/ sábado 29 de febrero de 2020

Hablemos Legal | Entre la salud y la violencia a la mujer

Recordando al Benemérito de las Américas, don Benito Pablo Juárez García, abogado y político mexicano que entre sus múltiples legados estableció: "La instrucción es la primera base de la prosperidad de un pueblo, a la vez que el medio más seguro de hacer imposibles los abusos de poder".

Entendiendo la palabra instrucción como un caudal de conocimientos adquiridos, incitando a la preparación que todo hombre o mujer debe tener y que en este tiempo, sin duda alguna, es muy indispensable estar instruido para alcanzar una mejor vida, aun cuando esto no sea garantía de lo otro.

Sabemos que hay dos temas torales que están impactando a nuestra sociedad mexicana, el primero: la salud, por la implantación de un nuevo sistema carente de una adecuada organización funcional que como resultado vemos el levantamiento de la voz de padres afectados en la salud de sus hijos, faltantes de medicamentos, así como de mujeres que padecen de una de las enfermedades ya curables, pero de alto índice de muertes, como lo es el cáncer, y de la incertidumbre global de cómo se responderá ante nuevas enfermedades como lo es el coronavirus; y el segundo de ellos, la violencia que día a día, minuto a minuto, miramos y leemos en los medios de comunicación masiva, donde las víctimas tienen un nombre: MUJER.

Pero, ¿qué sucede?, ¿qué podemos hacer?, ¿qué debemos conocer?, ¿cómo poder instruirnos y traer esa prosperidad a nuestro pueblo, esa ansiosa paz y seguridad de caminar por las calles, de salir de casa y tener la certeza de que van a regresar con vida nuestros seres queridos; ya no mencionar el riesgo de enfermarse y no contar con atención médica particular o de alguna institución hospitalaria o que de poder acudir a una no cuenten con medicamentos para suministrarnos y sanar?

Lo primero es exigir a nuestros representantes el cumplimiento de para lo cual los elegimos: cuidar de nuestro pueblo, nuestra sociedad, por medio del trabajo que deben realizar en sus "trincheras", esto por los medios legales existentes, hacer que funcionen todas las disposiciones legales existentes en el engranaje de la petición de justicia, solo que no enfocada contra un particular, sino contra el ente moral que es la figura de quien nos representa, y un claro ejemplo de las herramientas que se tienen en la figura del Juicio de Amparo, instrumento valioso que ha sido dejado para actos muy exclusivos y que no se le ha explotado debidamente.

Con agrado observamos algunas asociaciones civiles de profesionistas comprometidos empezando a utilizar esta figura jurídica tan importante para hacer que se cumpla con los derechos que tenemos y que por desgracia están siendo alterados sin saber a dónde llegarán, pero con la esperanza de que todo mejore. La salud, hospitales sin protocolos adecuados, sin personal completo, sin medicamentos, poniendo en riesgo el derecho universal y constitucional que tenemos consagrado en el artículo cuarto de nuestra máxima ley: "…Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general… Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar…" La gran interrogante es: ¿Qué está pasando? y ¿Por qué estamos dejando que pase? Usted respóndase.

Cambiando de tema, mirando hacia lo que pasará el día 9 de marzo de este año, no lo sabemos; pero, sí podemos echar un vistazo hacia atrás, a lo que ha pasado y ocasionó esta situación; del pasado debemos aprender y reaccionar inmediatamente.

Estamos a un buen tiempo de hacer valer todas las herramientas existentes en la ley, recordemos que vivimos en un país con leyes "formales", ¿por qué no usarlas? El resultado que se pretende lograr debe ir encaminado a un planteamiento formal para erradicar lo más posible esta violencia contra las mujeres, no debe quedar en un día simple, este puede ser un día de alto impacto en muchos aspectos. Sería recomendable que se aprovechase para que las mujeres dieran luz a un gran proyecto lleno de soluciones, donde una vez más veamos esa gran capacidad de construcción, de prevención y sobre todo de solución.

Recordando al Benemérito de las Américas, don Benito Pablo Juárez García, abogado y político mexicano que entre sus múltiples legados estableció: "La instrucción es la primera base de la prosperidad de un pueblo, a la vez que el medio más seguro de hacer imposibles los abusos de poder".

Entendiendo la palabra instrucción como un caudal de conocimientos adquiridos, incitando a la preparación que todo hombre o mujer debe tener y que en este tiempo, sin duda alguna, es muy indispensable estar instruido para alcanzar una mejor vida, aun cuando esto no sea garantía de lo otro.

Sabemos que hay dos temas torales que están impactando a nuestra sociedad mexicana, el primero: la salud, por la implantación de un nuevo sistema carente de una adecuada organización funcional que como resultado vemos el levantamiento de la voz de padres afectados en la salud de sus hijos, faltantes de medicamentos, así como de mujeres que padecen de una de las enfermedades ya curables, pero de alto índice de muertes, como lo es el cáncer, y de la incertidumbre global de cómo se responderá ante nuevas enfermedades como lo es el coronavirus; y el segundo de ellos, la violencia que día a día, minuto a minuto, miramos y leemos en los medios de comunicación masiva, donde las víctimas tienen un nombre: MUJER.

Pero, ¿qué sucede?, ¿qué podemos hacer?, ¿qué debemos conocer?, ¿cómo poder instruirnos y traer esa prosperidad a nuestro pueblo, esa ansiosa paz y seguridad de caminar por las calles, de salir de casa y tener la certeza de que van a regresar con vida nuestros seres queridos; ya no mencionar el riesgo de enfermarse y no contar con atención médica particular o de alguna institución hospitalaria o que de poder acudir a una no cuenten con medicamentos para suministrarnos y sanar?

Lo primero es exigir a nuestros representantes el cumplimiento de para lo cual los elegimos: cuidar de nuestro pueblo, nuestra sociedad, por medio del trabajo que deben realizar en sus "trincheras", esto por los medios legales existentes, hacer que funcionen todas las disposiciones legales existentes en el engranaje de la petición de justicia, solo que no enfocada contra un particular, sino contra el ente moral que es la figura de quien nos representa, y un claro ejemplo de las herramientas que se tienen en la figura del Juicio de Amparo, instrumento valioso que ha sido dejado para actos muy exclusivos y que no se le ha explotado debidamente.

Con agrado observamos algunas asociaciones civiles de profesionistas comprometidos empezando a utilizar esta figura jurídica tan importante para hacer que se cumpla con los derechos que tenemos y que por desgracia están siendo alterados sin saber a dónde llegarán, pero con la esperanza de que todo mejore. La salud, hospitales sin protocolos adecuados, sin personal completo, sin medicamentos, poniendo en riesgo el derecho universal y constitucional que tenemos consagrado en el artículo cuarto de nuestra máxima ley: "…Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general… Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar…" La gran interrogante es: ¿Qué está pasando? y ¿Por qué estamos dejando que pase? Usted respóndase.

Cambiando de tema, mirando hacia lo que pasará el día 9 de marzo de este año, no lo sabemos; pero, sí podemos echar un vistazo hacia atrás, a lo que ha pasado y ocasionó esta situación; del pasado debemos aprender y reaccionar inmediatamente.

Estamos a un buen tiempo de hacer valer todas las herramientas existentes en la ley, recordemos que vivimos en un país con leyes "formales", ¿por qué no usarlas? El resultado que se pretende lograr debe ir encaminado a un planteamiento formal para erradicar lo más posible esta violencia contra las mujeres, no debe quedar en un día simple, este puede ser un día de alto impacto en muchos aspectos. Sería recomendable que se aprovechase para que las mujeres dieran luz a un gran proyecto lleno de soluciones, donde una vez más veamos esa gran capacidad de construcción, de prevención y sobre todo de solución.