/ domingo 10 de julio de 2022

El universo de Maxwell | Mario Ponce

Mario Ponce Silva nació en San Luis Potosí, capital del estado del mismo nombre, el 24 de mayo de 1970. El menor de los ocho hijos del matrimonio formado por Domingo Ponce Govea y Perfecta Silva Torres. Su padre creció en una hacienda de Pueblo Viejo, Veracruz, donde aprendió a sembrar, pescar, hacer carbón, desmontar los terrenos, entre otras cosas, lo que le dio un espíritu de autosuficiencia que fue transmitido a todos sus hijos.

Posteriormente, el señor Domingo se trasladó a San Luis Potosí, donde descubrió que las habilidades desarrolladas para la vida en el campo no le servían en la ciudad. A pesar de esto, buscó la forma de ganarse la vida, consiguió una cámara y se dedicó a recorrer las rancherías para tomar fotos y vendérselas a los lugareños. Es en uno de estos viajes donde conoce a la jovencita Perfecta Silva, le propone matrimonio y se instalan en la capital potosina.

La madre de Mario fue una mujer muy trabajadora, quien dirigía el funcionamiento del hogar. Al crecer en condiciones muy difíciles, se acostumbró al trabajo duro para salir adelante. Su propio padre tuvo que contratar un profesor particular para que le enseñara a leer, ya que no había ninguna escuela en varios kilómetros a la redonda. Con el trabajo del señor Domingo como cargador en la terminal del ferrocarril, y de la señora Perfecta vendiendo ropa y comida, pudieron sacar adelante a sus ocho hijos y darles a todos una educación universitaria que ellos no pudieron tener.

Mario nació en la vieja casona de los abuelos, un lugar muy grande y con muchas habitaciones, llena de leyendas e historias de terror. La mayoría de sus siete hermanos le llevaban más de diez años, así que creció de forma independiente, aunque los mayores lo trataban como a un hijo. Tiempo después, se mudan a un barrio popular, donde convive con vecinos de familias numerosas.

Su niñez transcurrió –al igual que la de muchos niños de esa época– fuera de casa, jugando a las covachitas, el burro, el bote pateado, las canicas, el trompo, el futbol, los encantados, los listones elásticos, las escondidas, además de andar en patines y en bicicleta. El primer acercamiento a la ciencia de Mario ocurrió después de un día lluvioso, cuando se formaba una laguna afuera de su casa, se preguntaba cómo era posible que salieran de la nada tantas ranas adultas.

ESTUDIOS BÁSICOS

Estudió la primaria en la escuela Herculano Cortés. A pesar de tener un buen ejemplo en casa –todos en la familia eran excelentes estudiantes–, en sus primeros años fue un pésimo alumno.

Llegó a quinto de primaria sin saber bien las operaciones matemáticas básicas. Uno de sus hermanos se propuso ayudarlo a enderezar el camino y a ponerse al nivel de sus compañeros.

En sexto año tuvo a un buen profesor que también le ayudó a cambiar su forma de ver los estudios. Su trabajo, en conjunto con el ejemplo y apoyo de sus hermanos, contribuyó a que se convirtiera en el mejor estudiante del salón –hasta ese momento, Mario había estado convencido de que la escuela no era lo suyo–. Incluso, participó en un concurso para seleccionar al mejor alumno de la generación. Aunque los años de descuido y juegos le pasaron factura y no consiguió ganarlo, tuvo la revelación de que podía ser un buen estudiante.

Estudió en la Escuela Secundaria Camilo Arriaga, pero nuevamente las malas compañías y pasar mucho tiempo en la calle afectaron su desempeño. Se juntaba con una pandilla y los pleitos con bandas rivales eran comunes –un amigo suyo murió en uno de esos enfrentamientos–. Sin embargo, los regaños y golpes de sus padres lograron sacarlo de ese ambiente.

Ingresó al Colegio Salesiano para estudiar la Preparatoria, donde gracias a la guía de un profesor, amigo de su hermano, tuvo un buen desempeño. De todas maneras, continuaron las llamadas a la dirección por diversas faltas, tantas que terminaron por lograr que su madre, sumida en llanto, le dijera que se rendía, y que no podía hacer más por él. Es en este momento cuando Mario se promete no volver a ocasionar un disgusto a su mamá.

ESTUDIOS SUPERIORES

Ingresa a estudiar ingeniería eléctrica en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y se gradúa en 1992, dando por fin una gran satisfacción a sus padres, ya que obtiene el mejor promedio de su carrera y se gana el derecho de viajar a la Ciudad de México –con los alumnos más destacados del país– para conocer al Secretario de Educación.

Posteriormente, viaja a Cuernavaca para desarrollar su tesis de Licenciatura en el Instituto de Investigaciones Eléctricas (ahora Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias, INEEL). Trabajó en la modificación de un alternador automotriz para adaptarlo a un aerogenerador, y se dio cuenta de la importancia de la ingeniería, con la cual es posible trasladar los conocimientos teóricos a la solución de un problema.

En ese momento decide que quiere ser un investigador, así que ingresa al CENIDET para estudiar la Maestría en electrónica, en 1993. Labora bajo la asesoría del Dr. Jaime Arau en el desarrollo de un balastro electrónico basado en un amplificador clase E. Al finalizar, continúa con sus estudios de doctorado en la misma institución y sigue la misma línea de investigación. Presenta su tesis doctoral en 1999.

TRAYECTORIA

Inmediatamente después de concluir su doctorado fue contratado en el CENIDET, donde inició una línea de investigación en el tema de electrónica de potencia aplicada a los sistemas de iluminación, lo que le ha redituado ser reconocido como un experto en este tema a nivel mundial, Miembro Senior de la IEEE, Editor asociado de la revista IEEE Transactions on Power Electronics, (el referente número uno en Electrónica de Potencia en todo el mundo), y formar parte del Sistema Nacional de Investigadores.

Posee una patente explotada por la empresa Luxtronic (que ha vendido más de cien mil balastros en México), un modelo de utilidad, y sus estudiantes han ganado distintos concursos nacionales. Además, es experto en los temas de descargas eléctricas, redes resonantes y diseño magnético. Sin embargo, considera que su mayor aportación a la ciencia es el desarrollo de nuevos conceptos e índices para el análisis de flujo de energía.

VIDA PERSONAL

El científico que más admira es Nikola Tesla, pero definitivamente la persona por quien siente más admiración es su madre, pues ella le demostró que cuando se quiere es posible salir adelante aun estando en las peores condiciones. Nunca fue a la escuela, pero su determinación hizo que sus ocho hijos estudiaran una carrera y que lograran ser gente útil a la sociedad.

Creció en una ciudad, en un ambiente y en una familia profundamente católica, pero actualmente se declara agnóstico. Entre sus pasatiempos se encuentra en un lugar preponderante la lectura. También disfruta escuchar heavy metal, jugar video juegos, pasar mucho tiempo en Facebook y, cuando la salud se lo permite, jugar basquetbol. Está casado con la Dra. Claudia Cortés García, con quien tiene tres hijos. Se siente orgulloso de que su esposa y él les han transmitido su amor por la ciencia.

MENSAJE

Sus inicios en la escuela y en la ciencia fueron muy accidentados, pero le gustaría dejarles de moraleja a los jóvenes estudiantes que hoy por hoy el estudio de las disciplinas científicas, en especial las ingenierías, es uno de los caminos más seguros para mejorar su calidad de vida. Existen muchas empresas en nuestro país que trabajan con tecnología anticuada, la preparación de los jóvenes les permitirá llevar la ciencia y la tecnología a dichas empresas para hacerlas más competitivas. México es un país donde, a pesar de sus carencias, hasta la persona más humilde como lo fue él, puede estudiar un posgrado y encontrar un empleo bien remunerado aquí o en otro país.

Actualmente, el Dr. Mario Ponce Silva es Profesor Investigador del Departamento de Ingeniería Electrónica del CENIDET. Dejemos el reconocimiento para este científico mexicano de primer nivel, quien nos muestra que cualquier joven es capaz de corregir el rumbo y lograr ser una persona muy útil a la sociedad.

E-mail: rechavarrias@upv.edu.mx

Mario Ponce Silva nació en San Luis Potosí, capital del estado del mismo nombre, el 24 de mayo de 1970. El menor de los ocho hijos del matrimonio formado por Domingo Ponce Govea y Perfecta Silva Torres. Su padre creció en una hacienda de Pueblo Viejo, Veracruz, donde aprendió a sembrar, pescar, hacer carbón, desmontar los terrenos, entre otras cosas, lo que le dio un espíritu de autosuficiencia que fue transmitido a todos sus hijos.

Posteriormente, el señor Domingo se trasladó a San Luis Potosí, donde descubrió que las habilidades desarrolladas para la vida en el campo no le servían en la ciudad. A pesar de esto, buscó la forma de ganarse la vida, consiguió una cámara y se dedicó a recorrer las rancherías para tomar fotos y vendérselas a los lugareños. Es en uno de estos viajes donde conoce a la jovencita Perfecta Silva, le propone matrimonio y se instalan en la capital potosina.

La madre de Mario fue una mujer muy trabajadora, quien dirigía el funcionamiento del hogar. Al crecer en condiciones muy difíciles, se acostumbró al trabajo duro para salir adelante. Su propio padre tuvo que contratar un profesor particular para que le enseñara a leer, ya que no había ninguna escuela en varios kilómetros a la redonda. Con el trabajo del señor Domingo como cargador en la terminal del ferrocarril, y de la señora Perfecta vendiendo ropa y comida, pudieron sacar adelante a sus ocho hijos y darles a todos una educación universitaria que ellos no pudieron tener.

Mario nació en la vieja casona de los abuelos, un lugar muy grande y con muchas habitaciones, llena de leyendas e historias de terror. La mayoría de sus siete hermanos le llevaban más de diez años, así que creció de forma independiente, aunque los mayores lo trataban como a un hijo. Tiempo después, se mudan a un barrio popular, donde convive con vecinos de familias numerosas.

Su niñez transcurrió –al igual que la de muchos niños de esa época– fuera de casa, jugando a las covachitas, el burro, el bote pateado, las canicas, el trompo, el futbol, los encantados, los listones elásticos, las escondidas, además de andar en patines y en bicicleta. El primer acercamiento a la ciencia de Mario ocurrió después de un día lluvioso, cuando se formaba una laguna afuera de su casa, se preguntaba cómo era posible que salieran de la nada tantas ranas adultas.

ESTUDIOS BÁSICOS

Estudió la primaria en la escuela Herculano Cortés. A pesar de tener un buen ejemplo en casa –todos en la familia eran excelentes estudiantes–, en sus primeros años fue un pésimo alumno.

Llegó a quinto de primaria sin saber bien las operaciones matemáticas básicas. Uno de sus hermanos se propuso ayudarlo a enderezar el camino y a ponerse al nivel de sus compañeros.

En sexto año tuvo a un buen profesor que también le ayudó a cambiar su forma de ver los estudios. Su trabajo, en conjunto con el ejemplo y apoyo de sus hermanos, contribuyó a que se convirtiera en el mejor estudiante del salón –hasta ese momento, Mario había estado convencido de que la escuela no era lo suyo–. Incluso, participó en un concurso para seleccionar al mejor alumno de la generación. Aunque los años de descuido y juegos le pasaron factura y no consiguió ganarlo, tuvo la revelación de que podía ser un buen estudiante.

Estudió en la Escuela Secundaria Camilo Arriaga, pero nuevamente las malas compañías y pasar mucho tiempo en la calle afectaron su desempeño. Se juntaba con una pandilla y los pleitos con bandas rivales eran comunes –un amigo suyo murió en uno de esos enfrentamientos–. Sin embargo, los regaños y golpes de sus padres lograron sacarlo de ese ambiente.

Ingresó al Colegio Salesiano para estudiar la Preparatoria, donde gracias a la guía de un profesor, amigo de su hermano, tuvo un buen desempeño. De todas maneras, continuaron las llamadas a la dirección por diversas faltas, tantas que terminaron por lograr que su madre, sumida en llanto, le dijera que se rendía, y que no podía hacer más por él. Es en este momento cuando Mario se promete no volver a ocasionar un disgusto a su mamá.

ESTUDIOS SUPERIORES

Ingresa a estudiar ingeniería eléctrica en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y se gradúa en 1992, dando por fin una gran satisfacción a sus padres, ya que obtiene el mejor promedio de su carrera y se gana el derecho de viajar a la Ciudad de México –con los alumnos más destacados del país– para conocer al Secretario de Educación.

Posteriormente, viaja a Cuernavaca para desarrollar su tesis de Licenciatura en el Instituto de Investigaciones Eléctricas (ahora Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias, INEEL). Trabajó en la modificación de un alternador automotriz para adaptarlo a un aerogenerador, y se dio cuenta de la importancia de la ingeniería, con la cual es posible trasladar los conocimientos teóricos a la solución de un problema.

En ese momento decide que quiere ser un investigador, así que ingresa al CENIDET para estudiar la Maestría en electrónica, en 1993. Labora bajo la asesoría del Dr. Jaime Arau en el desarrollo de un balastro electrónico basado en un amplificador clase E. Al finalizar, continúa con sus estudios de doctorado en la misma institución y sigue la misma línea de investigación. Presenta su tesis doctoral en 1999.

TRAYECTORIA

Inmediatamente después de concluir su doctorado fue contratado en el CENIDET, donde inició una línea de investigación en el tema de electrónica de potencia aplicada a los sistemas de iluminación, lo que le ha redituado ser reconocido como un experto en este tema a nivel mundial, Miembro Senior de la IEEE, Editor asociado de la revista IEEE Transactions on Power Electronics, (el referente número uno en Electrónica de Potencia en todo el mundo), y formar parte del Sistema Nacional de Investigadores.

Posee una patente explotada por la empresa Luxtronic (que ha vendido más de cien mil balastros en México), un modelo de utilidad, y sus estudiantes han ganado distintos concursos nacionales. Además, es experto en los temas de descargas eléctricas, redes resonantes y diseño magnético. Sin embargo, considera que su mayor aportación a la ciencia es el desarrollo de nuevos conceptos e índices para el análisis de flujo de energía.

VIDA PERSONAL

El científico que más admira es Nikola Tesla, pero definitivamente la persona por quien siente más admiración es su madre, pues ella le demostró que cuando se quiere es posible salir adelante aun estando en las peores condiciones. Nunca fue a la escuela, pero su determinación hizo que sus ocho hijos estudiaran una carrera y que lograran ser gente útil a la sociedad.

Creció en una ciudad, en un ambiente y en una familia profundamente católica, pero actualmente se declara agnóstico. Entre sus pasatiempos se encuentra en un lugar preponderante la lectura. También disfruta escuchar heavy metal, jugar video juegos, pasar mucho tiempo en Facebook y, cuando la salud se lo permite, jugar basquetbol. Está casado con la Dra. Claudia Cortés García, con quien tiene tres hijos. Se siente orgulloso de que su esposa y él les han transmitido su amor por la ciencia.

MENSAJE

Sus inicios en la escuela y en la ciencia fueron muy accidentados, pero le gustaría dejarles de moraleja a los jóvenes estudiantes que hoy por hoy el estudio de las disciplinas científicas, en especial las ingenierías, es uno de los caminos más seguros para mejorar su calidad de vida. Existen muchas empresas en nuestro país que trabajan con tecnología anticuada, la preparación de los jóvenes les permitirá llevar la ciencia y la tecnología a dichas empresas para hacerlas más competitivas. México es un país donde, a pesar de sus carencias, hasta la persona más humilde como lo fue él, puede estudiar un posgrado y encontrar un empleo bien remunerado aquí o en otro país.

Actualmente, el Dr. Mario Ponce Silva es Profesor Investigador del Departamento de Ingeniería Electrónica del CENIDET. Dejemos el reconocimiento para este científico mexicano de primer nivel, quien nos muestra que cualquier joven es capaz de corregir el rumbo y lograr ser una persona muy útil a la sociedad.

E-mail: rechavarrias@upv.edu.mx