/ sábado 30 de octubre de 2021

Tampico hermoso | Los Santos Inocentes

¡Pues naa! -dijo el gallego-, la luz de la epidemia que se ha puesto en verde. Venga el jolgorio, vengan las fiestas, que no pasa naa, que te lo digo yo.

Pues sí señor, aunque usted no lo crea, ¡estamos de fiesta!, como quien dice, estrenando local de Feria y ¿qué fiesta sigue, cuál se aproxima?, pues nada menos que la de los santos difuntos, de los santos inocentes y de los fieles difuntos. Muy de acuerdo a la epidemia que nos azota, así que verde o morado, ¡cuídate!, cuida la sana distancia, no olvides el tapaboca, y mejor que no salgas de tu casa “coño”.

Hay que recordar a los seres queridos, que no se nos olvide limpiar la tumba y poner flores. Todas las civilizaciones festejan la muerte, grandes tumbas y monumentos lo atestiguan, Egipto nuestra civilización, no se queda atrás con sus bellísimas pirámides.

La iglesia católica habla de una vida en el Más Allá, y en nuestros pueblos indígenas, la muerte sigue vinculada con los festejos, se llevan a cabo en tiempos de abundancia, sin embargo, reconocen que el destino del hombre es morir. Escuchemos al rey poeta en su canto.

Somos mortales, como pinturas nos iremos borrando, como flor nos iremos secando. Señores águilas y tigres, aunque fueres de jade, aunque fueres de oro, también allá iréis. Nadie habrá de quedar.

Y como dijo el enamorado al recordar un amor pasado, “hay muertos que no hacen ruido y es más grande su dolor”.

¡Pues naa! -dijo el gallego-, la luz de la epidemia que se ha puesto en verde. Venga el jolgorio, vengan las fiestas, que no pasa naa, que te lo digo yo.

Pues sí señor, aunque usted no lo crea, ¡estamos de fiesta!, como quien dice, estrenando local de Feria y ¿qué fiesta sigue, cuál se aproxima?, pues nada menos que la de los santos difuntos, de los santos inocentes y de los fieles difuntos. Muy de acuerdo a la epidemia que nos azota, así que verde o morado, ¡cuídate!, cuida la sana distancia, no olvides el tapaboca, y mejor que no salgas de tu casa “coño”.

Hay que recordar a los seres queridos, que no se nos olvide limpiar la tumba y poner flores. Todas las civilizaciones festejan la muerte, grandes tumbas y monumentos lo atestiguan, Egipto nuestra civilización, no se queda atrás con sus bellísimas pirámides.

La iglesia católica habla de una vida en el Más Allá, y en nuestros pueblos indígenas, la muerte sigue vinculada con los festejos, se llevan a cabo en tiempos de abundancia, sin embargo, reconocen que el destino del hombre es morir. Escuchemos al rey poeta en su canto.

Somos mortales, como pinturas nos iremos borrando, como flor nos iremos secando. Señores águilas y tigres, aunque fueres de jade, aunque fueres de oro, también allá iréis. Nadie habrá de quedar.

Y como dijo el enamorado al recordar un amor pasado, “hay muertos que no hacen ruido y es más grande su dolor”.