/ lunes 18 de enero de 2021

Desde el faro | ¡¡Buenas con el gallo!!

Jugar a la lotería es sinónimo de convivencia y de los juegos más tradicionales en México, donde se reúnen familias, amigos, vecinos y hasta clubes sociales para recaudar economías y destinarlo a alguna causa de beneficencia.

La lotería mexicana está compuesta por 54 cartas, cada una de ellas, tiene un verso para cantarla, aunque no muchos las conocen,

En las ferias de los pueblos, se hacen presentes con las kermeses o la fiesta patronal, así como en las comilonas familiares. Pero en las ciudades se organizan en recintos sociales con más ”caché” o como se dice ahora, más “fifi”

Según datos históricos, este juego data en Italia, aproximadamente en 1400. En aquel entonces, el juego se llamaba lotto y consistía en sacar 5 números de un total de 90, cada número estaba asociado con una imagen, obvio no eran las imágenes tal como ahora las conocemos.

Anteriormente su práctica se extendió hasta España y fue traído en el siglo XVIII a la entonces Nueva España en conquista. Mientras aquí se practicaba el juego de pelota, era impensable suponer que llegaría a ser un juego muy popular en México, la razón que en un principio la lotería era exclusivamente practicada por las clases altas en la Colonia.

El esparcimiento en práctica, consta de 54 cartas para jugar, cada una con una imagen diferente, un número y nombre de la carta.

Fue durante la Guerra de Independencia de México (1810 – 1821), que la lotería se convirtió en un pasatiempo cotidiano entre los soldados. Les ayudaba a sobrellevar grandes campañas y los distraía del dolor de la guerra. A su regreso de los campos de batalla, en sus pueblos y en sus hogares, popularizaron el juego. Y así la lotería se extendió por todo México.

Las imágenes de la lotería fueron transformándose con el tiempo, adoptando iconos que representaban a la sociedad y el devenir cotidiano, social y económico.

La lotería que todos conocemos en la actualidad está conformada por imágenes resultado del trabajo del empresario francés Clemente Jacques. Que en 1887 imprimió su propia versión de la lotería.

Durante el siglo XVIII Y XIX era muy común encontrar en las plazas y ferias del país los cartones del juego de la lotería. La poesía popular se hacía presente, cuando el personaje dedicado a “cantar las cartas” recitaba versos alusivos a las imágenes de la baraja.

Todos en alguna época hemos jugado la lotería, disfrutamos la emoción de estar “bien amarrados” y ganar o perder en el peor de los casos, también la desilusión porque en una tarde, no pudimos ganamos ni una sola corrida, todo por culpa de la mala suerte.

Por cuestión de espacio en esta columna, no les puedo compartir cada uno de los versos de la tradicional lotería mexicana, que ahorita por motivo de pandemia se han suspendido en forma masiva.

Les prometo que el siguiente lunes, Dios mediante, les compartiré cada uno de los versos para que la próxima vez que juguemos lotería la cantemos de manera alegre.

Cronista de Ciudad Madero

Jugar a la lotería es sinónimo de convivencia y de los juegos más tradicionales en México, donde se reúnen familias, amigos, vecinos y hasta clubes sociales para recaudar economías y destinarlo a alguna causa de beneficencia.

La lotería mexicana está compuesta por 54 cartas, cada una de ellas, tiene un verso para cantarla, aunque no muchos las conocen,

En las ferias de los pueblos, se hacen presentes con las kermeses o la fiesta patronal, así como en las comilonas familiares. Pero en las ciudades se organizan en recintos sociales con más ”caché” o como se dice ahora, más “fifi”

Según datos históricos, este juego data en Italia, aproximadamente en 1400. En aquel entonces, el juego se llamaba lotto y consistía en sacar 5 números de un total de 90, cada número estaba asociado con una imagen, obvio no eran las imágenes tal como ahora las conocemos.

Anteriormente su práctica se extendió hasta España y fue traído en el siglo XVIII a la entonces Nueva España en conquista. Mientras aquí se practicaba el juego de pelota, era impensable suponer que llegaría a ser un juego muy popular en México, la razón que en un principio la lotería era exclusivamente practicada por las clases altas en la Colonia.

El esparcimiento en práctica, consta de 54 cartas para jugar, cada una con una imagen diferente, un número y nombre de la carta.

Fue durante la Guerra de Independencia de México (1810 – 1821), que la lotería se convirtió en un pasatiempo cotidiano entre los soldados. Les ayudaba a sobrellevar grandes campañas y los distraía del dolor de la guerra. A su regreso de los campos de batalla, en sus pueblos y en sus hogares, popularizaron el juego. Y así la lotería se extendió por todo México.

Las imágenes de la lotería fueron transformándose con el tiempo, adoptando iconos que representaban a la sociedad y el devenir cotidiano, social y económico.

La lotería que todos conocemos en la actualidad está conformada por imágenes resultado del trabajo del empresario francés Clemente Jacques. Que en 1887 imprimió su propia versión de la lotería.

Durante el siglo XVIII Y XIX era muy común encontrar en las plazas y ferias del país los cartones del juego de la lotería. La poesía popular se hacía presente, cuando el personaje dedicado a “cantar las cartas” recitaba versos alusivos a las imágenes de la baraja.

Todos en alguna época hemos jugado la lotería, disfrutamos la emoción de estar “bien amarrados” y ganar o perder en el peor de los casos, también la desilusión porque en una tarde, no pudimos ganamos ni una sola corrida, todo por culpa de la mala suerte.

Por cuestión de espacio en esta columna, no les puedo compartir cada uno de los versos de la tradicional lotería mexicana, que ahorita por motivo de pandemia se han suspendido en forma masiva.

Les prometo que el siguiente lunes, Dios mediante, les compartiré cada uno de los versos para que la próxima vez que juguemos lotería la cantemos de manera alegre.

Cronista de Ciudad Madero