/ viernes 23 de octubre de 2020

¡De bien para arriba! | Romper paradigmas

El término paradigma se ha convertido en una expresión de uso frecuente en los medios académicos, universitarios y administrativos, la Real Academia Española (RAE) lo define como ejemplo o modelo de algo, el filósofo norteamericano Thomas Samuel Kuhn lo define de la siguiente manera: “Un paradigma es lo que los miembros de una comunidad científica comparten, y, recíprocamente, una comunidad científica consiste en hombres que comparten un paradigma”.

La globalización obliga que nuestra sociedad y el entorno cambien frecuentemente sus paradigmas, obligando a que muchas acciones y actividades evolucionen y mejoren.

Los modelos de paradigma se componen con las ideas, valores, técnicas, creencias, emociones y actitudes que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida y se vuelven un freno en nuestros trabajos, profesiones y empresas, entonces, romper el paradigma equivale a proponer modelos diferentes de ver las cosas en contra de la forma tradicional y aportar soluciones fuera de lo considerado común, un ejemplo usual está en la educación tradicional y que señala al maestro como dueño del saber y que debe transmitirlo a los estudiantes, el paradigma moderno es el constructivista, plantea que es el alumno quien construye su propio saber, de tal suerte que el maestro asigna los temas y facilita el proceso, pero los alumnos exponen su investigación como una forma de que se concentren en los objetivos y asimilen mejor los conceptos.

Otro ejemplo de paradigma tradicional ocurría hace 20 años, pues para leer un libro o investigar un tema había que sujetarse a un horario y espacio acudiendo a una biblioteca, actualmente dicho estudio o investigación se da desde un paradigma omnipresente, se puede realizar desde cualquier ubicación física desde cualquier dispositivo conectado a una red. Hoy en día es posible tener disponible y recopilar toda la información que ayude a mejorar ideas, procedimientos o instrucciones de trabajo para ser optimizadas; existen muchas teorías que pueden ayudarnos a pensar positivo, a emprender, a encontrar la motivación personal para llevar a cabo aquello que queremos y buscamos hasta conseguirlo con acciones eficaces que nos den la fuerza suficiente para romper nuestros paradigmas.

En algunas grandes empresas existe algo similar, se resisten a las nuevas tecnologías y la realidad del entorno, sin concretar, por ejemplo, el reemplazo de viejas calderas por nuevos turbogeneradores autónomos y más eficientes, lo que permitiría mejorar su eficiencia operativa y perdiendo la oportunidad de generar más y mejor energía abatiendo costos y cumpliendo con los compromisos ecológicos y de suministro a sus clientes.

Volviendo a lo personal, requerimos reeducarnos agregando prácticas específicas que ayuden a cultivar nuestra mente, permitiendo el autoconocimiento y los cambios de conducta necesarios para adquirir la maduración que algunos perseguimos, teniendo consciencia de que el crecimiento propicia nuestra propia evolución que, como valor agregado, nos traerá muchas satisfacciones por el vínculo con el conocimiento, nuestras metas y la transformación de nuestra visión de las cosas.

A manera de conclusión, tenemos que superar los patrones que ponen freno a nuestra vida y a nuestro potencial; podemos romper paradigmas para evolucionar nuestra manera de hacer las cosas y atrevernos a salir de nuestro estado de confort, lo que invariablemente representará una mejor adaptación a los cambios e infaliblemente el encuentro con el éxito.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19.

El término paradigma se ha convertido en una expresión de uso frecuente en los medios académicos, universitarios y administrativos, la Real Academia Española (RAE) lo define como ejemplo o modelo de algo, el filósofo norteamericano Thomas Samuel Kuhn lo define de la siguiente manera: “Un paradigma es lo que los miembros de una comunidad científica comparten, y, recíprocamente, una comunidad científica consiste en hombres que comparten un paradigma”.

La globalización obliga que nuestra sociedad y el entorno cambien frecuentemente sus paradigmas, obligando a que muchas acciones y actividades evolucionen y mejoren.

Los modelos de paradigma se componen con las ideas, valores, técnicas, creencias, emociones y actitudes que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida y se vuelven un freno en nuestros trabajos, profesiones y empresas, entonces, romper el paradigma equivale a proponer modelos diferentes de ver las cosas en contra de la forma tradicional y aportar soluciones fuera de lo considerado común, un ejemplo usual está en la educación tradicional y que señala al maestro como dueño del saber y que debe transmitirlo a los estudiantes, el paradigma moderno es el constructivista, plantea que es el alumno quien construye su propio saber, de tal suerte que el maestro asigna los temas y facilita el proceso, pero los alumnos exponen su investigación como una forma de que se concentren en los objetivos y asimilen mejor los conceptos.

Otro ejemplo de paradigma tradicional ocurría hace 20 años, pues para leer un libro o investigar un tema había que sujetarse a un horario y espacio acudiendo a una biblioteca, actualmente dicho estudio o investigación se da desde un paradigma omnipresente, se puede realizar desde cualquier ubicación física desde cualquier dispositivo conectado a una red. Hoy en día es posible tener disponible y recopilar toda la información que ayude a mejorar ideas, procedimientos o instrucciones de trabajo para ser optimizadas; existen muchas teorías que pueden ayudarnos a pensar positivo, a emprender, a encontrar la motivación personal para llevar a cabo aquello que queremos y buscamos hasta conseguirlo con acciones eficaces que nos den la fuerza suficiente para romper nuestros paradigmas.

En algunas grandes empresas existe algo similar, se resisten a las nuevas tecnologías y la realidad del entorno, sin concretar, por ejemplo, el reemplazo de viejas calderas por nuevos turbogeneradores autónomos y más eficientes, lo que permitiría mejorar su eficiencia operativa y perdiendo la oportunidad de generar más y mejor energía abatiendo costos y cumpliendo con los compromisos ecológicos y de suministro a sus clientes.

Volviendo a lo personal, requerimos reeducarnos agregando prácticas específicas que ayuden a cultivar nuestra mente, permitiendo el autoconocimiento y los cambios de conducta necesarios para adquirir la maduración que algunos perseguimos, teniendo consciencia de que el crecimiento propicia nuestra propia evolución que, como valor agregado, nos traerá muchas satisfacciones por el vínculo con el conocimiento, nuestras metas y la transformación de nuestra visión de las cosas.

A manera de conclusión, tenemos que superar los patrones que ponen freno a nuestra vida y a nuestro potencial; podemos romper paradigmas para evolucionar nuestra manera de hacer las cosas y atrevernos a salir de nuestro estado de confort, lo que invariablemente representará una mejor adaptación a los cambios e infaliblemente el encuentro con el éxito.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19.