/ miércoles 27 de marzo de 2024

Alfa y Omega / Se vive en paz

La crisis del agua en el sistema lagunario del Tamesí-Chairel es un tema que se está abordando con insistencia por las autoridades hídricas y por organizaciones de la sociedad civil, empresarial del puerto y de Ciudad Victoria, de donde ha surgido una serie de posibles soluciones para evitar el desabasto de los vasos de agua que surten a la población y a la industria.

Sin embargo, a pesar de las múltiples propuestas de los diferentes sectores, la verdad es que la única solución para que los vasos de captación que nos surten del vital líquido no se sequen, es que llueva.

Si no hay lluvia, no hay agua.

Porque, según los técnicos, el sistema Chairel -con todo y que no son tan modernos-, cuenta con los diques necesarios para evitar las fugas o la intrusión de la salinidad marina, siempre y cuando el río Tamesí traiga el agua que lo surta.

Ahora bien, durante las diferentes reuniones sobre tan agudo problema, se han planteado otras alternativas que tienen mucho de realidad factible; O se toma agua del Río Pánuco o se instala una planta desaladora o desalinizadora para utilizar el agua del mar.

Con cualquiera de ambas acciones se daría solución por siempre al problema, señalan los que conocen a fondo la materia.

Lo cierto es que la sociedad civil y las autoridades estatales están preocupados y ocupados en buscar y aplicar la mejor y pronta solución ante la amenaza que se cierne sobre la zona sur de Tamaulipas.

Cambiando de rumbo, el sábado pasado en plática con destacado político de Altamira, después de degustar un rico desa-yuno nos llevó en un viaje en el tiempo hacia el pasado, con una serie de amenas anécdotas sobre su andar en el difícil camino de la política.

Como lo relata nuestro anfitrión, con aderezos de sabrosas y chuscas situaciones, pero también con el acre sabor de amargas experiencias, dejó entrever, sin mencionarlo, que así como existen actos de verdadera lealtad, también abundan las traiciones y las mentiras en el difícil arte de la política.

Recordó al viejo Altamira, aquel alegre pueblo que hoy se ha convertido en una ciudad pujante con un futuro de gran proyección hacia la modernidad urbana y el bienestar de sus habitantes.

Y es real, habló con verdad, quienes conocimos desde hace tiempo al viejo y alegre Altamira, hoy somos testigos de su sorprendente avance en los últimos años, hoy sigue siendo alegre, pero moderna.

Por cierto, Ciudad Madero va por el mismo camino, los augurios son de que tendrá otros seis años de trabajo constante con miras a una real superación, uniéndose al movimiento de ciudad activa y moderna de Tamaulipas. Por lo pronto, se vaticina que Madero tendrá un buen alcalde, Tampico una activa alcaldesa, el 8º. Distrito un buen diputado federal y Altamira seguirá por la misma senda de progreso de los últimos tres años.

P.D.- Pero además, en la zona sur de Tamaulipas se vive en paz.

La crisis del agua en el sistema lagunario del Tamesí-Chairel es un tema que se está abordando con insistencia por las autoridades hídricas y por organizaciones de la sociedad civil, empresarial del puerto y de Ciudad Victoria, de donde ha surgido una serie de posibles soluciones para evitar el desabasto de los vasos de agua que surten a la población y a la industria.

Sin embargo, a pesar de las múltiples propuestas de los diferentes sectores, la verdad es que la única solución para que los vasos de captación que nos surten del vital líquido no se sequen, es que llueva.

Si no hay lluvia, no hay agua.

Porque, según los técnicos, el sistema Chairel -con todo y que no son tan modernos-, cuenta con los diques necesarios para evitar las fugas o la intrusión de la salinidad marina, siempre y cuando el río Tamesí traiga el agua que lo surta.

Ahora bien, durante las diferentes reuniones sobre tan agudo problema, se han planteado otras alternativas que tienen mucho de realidad factible; O se toma agua del Río Pánuco o se instala una planta desaladora o desalinizadora para utilizar el agua del mar.

Con cualquiera de ambas acciones se daría solución por siempre al problema, señalan los que conocen a fondo la materia.

Lo cierto es que la sociedad civil y las autoridades estatales están preocupados y ocupados en buscar y aplicar la mejor y pronta solución ante la amenaza que se cierne sobre la zona sur de Tamaulipas.

Cambiando de rumbo, el sábado pasado en plática con destacado político de Altamira, después de degustar un rico desa-yuno nos llevó en un viaje en el tiempo hacia el pasado, con una serie de amenas anécdotas sobre su andar en el difícil camino de la política.

Como lo relata nuestro anfitrión, con aderezos de sabrosas y chuscas situaciones, pero también con el acre sabor de amargas experiencias, dejó entrever, sin mencionarlo, que así como existen actos de verdadera lealtad, también abundan las traiciones y las mentiras en el difícil arte de la política.

Recordó al viejo Altamira, aquel alegre pueblo que hoy se ha convertido en una ciudad pujante con un futuro de gran proyección hacia la modernidad urbana y el bienestar de sus habitantes.

Y es real, habló con verdad, quienes conocimos desde hace tiempo al viejo y alegre Altamira, hoy somos testigos de su sorprendente avance en los últimos años, hoy sigue siendo alegre, pero moderna.

Por cierto, Ciudad Madero va por el mismo camino, los augurios son de que tendrá otros seis años de trabajo constante con miras a una real superación, uniéndose al movimiento de ciudad activa y moderna de Tamaulipas. Por lo pronto, se vaticina que Madero tendrá un buen alcalde, Tampico una activa alcaldesa, el 8º. Distrito un buen diputado federal y Altamira seguirá por la misma senda de progreso de los últimos tres años.

P.D.- Pero además, en la zona sur de Tamaulipas se vive en paz.