La voluntad de encontrar a los desaparecidos ha llevado a las buscadoras de Tamaulipas a trabajar por su cuenta y mostrar que hay un poder en la denuncia anónima, ya que tras seguir estos reportes han encontrados fosas clandestinas y “cocinas”.
“Andábamos precisamente en búsqueda del colectivo y precisamente, nos hicieron el reporte de este lugar y pues acudimos y fue positivo”, declaró a EL SOL DE TAMPICO, la representante del colectivo Amor por los Desaparecidos de Tamaulipas, Edith González Treviño.
“Son restos humanos calcinados en los cuales todavía se puede distinguir algo de tejido y piel”, abundó.
Ayer se informó que restos humanos calcinados fueron localizados en un predio a las afueras de la fronteriza ciudad de Reynosa, Tamaulipas.
Rastreadoras de este colectivo ubicaron este lugar desde el miércoles pero fue ayer, jueves, que llegaron autoridades para procesar el área.
El acceso al sitio está en la carretera Reynosa-Nuevo Laredo, a la altura de Murillo, avanzando varios kilómetros por una brecha hasta llegar a espaldas del antiguo centro recreativo Doña Lita, cerca del canal Guillermo Rodhe.
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En la zona se puede observar una casa abandonada, varios fragmentos de huesos y cráneos, entre otros implementos como cargadores de armas de fuego.
Al sitio se trasladó personal de la Guardia Nacional para brindar la seguridad a los integrantes del colectivo y al personal de la Unidad General de Investigación.
“Atendimos el reporte de anónimo”
González, quien junto con sus compañeras descubrió en julio de este año un predio donde al menos se encontraban 28 cuerpos, algunos aún eran posibles identificarlos por tatuajes y ropa, detalló que decidieron atender esta denuncia anónima.
“Nos tocaba nuestra búsqueda con comisión, la que tenemos, mensualmente y fuimos a ese reporte que nos habían notificado”, informó.
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Explicó que ellas nombran este sitio como “campo exterminio” debido a que es probable que en este sitio hayan asesinado a personas.
“Nosotros le decimos ’campo de exterminio’ pues a final de cuentas es un campo donde acaban con la vida humana y pues es como se denomina ‘cocinas clandestinas.’”, señaló.
Buscadoras “hablan” con los perpetradores
En México se han dado varios casos donde las madres buscadoras encuentras restos, incluso los de sus hijos tras establecer un contacto con personas que participaron en estos actos.
En Sonora, Nora Lira del colectivo “Rastreadoras de Ciudad Obregón”, encontró los restos de su hija, Fernanda, tras recibir una llamada anónima donde le dijeron donde se encontraba sepultada su hija, como no daba con el lugar pidió a la persona que le indicara exactamente el lugar y de inmediato, reconoció a su hija por la ropa.
En Tamaulipas, la activista Miriam Rodríguez asesinada el 10 de mayo del 2017, realizó una investigación propia para dar los secuestradores y homicidas de su hija Karen, esta es la estela que han seguido las buscadoras de Tamaulipas, quienes, pese a todo, siguen todo tipo de denuncia anónima.