/ martes 30 de abril de 2024

Economía y bienestar / Realmente el dinero es lo más importante

Regularmente en materia económica se le ha dado suma importancia al dinero como un elemento fundamental que norma toda conducta, directrices y aspiraciones del ser humano, al grado de ubicarlo en muchos casos como el móvil de nuestra propia existencia, situación que debemos tomarla con mucha reserva, ya que parece ser en los tiempos modernos, el dinero se ha convertido en el fin primordial de la existencia del hombre, cuando en realidad deberíamos tomarlo sólo como un instrumento, así como un medio a través del cual realizamos una serie de actividades y operaciones económicas, es decir, debemos tomar al dinero como un medio o instrumento y no como un fin.

Lo anterior muestra el grado de alienación que se tiene respecto al dinero, por lo que, resulta de suma importancia que nosotros como individuos, debamos aprender a manejar el dinero de una manera objetiva y racional, que permita facilitarnos las actividades económicas y de éstas a la calidad de vida que pudiéramos obtener con un manejo adecuado del mismo.

Si bien es cierto, el dinero como un instrumento, nos permite intercambiar mercancías, nos permite medir valores, e inclusive dependiendo del tipo de moneda, atesorar, si es que ésta está acuñada con algún metal valioso como puede ser el oro o la plata.

Por otra parte, el dinero como cualquier otra mercancía, misma que debemos aprender a manejar, también se devalúa o pierde valor al paso del tiempo, por lo que es importante tomar en cuenta que el precio del dinero en el mercado está dado por la tasa de interés, es decir, si hay mucho dinero en circulación la tasa de interés será baja y viceversa, si hay mucho dinero en circulación se registrarán efectos en la tasa de interés, cualquiera que sea el caso, siempre hay que tener presente que el dinero tiene circunstancias que pueden acrecentar su valor o inclusive que lo pierda.

Lo anterior, ha puesto en el centro de la discusión de muchos economistas y filósofos sobre cuál es la esencia misma del dinero y la actitud que asumimos los hombres respecto al mismo, si bien es cierto, para la escuela clásica de la economía, la demanda de dinero se fundamentaba en dos situaciones primordiales.

La primera por motivos de transacción y la segunda por motivos precautorios o de previsión, es decir, la primera sí enfocaba a las actividades de compra venta que cada uno de nosotros hace en el mercado, y la segunda con la expectativa de futuro que cada persona haga, es decir, si se ve un futuro con serios problemas se demanda dinero para estar prevenidos ante las adversidades del tiempo y viceversa si se ve un futuro disipado de problemas se gasta con mayor facilidad.

Estos dos motivos, de precaución y transacción, fueron posteriormente enriquecidos por la escuela keynesiana, quien afirmó que existía un tercer elemento a través del cual las personas también demandan dinero, este hace alusión al motivo especulación, lo cual implica que hoy por hoy los tenedores de dinero están atentos a las variaciones que haya en la tasa de interés, para poder direccionar su demanda de dinero hacia aquellos sistemas cuyos beneficios sean mayores.

Cualquiera que sea el caso, queda claro que debemos ser nosotros los que aprendamos a mover el dinero como un instrumento, y no que éste sea el móvil que nos mueva y le dé vida a nuestra existencia, de ahí el grado de enajenación de muchos sectores de la sociedad que han puesto como móvil de su existencia al dinero como un fin último, cuando éste sólo es un instrumento que debemos aprender a manejarlo y todo lo contrario, que éste termine manejando nuestra existencia.

Regeneración 19

Regularmente en materia económica se le ha dado suma importancia al dinero como un elemento fundamental que norma toda conducta, directrices y aspiraciones del ser humano, al grado de ubicarlo en muchos casos como el móvil de nuestra propia existencia, situación que debemos tomarla con mucha reserva, ya que parece ser en los tiempos modernos, el dinero se ha convertido en el fin primordial de la existencia del hombre, cuando en realidad deberíamos tomarlo sólo como un instrumento, así como un medio a través del cual realizamos una serie de actividades y operaciones económicas, es decir, debemos tomar al dinero como un medio o instrumento y no como un fin.

Lo anterior muestra el grado de alienación que se tiene respecto al dinero, por lo que, resulta de suma importancia que nosotros como individuos, debamos aprender a manejar el dinero de una manera objetiva y racional, que permita facilitarnos las actividades económicas y de éstas a la calidad de vida que pudiéramos obtener con un manejo adecuado del mismo.

Si bien es cierto, el dinero como un instrumento, nos permite intercambiar mercancías, nos permite medir valores, e inclusive dependiendo del tipo de moneda, atesorar, si es que ésta está acuñada con algún metal valioso como puede ser el oro o la plata.

Por otra parte, el dinero como cualquier otra mercancía, misma que debemos aprender a manejar, también se devalúa o pierde valor al paso del tiempo, por lo que es importante tomar en cuenta que el precio del dinero en el mercado está dado por la tasa de interés, es decir, si hay mucho dinero en circulación la tasa de interés será baja y viceversa, si hay mucho dinero en circulación se registrarán efectos en la tasa de interés, cualquiera que sea el caso, siempre hay que tener presente que el dinero tiene circunstancias que pueden acrecentar su valor o inclusive que lo pierda.

Lo anterior, ha puesto en el centro de la discusión de muchos economistas y filósofos sobre cuál es la esencia misma del dinero y la actitud que asumimos los hombres respecto al mismo, si bien es cierto, para la escuela clásica de la economía, la demanda de dinero se fundamentaba en dos situaciones primordiales.

La primera por motivos de transacción y la segunda por motivos precautorios o de previsión, es decir, la primera sí enfocaba a las actividades de compra venta que cada uno de nosotros hace en el mercado, y la segunda con la expectativa de futuro que cada persona haga, es decir, si se ve un futuro con serios problemas se demanda dinero para estar prevenidos ante las adversidades del tiempo y viceversa si se ve un futuro disipado de problemas se gasta con mayor facilidad.

Estos dos motivos, de precaución y transacción, fueron posteriormente enriquecidos por la escuela keynesiana, quien afirmó que existía un tercer elemento a través del cual las personas también demandan dinero, este hace alusión al motivo especulación, lo cual implica que hoy por hoy los tenedores de dinero están atentos a las variaciones que haya en la tasa de interés, para poder direccionar su demanda de dinero hacia aquellos sistemas cuyos beneficios sean mayores.

Cualquiera que sea el caso, queda claro que debemos ser nosotros los que aprendamos a mover el dinero como un instrumento, y no que éste sea el móvil que nos mueva y le dé vida a nuestra existencia, de ahí el grado de enajenación de muchos sectores de la sociedad que han puesto como móvil de su existencia al dinero como un fin último, cuando éste sólo es un instrumento que debemos aprender a manejarlo y todo lo contrario, que éste termine manejando nuestra existencia.

Regeneración 19