La identificación es crucial para la prestación eficiente y eficaz de los servicios de salud y la gestión de la salud pública, por lo tanto, es fundamental para lograr el objetivo de desarrollo sostenible (ODS). Los médicos deben conocer la identidad de un paciente para acceder a los antecedentes clínicos y de tratamiento relevantes, asegurándose de que brindan una atención constante y adecuada; los pacientes también necesitan documentación para probar la inscripción en programas de seguros u otras redes de seguridad que cubran sus gastos médicos.
La identificación digital es un mecanismo que permite saber, en el ámbito de la economía digital, si al otro lado de la computadora se encuentra una persona identificable, verificando que sea la persona quien ella o él dice ser. Desde el inicio de la crisis sanitaria, muchos países han acelerado la migración a plataformas en línea para facilitar servicios on-line, sin embargo, uno de los principales obstáculos ha sido la posibilidad de crear un esquema de identificación digital: en general, pocos países de la región cuentan con un servicio transversal de identificación digital.
Así mismo, la salud digital está transformando el sector, siendo cada vez más los pacientes que pueden consultar su historial médico online, comunicarse con su profesional de salud de forma virtual y concertar citas médicas de forma electrónica; la salud digital también ha transformado el trabajo de los médicos e instituciones sanitarias, que ahora pueden consultar información detallada, veraz y actualizada sobre sus pacientes cuando la necesitan.
Como alternativa a la creación de un sistema de identificación funcional específico para la salud, algunos países han optado por utilizar los sistemas de identificación existentes, como los registros de población, números de identificación únicos (UIN) o tarjetas de identificación nacional (NID), como base para la verificación y autenticación del paciente.
Muchos ven la migración a la salud digital como una acción de baja relevancia en tiempos de crisis como la actual, cuando la realidad es que la transformación basada en la identidad digital es de vital importancia para controlar la presente pandemia y mitigar el efecto de futuras crisis de salud. Sorprendentemente en México y gran parte del mundo emergente, la mayoría de nuestros proveedores de servicios de salud, tanto privados como públicos, aún usan sistemas en papel para mantener registros de pacientes.
Para los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la adopción acelerada y universal de la salud digital, debe de ser prioritario, de acuerdo a su estudio publicado en 2020, en dicho estudio, la OMS exhorta a los gobiernos a colaborar para lograr cobertura universal de acceso a la salud digital con el fin de monitorear y controlar futuras pandemias antes del 2025. De acuerdo al reporte, la identificación digital de pacientes puede ser fundamental para impartir servicios de atención médica rápidos y eficaces, lo anterior contribuiría así a la equidad, la inclusión sanitaria y al desarrollo sostenible.
La conectividad y la identidad digital basada en blockchain y biometría, son actualmente la mejor opción a los sistemas en papel, ya que son incapaces de procesar y transferir datos de manera oportuna; la identidad digital permite al paciente y su familia controlar el acceso, divulgación y transmisión de datos médicos evitando así los problemas de vulnerabilidad, falsificación y suplantación. Con la salud digital, habilitada con las medidas adecuadas de seguridad, los registros de cada paciente se actualizan en tiempo real, los médicos y el personal de apoyo pueden obtener acceso a la condición de los pacientes al instante, identificándolos de manera efectiva, confidencial y segura.
En este contexto, debemos considerar que nuestro país México es uno de los más conectados del mundo, con el 90% de su población con acceso a un teléfono móvil; por lo que, para poblaciones marginadas (por situación geográfica, enfermedad, discapacidad o situación socioeconómica), la atención virtual es una excelente manera de lograr consultas, recordatorios y controles sanitarios sin necesidad de viajes peligrosos y costosos, ni riesgos asociados a la movilidad.
En conclusión, los ciudadanos de México y del mundo, podemos anticipar con optimismo un futuro en el que los proveedores de atención médica, las instituciones sociales y los gobiernos se encuentren preparados para enfrentar con éxito las inevitables contingencias sanitarias del futuro.
Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!
- Re-Generación 19.
