Con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza y el rico a su riqueza, y el señor cura a sus misas.
Hablando de misas y de curas, las iglesias se vieron concurridas de fieles esperando la ceniza, efectivamente de una forma o de otra terminaron las fiestas de carnaval en nuestro puerto, exitosas y concurridas según dicen; las márgenes de la laguna se vieron plenas de gente con deseos de diversión.
Apenas terminadas las fiesta de carnaval y la penitencia, ya se menciona la Semana Santa, el playazo, la playa, la marca Miramar, turistas, etcétera; esperemos que estos días de penitencia y de ceniza nos recuerde que somos polvo y que por más encumbrados que creemos estar, al polvo hemos de volver, sin distinción de género (muertos o muertas).
La ceniza viene de antigua tradición judía y de algunos pueblos de Oriente era un gesto de arrepentimiento profundo, se ponía en la cabeza vistiendo un hábito penitencial.
Esta ceniza que usa el sacerdote se saca de los ramos de palma usados del domingo anterior y, según la costumbre, no debe lavarse y debe desaparecer por sí sola. Deseamos a todos los creyentes un verdadero arrepentimiento de sus pecados y no dejarse tentar por el maligno a la primera provocación.
La ceniza viene de antigua tradición judía y de algunos pueblos de Oriente era un gesto de arrepentimiento profundo
