobre el descubrimiento de este cuerpo celeste.

LOS MARCIANOS

Percival Lowell nació el 13 de marzo de 1855 en Boston, Estados Unidos de América. Se graduó en la Universidad de Harvard y se desempeñó como escritor, matemático, diplomático, hombre de negocios y astrónomo. Estableció el Observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona. Sostuvo la teoría de que Marte estaba habitado por una civilización avanzada que había construido unos canales para llevar agua de los polos a la zona ecuatorial del planeta.

La imagen popular sobre los marcianos proviene de las teorías de Lowell. Sin embargo, años después fueron descartadas con base en las evidencias. Esto afectó su imagen como científico, por lo que, al final de su vida, se dedicó a la búsqueda de un noveno planeta en el sistema solar, que llamó “Planeta X”. Su investigación se basaba en el hecho de que, según sus cálculos, las órbitas estimadas de Urano y Neptuno presentaban alteraciones, que sólo podían ser causadas por la masa de otro planeta.

Percival Lowell murió el 12 de noviembre de 1916, en Arizona. Aunque su teoría era errónea, ya que el nuevo planeta resultó tener muy poca masa para afectar las órbitas de Urano y Neptuno –en realidad las alteraciones se debían a errores en el cálculo de la masa de este último–, dio lugar a su descubrimiento, el cual se llevaría a cabo catorce años después de su fallecimiento.

EL NIÑO DE RANCHO

Clyde William Tombaugh nació el 4 de febrero de 1906, en un rancho de Illinois, Estados Unidos. Su interés por la astronomía nació cuando observó las estrellas por primera vez a través de un pequeño telescopio que le prestó su tío. Al graduarse del bachillerato, construye su primer equipo para observar el cielo –inspirado por un artículo en la revista Popular Astronomy–, mediante el uso del cigüeñal de un coche Buick modelo 1910, de su padre, y material de desecho de la granja.

En 1928 envía unos dibujos de sus observaciones de Júpiter y Marte al Observatorio Lowell. Aunque sólo buscaba una opinión sobre sus investigaciones, en ese tiempo el observatorio buscaba un joven aprendiz que aceptara realizar la pesada y rutinaria labor de tomar y analizar fotografías del cielo, por lo que le ofreció trabajo. El padre de Tombaugh acepta que tome el puesto, ya que pasaban una mala temporada debido a una granizada que había arruinado las cosechas.

El joven ranchero Tombaugh deja su hogar el 14 de enero de 1929; su padre le aconseja que continúe con sus estudios, que se vuelva un hombre de provecho y que se cuide de las mujeres fáciles. Pronto se gana el respeto y la confianza de sus jefes en el observatorio, por lo que le encargan la labor de localizar el Planeta X. El 18 de febrero de 1930, mientras examinaba dos placas fotográficas tomadas con seis días de diferencia, observó que un pequeño punto luminoso se había movido, e inmediatamente supo que era el Planeta X.

En 1932 Tombaugh ingresó a la Universidad de Kansas a estudiar astronomía, y en 1939 obtuvo la maestría en la misma institución. En 1934 contrajo nupcias con Patricia Edson. El matrimonio tuvo dos hijos y duró más de sesenta años.

EL BAUTIZO

El 14 de marzo de 1930, la pequeña niña de once años, Venetia Phair, desayunaba junto con su abuelo, en su casa de Oxford, Inglaterra. Un artículo del Times llamó su atención, decía que se acababa de descubrir un nuevo planeta, y buscaban un nombre adecuado.

Venetia había estudiado la mitología griega y romana, así que propuso el nombre de “Plutón” –el dios romano del inframundo, quien tenía el poder de volverse invisible–. Parecía muy adecuado para ese planeta lejano y oscuro. Su tío quedó tan impresionado con la sugerencia de la niña que se comunicó con un amigo suyo, quien era profesor de astronomía en la Universidad de Oxford. Él a su vez transmitió el mensaje al Observatorio Lowell.

La idea le pareció excelente a Tombaugh y a todos los astrónomos del observatorio, ya que además de que continuaba con la tradición de usar seres mitológicos para nombrar a los planetas, las dos primeras letras eran las iniciales de Percival Lowell, quien predijo su descubrimiento.

El primero de mayo de 1930 el nuevo planeta recibió el nombre de “Plutón”. Venetia recibió un cheque de cinco libras de su tío como regalo, y el honor de ser la única mujer en toda la historia que ha nombrado un planeta. Lo único que le molestaba era que la gente pensara que el nombre se debía al perro de Disney, “Pluto” (Plutón, en inglés). Venetia Phair falleció el 30 de abril de 2009.

EL PLANETA ENANO

Después de una gran controversia –en la que participó el científico y divulgador Neil deGrasse Tyson–, la Unión Astronómica Internacional determinó, en agosto de 2006, que Plutón no cumplía con las características que definen a un planeta, en cuanto a su tamaño, masa y órbita, por lo que fue catalogado como “planeta enano”. Por lo tanto, los libros de texto debieron corregirse, ya que el Sistema Solar se compone de ocho planetas únicamente (aunque el debate continúa).

LA SONDA ESPACIAL

El 19 de enero de 2006, el cohete espacial Atlas V despegó de la base de Cabo Cañaveral, en Florida. Su misión consistía en lanzar la sonda espacial New Horizons, la cual realizaría un viaje de casi cinco mil millones de kilómetros, con el fin de fotografiar Plutón. Durante su trayecto aprovechó el impulso dado por su paso por Júpiter (que le ahorró cuatro años de viaje), y por fin, el 14 de julio de 2015 –tal como estaba calculado- alcanzó su punto más cercano a Plutón, y envío a la Tierra las primeras imágenes del planeta enano (las cuales tardaron cuatro horas y media en llegar). Debido a que no contaba con combustible suficiente, no pudo orbitar alrededor de Plutón, por lo que solo tenía una oportunidad para analizarlo.

EL LEGADO

Tombaugh descubrió, además de Plutón, decenas de asteroides. Después de su trabajo en el Observatorio Lowell, fue profesor de la Universidad del Estado de Nuevo México. Al retirarse, continuó con sus observaciones astronómicas desde su casa (en cierta ocasión, el Instituto Smithsoniano le solicitó su telescopio para el museo, pero él respondió que no podía dárselos todavía, ya que lo seguía utilizando).

Clyde William Tombaugh falleció el 17 de enero de 1997, en Las Cruces, Nuevo México. La sonda New Horizons continuará con su viaje más allá del Sistema Solar, durante miles de años. En su interior lleva una pequeña caja con las cenizas de Tombaugh, por lo que el descubridor de Plutón descansará entre las estrellas.

E-mail: rodolfoechavarria@

eluniversodemaxwell.com

El catorce de julio de 2015 la sonda espacial New Horizons transmitió las primeras imágenes de Plutón. Fue el punto culminante de un viaje de casi cinco mil millones de kilómetros, que duró nueve años, y costó setecientos millones de dólares.

En esta ocasión comentaremos sobre el descubrimiento de este cuerpo celeste.

LOS MARCIANOS

Percival Lowell nació el 13 de marzo de 1855 en Boston, Estados Unidos de América. Se graduó en la Universidad de Harvard y se desempeñó como escritor, matemático, diplomático, hombre de negocios y astrónomo. Estableció el Observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona. Sostuvo la teoría de que Marte estaba habitado por una civilización avanzada que había construido unos canales para llevar agua de los polos a la zona ecuatorial del planeta.

La imagen popular sobre los marcianos proviene de las teorías de Lowell. Sin embargo, años después fueron descartadas con base en las evidencias. Esto afectó su imagen como científico, por lo que, al final de su vida, se dedicó a la búsqueda de un noveno planeta en el sistema solar, que llamó “Planeta X”. Su investigación se basaba en el hecho de que, según sus cálculos, las órbitas estimadas de Urano y Neptuno presentaban alteraciones, que sólo podían ser causadas por la masa de otro planeta.

Percival Lowell murió el 12 de noviembre de 1916, en Arizona. Aunque su teoría era errónea, ya que el nuevo planeta resultó tener muy poca masa para afectar las órbitas de Urano y Neptuno –en realidad las alteraciones se debían a errores en el cálculo de la masa de este último–, dio lugar a su descubrimiento, el cual se llevaría a cabo catorce años después de su fallecimiento.

EL NIÑO DE RANCHO

Clyde William Tombaugh nació el 4 de febrero de 1906, en un rancho de Illinois, Estados Unidos. Su interés por la astronomía nació cuando observó las estrellas por primera vez a través de un pequeño telescopio que le prestó su tío. Al graduarse del bachillerato, construye su primer equipo para observar el cielo –inspirado por un artículo en la revista Popular Astronomy–, mediante el uso del cigüeñal de un coche Buick modelo 1910, de su padre, y material de desecho de la granja.

En 1928 envía unos dibujos de sus observaciones de Júpiter y Marte al Observatorio Lowell. Aunque sólo buscaba una opinión sobre sus investigaciones, en ese tiempo el observatorio buscaba un joven aprendiz que aceptara realizar la pesada y rutinaria labor de tomar y analizar fotografías del cielo, por lo que le ofreció trabajo. El padre de Tombaugh acepta que tome el puesto, ya que pasaban una mala temporada debido a una granizada que había arruinado las cosechas.

El joven ranchero Tombaugh deja su hogar el 14 de enero de 1929; su padre le aconseja que continúe con sus estudios, que se vuelva un hombre de provecho y que se cuide de las mujeres fáciles. Pronto se gana el respeto y la confianza de sus jefes en el observatorio, por lo que le encargan la labor de localizar el Planeta X. El 18 de febrero de 1930, mientras examinaba dos placas fotográficas tomadas con seis días de diferencia, observó que un pequeño punto luminoso se había movido, e inmediatamente supo que era el Planeta X.

En 1932 Tombaugh ingresó a la Universidad de Kansas a estudiar astronomía, y en 1939 obtuvo la maestría en la misma institución. En 1934 contrajo nupcias con Patricia Edson. El matrimonio tuvo dos hijos y duró más de sesenta años.

EL BAUTIZO

El 14 de marzo de 1930, la pequeña niña de once años, Venetia Phair, desayunaba junto con su abuelo, en su casa de Oxford, Inglaterra. Un artículo del Times llamó su atención, decía que se acababa de descubrir un nuevo planeta, y buscaban un nombre adecuado.

Venetia había estudiado la mitología griega y romana, así que propuso el nombre de “Plutón” –el dios romano del inframundo, quien tenía el poder de volverse invisible–. Parecía muy adecuado para ese planeta lejano y oscuro. Su tío quedó tan impresionado con la sugerencia de la niña que se comunicó con un amigo suyo, quien era profesor de astronomía en la Universidad de Oxford. Él a su vez transmitió el mensaje al Observatorio Lowell.

La idea le pareció excelente a Tombaugh y a todos los astrónomos del observatorio, ya que además de que continuaba con la tradición de usar seres mitológicos para nombrar a los planetas, las dos primeras letras eran las iniciales de Percival Lowell, quien predijo su descubrimiento.

El primero de mayo de 1930 el nuevo planeta recibió el nombre de “Plutón”. Venetia recibió un cheque de cinco libras de su tío como regalo, y el honor de ser la única mujer en toda la historia que ha nombrado un planeta. Lo único que le molestaba era que la gente pensara que el nombre se debía al perro de Disney, “Pluto” (Plutón, en inglés). Venetia Phair falleció el 30 de abril de 2009.

EL PLANETA ENANO

Después de una gran controversia –en la que participó el científico y divulgador Neil deGrasse Tyson–, la Unión Astronómica Internacional determinó, en agosto de 2006, que Plutón no cumplía con las características que definen a un planeta, en cuanto a su tamaño, masa y órbita, por lo que fue catalogado como “planeta enano”. Por lo tanto, los libros de texto debieron corregirse, ya que el Sistema Solar se compone de ocho planetas únicamente (aunque el debate continúa).

LA SONDA ESPACIAL

El 19 de enero de 2006, el cohete espacial Atlas V despegó de la base de Cabo Cañaveral, en Florida. Su misión consistía en lanzar la sonda espacial New Horizons, la cual realizaría un viaje de casi cinco mil millones de kilómetros, con el fin de fotografiar Plutón. Durante su trayecto aprovechó el impulso dado por su paso por Júpiter (que le ahorró cuatro años de viaje), y por fin, el 14 de julio de 2015 –tal como estaba calculado- alcanzó su punto más cercano a Plutón, y envío a la Tierra las primeras imágenes del planeta enano (las cuales tardaron cuatro horas y media en llegar). Debido a que no contaba con combustible suficiente, no pudo orbitar alrededor de Plutón, por lo que solo tenía una oportunidad para analizarlo.

EL LEGADO

Tombaugh descubrió, además de Plutón, decenas de asteroides. Después de su trabajo en el Observatorio Lowell, fue profesor de la Universidad del Estado de Nuevo México. Al retirarse, continuó con sus observaciones astronómicas desde su casa (en cierta ocasión, el Instituto Smithsoniano le solicitó su telescopio para el museo, pero él respondió que no podía dárselos todavía, ya que lo seguía utilizando).

Clyde William Tombaugh falleció el 17 de enero de 1997, en Las Cruces, Nuevo México. La sonda New Horizons continuará con su viaje más allá del Sistema Solar, durante miles de años. En su interior lleva una pequeña caja con las cenizas de Tombaugh, por lo que el descubridor de Plutón descansará entre las estrellas.

E-mail: rodolfoechavarria@

eluniversodemaxwell.com