/ viernes 22 de octubre de 2021

¡De bien para arriba! | Desechos electrónicos

El avance de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) ha traído consigo la generación de residuos eléctricos y electrónicos, esta tendencia, se estima, seguirá en aumento dada la evolución de la tecnología y la obsolescencia programada con la cual son diseñados estos objetos; el principal problema al que se enfrenta hoy la sociedad sobre este tema, está relacionado con las prácticas inapropiadas en la gestión de estos residuos, su tratamiento, la exportación ilegal y la donación inadecuada de los equipos electrónicos, además del problema originado en la salud pública, debido a la contaminación tóxica que desencadenan estos desechos.

Para dimensionar este panorama, según el informe: Global E-Waste Monitor 2020 de la ONU, cada año se producen aproximadamente 50 millones de toneladas de residuos electrónicos y eléctricos, los llamados “desechos electrónicos”, que equivalen al peso de todos los aviones comerciales jamás construidos, de esto, solo se recicla correctamente el 20%; si no se toman medidas, la cantidad de residuos se duplicará con creces para 2050, llegando a 120 millones de toneladas anuales.

Los desechos electrónicos se definen como cualquier cosa con un enchufe, un cable eléctrico o una batería, desde tostadoras hasta cepillos de dientes, teléfonos inteligentes, computadoras y televisores que han cumplido “su ciclo de vida”, hasta los componentes dentro de estos productos que tienen una duración más prolongada, y solo una pequeña porción de los restos de computadoras, electrodomésticos, teléfonos y baterías son reciclados correctamente, a pesar de que tienen un alto valor económico y el potencial de crear trabajos.

A diferencia del vidrio, el papel, la madera y otros materiales, los productos eléctricos y electrónicos usados contienen sustancias peligrosas además de materiales valiosos, por lo que requieren un tratamiento especial; pocos países tienen una forma uniforme de medir estos desechos que provienen de hogares, empresas y gobiernos, y que pueden contener metales preciosos como el oro, el cobre y el níquel, así como materiales raros de valor estratégico como el indio y el paladio, para hacerse una idea, hasta 60 elementos de la tabla periódica pueden ser encontrados en un teléfono inteligente y muchos de estos metales pueden ser recuperados, reciclados y utilizados como materias primas secundarias para nuevos productos.

Desde 2014, las categorías de desechos electrónicos aumentaron más rápidamente en términos de peso total: equipos de intercambio de temperatura (+7%), equipos grandes (+5%), lámparas y equipos pequeños (+4%); según el informe ya señalado, esta tendencia está impulsada por el creciente consumo de esos productos en los países de menores ingresos, donde esos productos mejoran el nivel de vida, los pequeños equipos de TI y telecomunicaciones han crecido más lentamente, las pantallas y los monitores han mostrado una ligera disminución (-1%), explicado en gran parte por las pantallas planas más ligeras que sustituyen a los monitores y pantallas CRT pesados.

Desde 2014, el número de países que han adoptado una política, legislación o reglamentación nacional sobre residuos electrónicos ha aumentado de 61 a 78, si bien es una tendencia positiva, está lejos del objetivo fijado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, que es aumentar el porcentaje de países con una legislación sobre desechos electrónicos al 50 por ciento; de acuerdo con el Observatorio Mundial de los Residuos Electrónicos 2020, este aumento progresivo se debe principalmente al incremento de las tasas de consumo de aparatos electrónicos, los cortos ciclos de vida y las escasas opciones de reparación.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que México encabeza la lista de los mayores generadores de “basura electrónica”, ya que cada habitante genera 3.2 kilogramos en promedio anualmente; actualmente en las ciudades existen programas especiales de manejo de residuos electrónicos que se dedican a recuperar estos desechos para darles un tratamiento de reciclaje adecuado a través de procesos que no afecten el medio ambiente.

En nuestro país existen muchas empresas certificadas que se dedican al acopio, recolección y reciclaje de residuos electrónicos con fines lucrativos, con ellas podemos intercambiar estos desechos por un poco de dinero, y ellas deben darle un tratamiento específico, como establece la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR); también podemos buscar qué programas tienen disponibles las marcas o empresas donde adquiriste tus aparatos, dado que éstas deben contar, al menos en la CdMx, con planes de manejo de bienes que aseguren la recuperación de los residuos generados por sus productos para su aprovechamiento.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

El avance de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) ha traído consigo la generación de residuos eléctricos y electrónicos, esta tendencia, se estima, seguirá en aumento dada la evolución de la tecnología y la obsolescencia programada con la cual son diseñados estos objetos; el principal problema al que se enfrenta hoy la sociedad sobre este tema, está relacionado con las prácticas inapropiadas en la gestión de estos residuos, su tratamiento, la exportación ilegal y la donación inadecuada de los equipos electrónicos, además del problema originado en la salud pública, debido a la contaminación tóxica que desencadenan estos desechos.

Para dimensionar este panorama, según el informe: Global E-Waste Monitor 2020 de la ONU, cada año se producen aproximadamente 50 millones de toneladas de residuos electrónicos y eléctricos, los llamados “desechos electrónicos”, que equivalen al peso de todos los aviones comerciales jamás construidos, de esto, solo se recicla correctamente el 20%; si no se toman medidas, la cantidad de residuos se duplicará con creces para 2050, llegando a 120 millones de toneladas anuales.

Los desechos electrónicos se definen como cualquier cosa con un enchufe, un cable eléctrico o una batería, desde tostadoras hasta cepillos de dientes, teléfonos inteligentes, computadoras y televisores que han cumplido “su ciclo de vida”, hasta los componentes dentro de estos productos que tienen una duración más prolongada, y solo una pequeña porción de los restos de computadoras, electrodomésticos, teléfonos y baterías son reciclados correctamente, a pesar de que tienen un alto valor económico y el potencial de crear trabajos.

A diferencia del vidrio, el papel, la madera y otros materiales, los productos eléctricos y electrónicos usados contienen sustancias peligrosas además de materiales valiosos, por lo que requieren un tratamiento especial; pocos países tienen una forma uniforme de medir estos desechos que provienen de hogares, empresas y gobiernos, y que pueden contener metales preciosos como el oro, el cobre y el níquel, así como materiales raros de valor estratégico como el indio y el paladio, para hacerse una idea, hasta 60 elementos de la tabla periódica pueden ser encontrados en un teléfono inteligente y muchos de estos metales pueden ser recuperados, reciclados y utilizados como materias primas secundarias para nuevos productos.

Desde 2014, las categorías de desechos electrónicos aumentaron más rápidamente en términos de peso total: equipos de intercambio de temperatura (+7%), equipos grandes (+5%), lámparas y equipos pequeños (+4%); según el informe ya señalado, esta tendencia está impulsada por el creciente consumo de esos productos en los países de menores ingresos, donde esos productos mejoran el nivel de vida, los pequeños equipos de TI y telecomunicaciones han crecido más lentamente, las pantallas y los monitores han mostrado una ligera disminución (-1%), explicado en gran parte por las pantallas planas más ligeras que sustituyen a los monitores y pantallas CRT pesados.

Desde 2014, el número de países que han adoptado una política, legislación o reglamentación nacional sobre residuos electrónicos ha aumentado de 61 a 78, si bien es una tendencia positiva, está lejos del objetivo fijado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, que es aumentar el porcentaje de países con una legislación sobre desechos electrónicos al 50 por ciento; de acuerdo con el Observatorio Mundial de los Residuos Electrónicos 2020, este aumento progresivo se debe principalmente al incremento de las tasas de consumo de aparatos electrónicos, los cortos ciclos de vida y las escasas opciones de reparación.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que México encabeza la lista de los mayores generadores de “basura electrónica”, ya que cada habitante genera 3.2 kilogramos en promedio anualmente; actualmente en las ciudades existen programas especiales de manejo de residuos electrónicos que se dedican a recuperar estos desechos para darles un tratamiento de reciclaje adecuado a través de procesos que no afecten el medio ambiente.

En nuestro país existen muchas empresas certificadas que se dedican al acopio, recolección y reciclaje de residuos electrónicos con fines lucrativos, con ellas podemos intercambiar estos desechos por un poco de dinero, y ellas deben darle un tratamiento específico, como establece la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR); también podemos buscar qué programas tienen disponibles las marcas o empresas donde adquiriste tus aparatos, dado que éstas deben contar, al menos en la CdMx, con planes de manejo de bienes que aseguren la recuperación de los residuos generados por sus productos para su aprovechamiento.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!