/ lunes 1 de marzo de 2021

Desde el faro | La Morena, dama que logra la firma de Santa Anna para fundar Tampico

Los personajes que conocemos por la historia oficial hemos aprendido a admirarlos o a odiarlos según sea su caso.

Protagonistas de suma importancia por sus actos han sido exaltados o satanizados. Y este ha sido el caso del General Antonio López de Santa Anna, como todos los hombres tuvo sus clarososcuros. De ante mano sé, que el simple hecho de mencionar a Santa Anna causa polémica, ¿pero qué acaso no merece ser reconocido por sus aciertos?

Y de eso se trata, voltear a ver el otro lado del personaje en mención con todas sus facetas. Según las crónicas, Santa Anna era un hombre muy apuesto, gallardo, simpático y carismático, pero también era un muy buen estratega militar, osado y valiente, aunque ganó muchas batallas, también perdió algunas.

Pero lo que en esta ocasión nos acontece es platicarles como el apuesto militar nuevamente fenece ante la belleza de una mujer y de la que poco se sabe, don Reynaldo Castillo Portes, platicaba de la famosa “Morena” doña María del Carmen Pérez Vera.

El jefe supremo llegó a la Villa de Altamira, era una persona muy influyente en el gobierno y pasaba por el pueblo rumbo a la Ciudad de México; el cabildo y los pobladores acordaron dirigirse al general Santa Anna y pedirle fuera el conducto para conseguir la firma del permiso para poblar Tampico y tener salida al mar y una aduana. Los habitantes de la Villa encabezados por sus autoridades recibieron con júbilo a las tropas y al General.

El presidente municipal Don Juan de Villatoro hizo la petición al militar a nombre del pueblo y por la noche se les ofreció una gran recepción en el Palacio Municipal a la que asistió Santa Anna con su estado mayor, autoridades y familias altamirenses. Pero siendo como era, un coqueto al saberse guapo, no perdía oportunidad de admirar la belleza de las mujeres y esta no sería la excepción.

El general quedó prendado de una guapa mujer que por su carácter alegre y gran personalidad era admirada por los hombres en todos los actos sociales que se verificaban en la villa; cariñosamente le llamaban “La Morena”. Dama de origen mulato, unos ojos enigmáticos, con gran belleza y porte, aunado a un cuerpo maravilloso que pareciera esculpido por un artista renacentista.

Despierta inevitablemente la atención del general, dispuesto a seducir a La Morena, que cabe aclarar era una mujer viuda y muy bien aceptada por la sociedad altamirense. Fue ella un factor determinante para que el jefe del ejército libertador cambiara el curso de la historia y el futuro del puerto quedara en la provincia del Nuevo Santander, hoy Tamaulipas.

Al día siguiente un 7 de abril de 1823, López de Santa Anna contesta así: “En virtud de las sólidas razones que expresa en la presente instancia el ilustre Ayuntamiento de esta Villa y después de haber tomado todos los informes necesarios para proceder con acierto en el punto a que se refiere, he creído convenientemente a beneficio de la nación, conceder interinamente y hasta la aprobación del supremo gobierno, la formación de un pueblo en el paraje nombrado Tampico el Viejo, arreglándose el plan que para el efecto se me ha presentado y examiné escrupulosamente; pues esta medida encierre entre otras, la conocida ventaja de aumento de la población” Firma General Antonio López de Santa Anna.

En un acto de agradecimiento, ese mismo año el ayuntamiento altamirense propuso a su Señoría que el nuevo centro poblacional se denominara Santa Anna de Tampico. Obvio que la idea era más que halagadora a su persona y aprobó con modestia la propuesta. Mientras tanto La Morena se convirtió en leyenda y nombre de una calle de Tampico que hace par de años fue cambiada.

Es hasta 1829 que regresa para combatir la invasión española de Barradas. Logrando el triunfo en La Barra el 11 de septiembre de 1829. A falta de información, no se sabe el final de la dama de quien se ignora su paradero.

La mujer ha sido pieza importante para la decisión en muchos acontecimientos de la historia, desgraciadamente algunas plumas las tachan de prostitutas o mujeres de alegre actuar, sea como sea sus acciones toman relevancia al valor de mujeres que hicieron historia, tal es el caso de Doña Cecilia Villarreal primera pobladora de hoy Ciudad Madero, Doña Josefa Ortiz de Domínguez, Doña Leona Vicario y hasta la célebre Güera Rodríguez por solo mencionar algunas.

Y usted amable lector, ¿conoce alguna mujer que ha cambiado el rumbo de la historia?

(Algunos datos históricos, compartidos por Francisco Castellanos, cronista de Altamira)

Los personajes que conocemos por la historia oficial hemos aprendido a admirarlos o a odiarlos según sea su caso.

Protagonistas de suma importancia por sus actos han sido exaltados o satanizados. Y este ha sido el caso del General Antonio López de Santa Anna, como todos los hombres tuvo sus clarososcuros. De ante mano sé, que el simple hecho de mencionar a Santa Anna causa polémica, ¿pero qué acaso no merece ser reconocido por sus aciertos?

Y de eso se trata, voltear a ver el otro lado del personaje en mención con todas sus facetas. Según las crónicas, Santa Anna era un hombre muy apuesto, gallardo, simpático y carismático, pero también era un muy buen estratega militar, osado y valiente, aunque ganó muchas batallas, también perdió algunas.

Pero lo que en esta ocasión nos acontece es platicarles como el apuesto militar nuevamente fenece ante la belleza de una mujer y de la que poco se sabe, don Reynaldo Castillo Portes, platicaba de la famosa “Morena” doña María del Carmen Pérez Vera.

El jefe supremo llegó a la Villa de Altamira, era una persona muy influyente en el gobierno y pasaba por el pueblo rumbo a la Ciudad de México; el cabildo y los pobladores acordaron dirigirse al general Santa Anna y pedirle fuera el conducto para conseguir la firma del permiso para poblar Tampico y tener salida al mar y una aduana. Los habitantes de la Villa encabezados por sus autoridades recibieron con júbilo a las tropas y al General.

El presidente municipal Don Juan de Villatoro hizo la petición al militar a nombre del pueblo y por la noche se les ofreció una gran recepción en el Palacio Municipal a la que asistió Santa Anna con su estado mayor, autoridades y familias altamirenses. Pero siendo como era, un coqueto al saberse guapo, no perdía oportunidad de admirar la belleza de las mujeres y esta no sería la excepción.

El general quedó prendado de una guapa mujer que por su carácter alegre y gran personalidad era admirada por los hombres en todos los actos sociales que se verificaban en la villa; cariñosamente le llamaban “La Morena”. Dama de origen mulato, unos ojos enigmáticos, con gran belleza y porte, aunado a un cuerpo maravilloso que pareciera esculpido por un artista renacentista.

Despierta inevitablemente la atención del general, dispuesto a seducir a La Morena, que cabe aclarar era una mujer viuda y muy bien aceptada por la sociedad altamirense. Fue ella un factor determinante para que el jefe del ejército libertador cambiara el curso de la historia y el futuro del puerto quedara en la provincia del Nuevo Santander, hoy Tamaulipas.

Al día siguiente un 7 de abril de 1823, López de Santa Anna contesta así: “En virtud de las sólidas razones que expresa en la presente instancia el ilustre Ayuntamiento de esta Villa y después de haber tomado todos los informes necesarios para proceder con acierto en el punto a que se refiere, he creído convenientemente a beneficio de la nación, conceder interinamente y hasta la aprobación del supremo gobierno, la formación de un pueblo en el paraje nombrado Tampico el Viejo, arreglándose el plan que para el efecto se me ha presentado y examiné escrupulosamente; pues esta medida encierre entre otras, la conocida ventaja de aumento de la población” Firma General Antonio López de Santa Anna.

En un acto de agradecimiento, ese mismo año el ayuntamiento altamirense propuso a su Señoría que el nuevo centro poblacional se denominara Santa Anna de Tampico. Obvio que la idea era más que halagadora a su persona y aprobó con modestia la propuesta. Mientras tanto La Morena se convirtió en leyenda y nombre de una calle de Tampico que hace par de años fue cambiada.

Es hasta 1829 que regresa para combatir la invasión española de Barradas. Logrando el triunfo en La Barra el 11 de septiembre de 1829. A falta de información, no se sabe el final de la dama de quien se ignora su paradero.

La mujer ha sido pieza importante para la decisión en muchos acontecimientos de la historia, desgraciadamente algunas plumas las tachan de prostitutas o mujeres de alegre actuar, sea como sea sus acciones toman relevancia al valor de mujeres que hicieron historia, tal es el caso de Doña Cecilia Villarreal primera pobladora de hoy Ciudad Madero, Doña Josefa Ortiz de Domínguez, Doña Leona Vicario y hasta la célebre Güera Rodríguez por solo mencionar algunas.

Y usted amable lector, ¿conoce alguna mujer que ha cambiado el rumbo de la historia?

(Algunos datos históricos, compartidos por Francisco Castellanos, cronista de Altamira)