/ domingo 31 de marzo de 2024

Alfa y Omega / Existen otros senderos

En aquellos tiempos, la humanidad se encontraba en un estado de descomposición total, los reyes y emperadores se creían dioses y gobernaban con crueldad, la gente tenía como deidades a animales y astros; solo unos cuantos adoraban al Dios verdadero, desde antes que naciera el Salvador, Jesús de Nazareth.

Era tanta la corrupción de la humanidad, que Dios decidió enviar a su unigénito Jesús, investido de todos los poderes, para que pudiera terminar con aquel caos social que amenazaba la supervivencia del mundo entero.

La misión de Jesús era la de sembrar en la conciencia de los hombres, sobre la existencia de un solo Dios Verdadero, creador del Universo y de todo lo visible y lo invisible, que lo único que quería para todos sus hijos, era la felicidad, fundada en la mística del amor.

Era tal el poder de Jesús, que a pesar de su corta estancia en la tierra, logró trascender en el tiempo y en el espacio hasta nuestros días, gracias a su propio sacrificio y el de sus apóstoles, que lograron derribar el dañino paganismo que dominaba en aquellos tiempos y sembraron en el corazón de todos el amor al Dios Unico y Verdadero.

Hoy todas las religiones basan sus doctrinas en la creencia de que existe un solo Dios; aunque la humanidad de nuestro tiempo, tal parece que ha olvidado la historia y que al paso que vamos, podría repetirse.

Precisamente hoy se conmemora la resurrección de Jesús, heredero de la divinidad en la tierra, pero, entrando al terreno de lo hipotético, qué pasaría si ese despertar se volviera realidad, ¿acaso el hijo de Dios vería que nada ha cambiado desde su sacrificio en la cruz?.

En la actualidad nada parece lo que es, porque en efecto, el mundo se ve diferente, la modernidad y la tecnología todo lo ha cambiado en relación a la época de Jesús, más la descomposición de la humanidad es igual, o peor.

En el mundo actual, tal parece que el mandato divino del amor, se ha desviado hacia su contraria que es el odio humano: El hambre, las guerras, los crímenes, la avaricia y las ambiciones le han ganado al sentimiento de bondad que debería prevalecer de acuerdo a la doctrina de Jesús.

Quizá si el hijo del hombre volviera a la tierra en forma humana, vería que su sacrificio ha sido en vano y que el mal está avanzando en su lucha por derrotar los designios del Creador.

Pero eso es solo algo ilusorio, Jesús ya no volverá a la tierra, ¿o sí?.

Las escrituras sagradas lo afirman y quien sabe, pero si así fuera, la suerte de los humanos ya no será como hace dos mil años, ya no habrá segunda oportunidad.

Este domingo de resurrección, pidamos a Dios que nos dé la inteligencia necesaria para poder entender que hemos errado el camino, pero que aún podemos tomar el sendero que nos conduce hacia reinos superiores.

P.D.- Usted ¿Qué opina?

En aquellos tiempos, la humanidad se encontraba en un estado de descomposición total, los reyes y emperadores se creían dioses y gobernaban con crueldad, la gente tenía como deidades a animales y astros; solo unos cuantos adoraban al Dios verdadero, desde antes que naciera el Salvador, Jesús de Nazareth.

Era tanta la corrupción de la humanidad, que Dios decidió enviar a su unigénito Jesús, investido de todos los poderes, para que pudiera terminar con aquel caos social que amenazaba la supervivencia del mundo entero.

La misión de Jesús era la de sembrar en la conciencia de los hombres, sobre la existencia de un solo Dios Verdadero, creador del Universo y de todo lo visible y lo invisible, que lo único que quería para todos sus hijos, era la felicidad, fundada en la mística del amor.

Era tal el poder de Jesús, que a pesar de su corta estancia en la tierra, logró trascender en el tiempo y en el espacio hasta nuestros días, gracias a su propio sacrificio y el de sus apóstoles, que lograron derribar el dañino paganismo que dominaba en aquellos tiempos y sembraron en el corazón de todos el amor al Dios Unico y Verdadero.

Hoy todas las religiones basan sus doctrinas en la creencia de que existe un solo Dios; aunque la humanidad de nuestro tiempo, tal parece que ha olvidado la historia y que al paso que vamos, podría repetirse.

Precisamente hoy se conmemora la resurrección de Jesús, heredero de la divinidad en la tierra, pero, entrando al terreno de lo hipotético, qué pasaría si ese despertar se volviera realidad, ¿acaso el hijo de Dios vería que nada ha cambiado desde su sacrificio en la cruz?.

En la actualidad nada parece lo que es, porque en efecto, el mundo se ve diferente, la modernidad y la tecnología todo lo ha cambiado en relación a la época de Jesús, más la descomposición de la humanidad es igual, o peor.

En el mundo actual, tal parece que el mandato divino del amor, se ha desviado hacia su contraria que es el odio humano: El hambre, las guerras, los crímenes, la avaricia y las ambiciones le han ganado al sentimiento de bondad que debería prevalecer de acuerdo a la doctrina de Jesús.

Quizá si el hijo del hombre volviera a la tierra en forma humana, vería que su sacrificio ha sido en vano y que el mal está avanzando en su lucha por derrotar los designios del Creador.

Pero eso es solo algo ilusorio, Jesús ya no volverá a la tierra, ¿o sí?.

Las escrituras sagradas lo afirman y quien sabe, pero si así fuera, la suerte de los humanos ya no será como hace dos mil años, ya no habrá segunda oportunidad.

Este domingo de resurrección, pidamos a Dios que nos dé la inteligencia necesaria para poder entender que hemos errado el camino, pero que aún podemos tomar el sendero que nos conduce hacia reinos superiores.

P.D.- Usted ¿Qué opina?