/ martes 4 de junio de 2019

El liderazgo es una cuestión de inteligencia, honradez, humanidad, coraje y disciplina... Cuando uno posee esas cinco virtudes, puede ser líder

Hemos venido escuchando a nuestros grandes valores opinar muy bien de nuestro futbol. Eso no es de ahora, pues ya lo hacían Hugo y Rafa en su tiempo. Carlos Vela, desde la Segunda División Española, estaba seguro de que si hacía bien las cosas con el Zalamanca, algún equipo lo iba a ver y seguramente se lo llevaría a la Primera División. Optimista el joven aseguraba que México había ya superado su condición de equipo normal, para pasar a ser uno de respeto que pronto estaría en los primeros niveles.

Y eso mismo se lo escuchamos a Héctor Herrera, Andrés Guardado, Héctor Moreno y Javier Hernández y, no mintieron, en su nivel, todos ellos triunfaron, sin embargo nuestro futbol no acaba por destacar ni siquiera con la participación de ellos mismos. Y es que siempre buscamos el problema entre los jugadores, sin tocar los malos sistemas de competencia que por años hemos venido usando, incluyendo las competencias internacionales a las que no somos invitados por no coincidir con las fechas de nuestros campeonatos.

Y si a eso le agregamos la cantidad de directores técnicos que equivocadamente han contratado nuestros federativos, consiguiendo con ello que nuestro representativo sea un equipo sin identidad, sin un estilo definido que nos caracterice. En aquel tiempo Vela declaró, “Estoy muy tranquilo, la verdad no me plantee algo muy exacto, por algo pasan las cosas y, lo que venga, si es bueno lo agarraré y trataré de aprovecharlo. Venirme, aunque haya sido a la segunda división, me ha servido para mejorar en muchos aspectos y, se que aún puedo mejorar más, me queda mucho por delante”.

No cabe la menor duda de que Carlos Vela es el fut-bolista mexicano con mejor técnica, pero en México no nos gustan los jugadores valientes que incluso no necesitan de la selección para ser lo que son, como lo ha sido Platini, Cruyff, Pelé, que renunciaron a la selección de su país encontrándose en plenitud de facultades (31 años los tres), sin que eso afectara para nada a su vida. Ya mucho se ha escrito sobre la vida deportiva de este muchacho, que a su corta edad, ya se cuentan historias que lo elevan al nivel de leyenda.

Se dice que cuando Arsenal y Chivas negociaban su traspaso, hubo un instante en el que se trabó todo y, cuando estaba a punto de caerse la contratación, Arsene Wegner, director técnico del equipo inglés, entró en las oficinas y dijo “En el futuro, Vela hará olvidar a Henry” y, la firma se estampó sin más contratiempo. En Perú había dicho, “Somos diferentes a los demás mexicanos”, ¿Podría aplicarse esa misma frase ahora con los jugadores que están en Europa, en cuestión de mentalidad y futbol?... En México se juega muy bien y hay buenos jugadores, pero irse a jugar a Europa es muy difícil de conseguir, pues si algún equipo muestra interés por un jugador mexicano su club lo tasa en una cantidad con la que los interesados podrían comprar a dos jugadores argentinos o uruguayos, o a tres chilenos o colombianos.

Ya en aquel tiempo, Vela tenía el convencimiento de que el futbol mexicano mostraba un visible crecimiento en el que la Selección Nacional había superado lo normal para transformarse en una reprentación superior difícil, que pronto alcanzará mejores lugares. Y, así es como lo vemos todos, pero cuando hay que demostrarlo, la confusión emanada de los escritorios del club, hasta los de la Federación, llegan hasta el vestidor convirtiéndose en un caos que termina en otro fracaso más. Entonces vuelve la actividad a los escritorios aquellos, en donde se planifican los fracasos.

Aquel equipo de Lavolpe, que nos entusiasmara tanto como el de Mejía Barón y el de Lapuente, se iría por la borda igual que los otros. Ninguno de los tres tenía características similares, fueron distintos y, sin embargo, nos hubiera gustado plantarnos en cualquiera de aquellos estilos, pero así somos los mexicanos, volubles, incapaces de mantener una verticalidad. En el Mundial del 2006, estos fueron los protagonistas: Oswaldo Sánchez; Mario Méndez, Carlos Salcido, Rafael Márquez, Ricardo Osorio; Gonzálo Pineda, Pável Pardo, Gerardo Torrado, Zinha, Guillermo Franco, Omar Bravo, Francisco Fonseca, Jesús Arellano y Ramón Morales y, ante el extrañamiento de la afición mexicana, la Federación Mexicana aceptó que Ricardo Lavolpe, gran estratega pero pésima persona, dejara fuera del equipo al único mexicano que siempre cumplió con la selección, el mejor líder en la historia del futbol mexicano, Cuauhtémoc Blanco. Pero Lavolpe apostó por dos extranjeros, Franco y Zinha.

Hasta pronto amigo.

Hemos venido escuchando a nuestros grandes valores opinar muy bien de nuestro futbol. Eso no es de ahora, pues ya lo hacían Hugo y Rafa en su tiempo. Carlos Vela, desde la Segunda División Española, estaba seguro de que si hacía bien las cosas con el Zalamanca, algún equipo lo iba a ver y seguramente se lo llevaría a la Primera División. Optimista el joven aseguraba que México había ya superado su condición de equipo normal, para pasar a ser uno de respeto que pronto estaría en los primeros niveles.

Y eso mismo se lo escuchamos a Héctor Herrera, Andrés Guardado, Héctor Moreno y Javier Hernández y, no mintieron, en su nivel, todos ellos triunfaron, sin embargo nuestro futbol no acaba por destacar ni siquiera con la participación de ellos mismos. Y es que siempre buscamos el problema entre los jugadores, sin tocar los malos sistemas de competencia que por años hemos venido usando, incluyendo las competencias internacionales a las que no somos invitados por no coincidir con las fechas de nuestros campeonatos.

Y si a eso le agregamos la cantidad de directores técnicos que equivocadamente han contratado nuestros federativos, consiguiendo con ello que nuestro representativo sea un equipo sin identidad, sin un estilo definido que nos caracterice. En aquel tiempo Vela declaró, “Estoy muy tranquilo, la verdad no me plantee algo muy exacto, por algo pasan las cosas y, lo que venga, si es bueno lo agarraré y trataré de aprovecharlo. Venirme, aunque haya sido a la segunda división, me ha servido para mejorar en muchos aspectos y, se que aún puedo mejorar más, me queda mucho por delante”.

No cabe la menor duda de que Carlos Vela es el fut-bolista mexicano con mejor técnica, pero en México no nos gustan los jugadores valientes que incluso no necesitan de la selección para ser lo que son, como lo ha sido Platini, Cruyff, Pelé, que renunciaron a la selección de su país encontrándose en plenitud de facultades (31 años los tres), sin que eso afectara para nada a su vida. Ya mucho se ha escrito sobre la vida deportiva de este muchacho, que a su corta edad, ya se cuentan historias que lo elevan al nivel de leyenda.

Se dice que cuando Arsenal y Chivas negociaban su traspaso, hubo un instante en el que se trabó todo y, cuando estaba a punto de caerse la contratación, Arsene Wegner, director técnico del equipo inglés, entró en las oficinas y dijo “En el futuro, Vela hará olvidar a Henry” y, la firma se estampó sin más contratiempo. En Perú había dicho, “Somos diferentes a los demás mexicanos”, ¿Podría aplicarse esa misma frase ahora con los jugadores que están en Europa, en cuestión de mentalidad y futbol?... En México se juega muy bien y hay buenos jugadores, pero irse a jugar a Europa es muy difícil de conseguir, pues si algún equipo muestra interés por un jugador mexicano su club lo tasa en una cantidad con la que los interesados podrían comprar a dos jugadores argentinos o uruguayos, o a tres chilenos o colombianos.

Ya en aquel tiempo, Vela tenía el convencimiento de que el futbol mexicano mostraba un visible crecimiento en el que la Selección Nacional había superado lo normal para transformarse en una reprentación superior difícil, que pronto alcanzará mejores lugares. Y, así es como lo vemos todos, pero cuando hay que demostrarlo, la confusión emanada de los escritorios del club, hasta los de la Federación, llegan hasta el vestidor convirtiéndose en un caos que termina en otro fracaso más. Entonces vuelve la actividad a los escritorios aquellos, en donde se planifican los fracasos.

Aquel equipo de Lavolpe, que nos entusiasmara tanto como el de Mejía Barón y el de Lapuente, se iría por la borda igual que los otros. Ninguno de los tres tenía características similares, fueron distintos y, sin embargo, nos hubiera gustado plantarnos en cualquiera de aquellos estilos, pero así somos los mexicanos, volubles, incapaces de mantener una verticalidad. En el Mundial del 2006, estos fueron los protagonistas: Oswaldo Sánchez; Mario Méndez, Carlos Salcido, Rafael Márquez, Ricardo Osorio; Gonzálo Pineda, Pável Pardo, Gerardo Torrado, Zinha, Guillermo Franco, Omar Bravo, Francisco Fonseca, Jesús Arellano y Ramón Morales y, ante el extrañamiento de la afición mexicana, la Federación Mexicana aceptó que Ricardo Lavolpe, gran estratega pero pésima persona, dejara fuera del equipo al único mexicano que siempre cumplió con la selección, el mejor líder en la historia del futbol mexicano, Cuauhtémoc Blanco. Pero Lavolpe apostó por dos extranjeros, Franco y Zinha.

Hasta pronto amigo.