/ sábado 16 de julio de 2022

Tampico hermoso | Calle peatonal

En mi regular visita a la Plaza de la Libertad estuve platicando con Humphrey y me dijo algo interesante que no se me había ocurrido, pero que sin embargo se lo oí mencionar a unos de mis amigos de quien no recuerdo.

El señor Bogar muy serio me dijo, “si tanto quieren convertir en turística la ciudad, por qué no conectan la hermosa Laguna del Carpintero (con el permiso de Juancho) con la Plaza de la Libertad, la Aduana y el Río, por supuesto me dijo serio todavía, que a través de un corredor peatonal de dos famosas calles, la Aduana y Muelle, que según los historiadores casi nacieron con la Ciudad.

De la Calle Muelle recuerdo se inicia en la Calle Héroes del Cañonero, con la ferretería el Gallo y la Mexican Curios, y el edificio Mercedes que guarda el recuerdo de Don Porfirio en su balcón y la cantina el Manhatan.

En la esquina con Madero, el “petit-palaice” y las famosas Novedades, de gran tradición en el puerto. El edificio Alicia, Tampico Eléctrico y el visitado café “la Central Mexicana”, en la esquina el Banco Mercantil. Cruzando la Díaz Mirón la casa Ordorica y el Hotel del Sur de la familia Di’Constanzo.

Enseguida del Hotel había una famosa peluquería de maestros aficionados a la pesca y enseguida de la peluquería, nada menos y nada más que la Nevería La Minerva. Cruzando la esquina de Carranza la proveedora en un lado y El Castor en el otro y cerraría el circuito me dijo Bogar, con la Calle Aduana convirtiendo ambas vías en peatonales-comerciales.

“De todos modos pienso que el tráfico es tan intenso, que nulifica la vialidad”.

En mi regular visita a la Plaza de la Libertad estuve platicando con Humphrey y me dijo algo interesante que no se me había ocurrido, pero que sin embargo se lo oí mencionar a unos de mis amigos de quien no recuerdo.

El señor Bogar muy serio me dijo, “si tanto quieren convertir en turística la ciudad, por qué no conectan la hermosa Laguna del Carpintero (con el permiso de Juancho) con la Plaza de la Libertad, la Aduana y el Río, por supuesto me dijo serio todavía, que a través de un corredor peatonal de dos famosas calles, la Aduana y Muelle, que según los historiadores casi nacieron con la Ciudad.

De la Calle Muelle recuerdo se inicia en la Calle Héroes del Cañonero, con la ferretería el Gallo y la Mexican Curios, y el edificio Mercedes que guarda el recuerdo de Don Porfirio en su balcón y la cantina el Manhatan.

En la esquina con Madero, el “petit-palaice” y las famosas Novedades, de gran tradición en el puerto. El edificio Alicia, Tampico Eléctrico y el visitado café “la Central Mexicana”, en la esquina el Banco Mercantil. Cruzando la Díaz Mirón la casa Ordorica y el Hotel del Sur de la familia Di’Constanzo.

Enseguida del Hotel había una famosa peluquería de maestros aficionados a la pesca y enseguida de la peluquería, nada menos y nada más que la Nevería La Minerva. Cruzando la esquina de Carranza la proveedora en un lado y El Castor en el otro y cerraría el circuito me dijo Bogar, con la Calle Aduana convirtiendo ambas vías en peatonales-comerciales.

“De todos modos pienso que el tráfico es tan intenso, que nulifica la vialidad”.