/ domingo 8 de agosto de 2021

El universo de Maxwell | Emmy Noether

A continuación comentaremos sobre la vida de una gran matemática, quien enunció un teorema que relaciona dos conceptos fundamentales de la física: la simetría y la ley de la conservación de la energía.

Emmy Noether nació el 23 de marzo de 1882 en Erlangen, Alemania, en el seno de una familia judía que tenía matemáticos por tres generaciones. Su padre, Max Noether, había obtenido el doctorado y era un reconocido profesor en la universidad de esa ciudad, mientras que su madre provenía de una familia acomodada de comerciantes.

Era la mayor de cuatro hermanos: uno de ellos completó un doctorado en química, mientras que otro estudió matemáticas. Desde muy pequeña destacó en la escuela, en especial cuando resolvió un complicado problema en el salón de clases. Aprendió lo normal para las mujeres de esa época: lavar, cocinar, tocar el piano. Además, tomó clases de idiomas, disciplina en la cual también tenía un desempeño sobresaliente.

En 1900 obtuvo su certificado como profesora de inglés y francés, y podía dedicarse a enseñar idiomas en una academia para señoritas. Esto, complementado con lo aprendido para llevar a cabo la atención de un hogar, le aseguraba un buen matrimonio y una vida tranquila. Sin embargo, Emmy deseaba aprender ciencias físicas y matemáticas, algo vedado para las mujeres en esa época.

Respecto a su insistencia en estudiar ciencias, Emmy recordaría años después: “No deja de ser irónico que tuviera que pedir permiso para aprender matemáticas; no tuve que pedirlo para aprender a cocinar o tocar el piano”.

ESTUDIOS

En esos años, en Alemania no les estaba permitido a las mujeres ingresar a la universidad. Las autoridades habían declarado que incluirlas sería “trastornar todo el orden académico”. Sólo eran aceptadas extraoficialmente como oyentes, y esto con la previa autorización de cada profesor. Emmy asiste a las clases que impartía su padre en la Universidad de Erlangen, y posteriormente a varias más. Era una de las dos mujeres estudiantes entre mil alumnos varones.

Después de asistir a la universidad entre 1900 y 1902, Emmy presenta el examen de graduación en 1903 y se le otorga el grado de licenciatura. Posteriormente, se traslada a la Universidad de Gotinga, donde también toma clases como oyente y conoce al matemático David Hilbert. Regresó a la Universidad de Erlangen en 1904 y se inscribió en el doctorado, gracias a que ya se les había otorgado el derecho a matricularse a las mujeres.

LA PROFESORA

Emmy Noether obtuvo el grado de doctora en 1907, y comenzó a laborar como profesora en la misma universidad. Sin embargo, no recibía salario, ya que, aunque se les concedió a las mujeres el derecho a los estudios superiores, todavía no se aceptaba ni era bien visto tener a una mujer como profesora universitaria.

Trabajó durante ocho años sin recibir un centavo, principalmente cubría a su padre –quien ya estaba enfermo–, hasta que en 1915 emigra a la Universidad de Gotinga, a invitación de Hilbert. Aquí vuelve a sufrir la misma discriminación, ya que la mayoría de los profesores se opusieron a su contratación.

Corrían los años de la Primera Guerra Mundial, y uno de los colegas de Hilbert exclamó: “¿Qué pensarán nuestros soldados cuando regresen a la universidad y se encuentren con que se les exige aprender a los pies de una mujer?”, a lo que el gran matemático contestó indignado: “No veo que el sexo de un candidato sea un argumento en contra de su admisión. Somos una universidad, no un baño sauna”.

Emmy impartió clases de forma extraoficial –sin recibir sueldo– durante cuatro años más, como asistente de Hilbert. Al término de la Guerra, se realizaron varios cambios en Alemania, entre ellos el reconocimiento a ciertos derechos de las mujeres. Por lo tanto, fue contratada como profesora asistente con un pequeño salario.

Además de ser mujer, Emmy reunía otras características que no eran bien vistas en la Alemania de esa época: judía, pacifista, y sentía simpatía por el comunismo. Incluso, fue profesora visitante en la Universidad de Moscú en el año académico 1928-1929.

Emmy casi nunca seguía un plan preestablecido en sus clases, prefería la discusión espontánea sobre los temas. Era una apasionada de su trabajo, incluso daba clases en la cafetería cuando el edificio principal estaba cerrado en los días festivos. No cuidaba demasiado su apariencia personal y nunca tuvo muchas posesiones. Sus alumnos (varones, la mayoría) eran conocidos como los “Noether boys”.

Formó a varias generaciones de investigadores en física y matemáticas. Sus alumnos recordaban su carácter generoso, ya que cedía muchas de sus ideas para que otros las desarrollaran.

APORTACIONES

Emmy realizó contribuciones muy importantes en matemáticas, principalmente en el campo del álgebra abstracta, además de brindar nuevos conceptos en topología algebraica. Su principal aportación es el “Teorema de Noether”, el cual relaciona la simetría en la naturaleza con la conservación de la energía.

Dicho teorema resultó de una importancia fundamental para las matemáticas y la física teórica. Albert Einstein colocó a Emmy entre las mayores físico-matemáticas, y posteriormente llegó el reconocimiento de la comunidad académica internacional.

NAZISMO

Sin embargo, con el ascenso al poder de Adolf Hitler en Alemania, en 1933, llegó una época oscura que trajo las consecuencias funestas que todos conocemos. Los judíos fueron removidos de cualquier puesto en el Gobierno y en las universidades. Emmy fue expulsada de la Universidad de Gotinga.

Los seguidores de Hilter gritaban: “¡Los estudiantes arios queremos profesores arios, no profesores judíos!”. Emmy continuó con la asesoría a los alumnos en su casa, pero después fue obligada a abandonar Alemania, junto con una gran cantidad de científicos judíos.

Emigró a los Estados Unidos de América en 1933, obtuvo un puesto como profesora en el Bryn Mawr College, y posteriormente laboró en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, donde también tuvo que enfrentarse a ideas machistas.

LEGADO

La nueva vida de Emmy en los Estados Unidos duró poco. En 1935 le fueron detectados unos quistes en los ovarios y unos tumores en el útero. Fue operada con éxito, pero sufrió complicaciones postoperatorias debidas a una infección. Emmy Noether falleció el 14 de abril de 1935, a los 53 años.

Dejemos aquí el reconocimiento a esta gran mujer, quien, a pesar de enfrentarse a una abierta discriminación y de no cobrar un solo centavo durante décadas por su labor como profesora-investigadora, nos legó un teorema matemático muy importante, además de grandes aportaciones a la ciencia, y a la formación de varias generaciones de investigadores.

rodolfoechavarria@eluniversodemaxwell.com

A continuación comentaremos sobre la vida de una gran matemática, quien enunció un teorema que relaciona dos conceptos fundamentales de la física: la simetría y la ley de la conservación de la energía.

Emmy Noether nació el 23 de marzo de 1882 en Erlangen, Alemania, en el seno de una familia judía que tenía matemáticos por tres generaciones. Su padre, Max Noether, había obtenido el doctorado y era un reconocido profesor en la universidad de esa ciudad, mientras que su madre provenía de una familia acomodada de comerciantes.

Era la mayor de cuatro hermanos: uno de ellos completó un doctorado en química, mientras que otro estudió matemáticas. Desde muy pequeña destacó en la escuela, en especial cuando resolvió un complicado problema en el salón de clases. Aprendió lo normal para las mujeres de esa época: lavar, cocinar, tocar el piano. Además, tomó clases de idiomas, disciplina en la cual también tenía un desempeño sobresaliente.

En 1900 obtuvo su certificado como profesora de inglés y francés, y podía dedicarse a enseñar idiomas en una academia para señoritas. Esto, complementado con lo aprendido para llevar a cabo la atención de un hogar, le aseguraba un buen matrimonio y una vida tranquila. Sin embargo, Emmy deseaba aprender ciencias físicas y matemáticas, algo vedado para las mujeres en esa época.

Respecto a su insistencia en estudiar ciencias, Emmy recordaría años después: “No deja de ser irónico que tuviera que pedir permiso para aprender matemáticas; no tuve que pedirlo para aprender a cocinar o tocar el piano”.

ESTUDIOS

En esos años, en Alemania no les estaba permitido a las mujeres ingresar a la universidad. Las autoridades habían declarado que incluirlas sería “trastornar todo el orden académico”. Sólo eran aceptadas extraoficialmente como oyentes, y esto con la previa autorización de cada profesor. Emmy asiste a las clases que impartía su padre en la Universidad de Erlangen, y posteriormente a varias más. Era una de las dos mujeres estudiantes entre mil alumnos varones.

Después de asistir a la universidad entre 1900 y 1902, Emmy presenta el examen de graduación en 1903 y se le otorga el grado de licenciatura. Posteriormente, se traslada a la Universidad de Gotinga, donde también toma clases como oyente y conoce al matemático David Hilbert. Regresó a la Universidad de Erlangen en 1904 y se inscribió en el doctorado, gracias a que ya se les había otorgado el derecho a matricularse a las mujeres.

LA PROFESORA

Emmy Noether obtuvo el grado de doctora en 1907, y comenzó a laborar como profesora en la misma universidad. Sin embargo, no recibía salario, ya que, aunque se les concedió a las mujeres el derecho a los estudios superiores, todavía no se aceptaba ni era bien visto tener a una mujer como profesora universitaria.

Trabajó durante ocho años sin recibir un centavo, principalmente cubría a su padre –quien ya estaba enfermo–, hasta que en 1915 emigra a la Universidad de Gotinga, a invitación de Hilbert. Aquí vuelve a sufrir la misma discriminación, ya que la mayoría de los profesores se opusieron a su contratación.

Corrían los años de la Primera Guerra Mundial, y uno de los colegas de Hilbert exclamó: “¿Qué pensarán nuestros soldados cuando regresen a la universidad y se encuentren con que se les exige aprender a los pies de una mujer?”, a lo que el gran matemático contestó indignado: “No veo que el sexo de un candidato sea un argumento en contra de su admisión. Somos una universidad, no un baño sauna”.

Emmy impartió clases de forma extraoficial –sin recibir sueldo– durante cuatro años más, como asistente de Hilbert. Al término de la Guerra, se realizaron varios cambios en Alemania, entre ellos el reconocimiento a ciertos derechos de las mujeres. Por lo tanto, fue contratada como profesora asistente con un pequeño salario.

Además de ser mujer, Emmy reunía otras características que no eran bien vistas en la Alemania de esa época: judía, pacifista, y sentía simpatía por el comunismo. Incluso, fue profesora visitante en la Universidad de Moscú en el año académico 1928-1929.

Emmy casi nunca seguía un plan preestablecido en sus clases, prefería la discusión espontánea sobre los temas. Era una apasionada de su trabajo, incluso daba clases en la cafetería cuando el edificio principal estaba cerrado en los días festivos. No cuidaba demasiado su apariencia personal y nunca tuvo muchas posesiones. Sus alumnos (varones, la mayoría) eran conocidos como los “Noether boys”.

Formó a varias generaciones de investigadores en física y matemáticas. Sus alumnos recordaban su carácter generoso, ya que cedía muchas de sus ideas para que otros las desarrollaran.

APORTACIONES

Emmy realizó contribuciones muy importantes en matemáticas, principalmente en el campo del álgebra abstracta, además de brindar nuevos conceptos en topología algebraica. Su principal aportación es el “Teorema de Noether”, el cual relaciona la simetría en la naturaleza con la conservación de la energía.

Dicho teorema resultó de una importancia fundamental para las matemáticas y la física teórica. Albert Einstein colocó a Emmy entre las mayores físico-matemáticas, y posteriormente llegó el reconocimiento de la comunidad académica internacional.

NAZISMO

Sin embargo, con el ascenso al poder de Adolf Hitler en Alemania, en 1933, llegó una época oscura que trajo las consecuencias funestas que todos conocemos. Los judíos fueron removidos de cualquier puesto en el Gobierno y en las universidades. Emmy fue expulsada de la Universidad de Gotinga.

Los seguidores de Hilter gritaban: “¡Los estudiantes arios queremos profesores arios, no profesores judíos!”. Emmy continuó con la asesoría a los alumnos en su casa, pero después fue obligada a abandonar Alemania, junto con una gran cantidad de científicos judíos.

Emigró a los Estados Unidos de América en 1933, obtuvo un puesto como profesora en el Bryn Mawr College, y posteriormente laboró en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, donde también tuvo que enfrentarse a ideas machistas.

LEGADO

La nueva vida de Emmy en los Estados Unidos duró poco. En 1935 le fueron detectados unos quistes en los ovarios y unos tumores en el útero. Fue operada con éxito, pero sufrió complicaciones postoperatorias debidas a una infección. Emmy Noether falleció el 14 de abril de 1935, a los 53 años.

Dejemos aquí el reconocimiento a esta gran mujer, quien, a pesar de enfrentarse a una abierta discriminación y de no cobrar un solo centavo durante décadas por su labor como profesora-investigadora, nos legó un teorema matemático muy importante, además de grandes aportaciones a la ciencia, y a la formación de varias generaciones de investigadores.

rodolfoechavarria@eluniversodemaxwell.com