/ domingo 8 de diciembre de 2019

Un buen ánimo en el momento adecuado puede ser la diferencia entre el triunfo y la derrota

A lo que hizo Pizarro, es a lo que se llama “Echarse el equipo al hombro” claro, no estuvo solo

El juego de vuelta entre el Necaxa y el Monterrey en el estadio Victoria de Aguascalientes inició a las 8:30 con las siguientes formaciones, por el Necaxa: Hugo González, Chávez, Noya, Meza, Calderón, Baeza, Delgado, Angulo, Gallegos, Mercado, Quiroga... Y por los Rayados de Monterrey salieron: Marcelo Barovero, Stefan Medina, César Montes, Nicolás Sánchez, Leonel Vangioni, Carlos Rodríguez, Celso Ortiz, Jesús Gallardo, Dorlan Pabón, Vincent Janssen (salió por lesión y entró Funes Mori) Rodolfo Pizarro.

No se dedicó tiempo a escarceos, ambos equipos salieron en busca del gol, pero tal vez su precipitación los hizo incurrir en errores constantes en el último pase. La aproximación más grande se dio cuando Pizarro se hizo de un balón en las inmediaciones del área contraria, Gallardo que lo acompañaba se lanzó al frente y Pizarro lo asistió con un extraordinario pase filtrado, que Gallardo tocó suave a un lado de Hugo, para que el balón se fuera a las redes, sin embargo, el gusto rayado desapareció cuando el silbante, asistido por su auxiliar, decretó fuera de juego invalidando el gol.

El resto del primer tiempo se desarrolló en medio de la alternancia con una intermitencia que parecía ensayada. Ahora tocaba Monterrey, recuperaba el balón Necaxa para lanzarse al ataque que generalmente era abortado por la defensiva rayada, para que ahora fueran los regiomontanos los atacantes y así, uno tras otro, el tiempo fue transcurriendo sin que el gol que a ambos urgía, pudiera concretarse, hasta que el árbitro pitó la finalización de la primera parte.

Para el segundo tiempo, Memo Vázquez sacó a Quiroga y, pienso que en el pecado llevó la penitencia, porque todos vimos lo que la defensa rayada sufrió por cuanto balón alto llegaba a la puerta defendida por Barovero y, aunque no logró conectar bien a ninguna de ellas, a tanto insistir estaría siempre presente el riesgo de que lo lograra. Mientras que por el lado del Monterrey, Mohamed mandó a los mismos jugadores con los que inició, excepto Rogelio Funes Mori, quien sustituyó a Vincent Hanssen desde la primera parte.

Así, los dos equipos continuaron con su intermitente accionar, ahora iba el Montertrey y ahora lo hacía el Necaxa que pecó de imprecisión en el pase final, perdiéndose una gran cantidad de buenos avances. Poco después Celso Ortiz en una disputa por el balón cayó con su propio peso sobre su tobillo izquierdo sufriendo uina lesión que lo imposibilitó para continuar en la lucha, teniendo que abandonar la cancha, siendo sustituido por el chamaco Jonathan González, dejando la línea media en la responsabilidad de la que es la posible media defensiva del futuro rayado, González y Rodríguez.

Dorlan Pabón tuvo tambien que abandonar por cansancio, cuando el chileno Gallegos del Necaxa debió salir por una lesión semejante a la de Ortiz. Todo parecía que finalmente los Rayos saldrían beneficiados, así las llegadas necaxistas fueron cada vez más frecuentes, pero ahora no contaban con el rematador Quiroga y los potentes disparos a que sometieron a Barovero, fueron todos directos él, solamente uno fue a estrellarse el un poste sin que ningún necaxista se encontrara cerca para contrarematar.

Dorlan había realizado un gran desgaste calórico y, al salir, las oportunidades de Funes Mori se redujeron, ahora la función de Dorlan Pabón tendría que realizarla Rodolfo Pizarro, que a esas alturas había recorrido la misma cantidad de kiloómetros que Dorlan y, Miguel Layún que había sustituido al colombiano, debía cubrir las llegadas del Chicote Calderón, pues Stefan Medina, en un movimiento inteligente de Mohamed, se había corrido al centro para formar una infranqueable barrera de tres extraordinarios centrales, Medina, Sánchez y Montes.

A partir de esto, cuando corría el minuto 70, todo era expectación, los dos equipos necesitaban de un gol para hundir al contrario, así, los necaxistas atacaban con su juego corto y al pie, encontrándose con el paredón aquel, mientras que Monterrey, con su único acarreador, Pizarro, confiaba que aún contara con fuerzas suficientes para realizar la jugada individual que en ese momento se requería y, ocurrió que ya en tiempo de reposición, que fue de 6 minutos, Layún despojó a Calderón e hizo un lanzamiento largo por loa banda derecha, en donde Pizarro recibió y, con toda su velocidad intentó deshacerse de sus marcadores, logrando llegar hasta la línea de meta, desde donde sacó un centro a segundo palo, en donde Funes Mori saltó y cabeceó tranquilamente... Buen juego de los dos equipos y merecido triunfo del Monterrey que tuvo en Rodolfo Pizarro a su mejor jugador.

Hasta pronto amigo.