/ sábado 18 de diciembre de 2021

Tampico hermoso | Charlando con Bogart

Ante la exigencia de mi familia por mis aficiones motociclísticas suspendí mis visitas al Centro Histórico con mi amigo Bogart, que desde “Casa Blanca” no veía. No charlamos y criticamos este conflictivo mundo en que vivimos.

Estamos ya casi en el nuevo año, las posadas ya comenzaron, el 24 y su cena familiar están muy cerca y el día último gran festejo prolongándose las fiestas hasta que los Reyes Magos traen lo que se le olvidó a Santa Claus.

Tenemos tiempo de recordar promesas fallidas y propósitos y la firme voluntad de cumplir lo que más prometemos.

Nuestro Tampico, a pesar de la pandemia que nos azota, se siente animoso, “la gente quiere divertirse y lo hace”. Los embozados parecen normales en la calle y en los centros de reunión, las fiestas se reanudan. Determinados eventos son permitidos por la autoridad, en fin, todo parece normal; sin embargo, las prescripciones sanitarias deben de cumplirse, ¡seguimos alerta!

-Tienes que reconocer -le dije a mi amigo Bogart-, la plaza ha resurgido con el espacio del nuevo mercado (el Altama de los Pobres, según opinión de un viejo locatario). La Aduana y la vista del muelle así como su afrancesado entorno no deja de ser hermoso a la vista. ¿Qué más quieres?

-Mira -me dijo frunciendo el ceño-, “tenemos una hermosísima laguna un poco descuidada. ¿Por qué se suspendieron los paseos en lancha? El canal debe estar conectado a la laguna. Bien por la remodelación del muelle y el jardín del Metro, la administración trabaja, sin embargo la laguna sigue siendo de “Juancho”, que no deja aprovechar en su totalidad.

Ya no quise contestarle nada, me di la vuelta y arranqué mi moto.

Ante la exigencia de mi familia por mis aficiones motociclísticas suspendí mis visitas al Centro Histórico con mi amigo Bogart, que desde “Casa Blanca” no veía. No charlamos y criticamos este conflictivo mundo en que vivimos.

Estamos ya casi en el nuevo año, las posadas ya comenzaron, el 24 y su cena familiar están muy cerca y el día último gran festejo prolongándose las fiestas hasta que los Reyes Magos traen lo que se le olvidó a Santa Claus.

Tenemos tiempo de recordar promesas fallidas y propósitos y la firme voluntad de cumplir lo que más prometemos.

Nuestro Tampico, a pesar de la pandemia que nos azota, se siente animoso, “la gente quiere divertirse y lo hace”. Los embozados parecen normales en la calle y en los centros de reunión, las fiestas se reanudan. Determinados eventos son permitidos por la autoridad, en fin, todo parece normal; sin embargo, las prescripciones sanitarias deben de cumplirse, ¡seguimos alerta!

-Tienes que reconocer -le dije a mi amigo Bogart-, la plaza ha resurgido con el espacio del nuevo mercado (el Altama de los Pobres, según opinión de un viejo locatario). La Aduana y la vista del muelle así como su afrancesado entorno no deja de ser hermoso a la vista. ¿Qué más quieres?

-Mira -me dijo frunciendo el ceño-, “tenemos una hermosísima laguna un poco descuidada. ¿Por qué se suspendieron los paseos en lancha? El canal debe estar conectado a la laguna. Bien por la remodelación del muelle y el jardín del Metro, la administración trabaja, sin embargo la laguna sigue siendo de “Juancho”, que no deja aprovechar en su totalidad.

Ya no quise contestarle nada, me di la vuelta y arranqué mi moto.