/ domingo 20 de octubre de 2019

El último adiós de Alicia

El pasado Jueves nos dio su último adiós la coreógrafa y bailarina cubana Alicia Alonso, tras ingresar a un hospital en La Habana por una baja de presión arterial muy fuerte. En Diciembre habría celebrado sus 99 años de vida.

Con una formación extraordinaria que la situó como la más excelsa intérprete de las obras mayores, Alicia Alonso escribió con su vida y su carrera, una especie de novela desarrollada en los más altos escenarios del mundo, con ritmo y movimiento únicos. –Ópera de París, Scala de Milán, Ópera de Viena… y mil más.

Su figura conquistó grandiosidad a partir de su siempre recordado papel de Giselle, en sustitución de Alicia Markova, en el Ballet Theatre, del que expone: “Bueno, tuve la oportunidad de bailar un papel tan importante como Giselle y sobre todo porque fue muy emocionante, nadie aceptó porque en el Metropolitan Opera House se había vendido todo con el nombre de ella bailando ese papel. Y yo, en mi inconsciencia, pues dije sí, yo lo bailo, trataré. Antón Dolin también fue muy bueno, él era el bailarín principal. Lo bailamos y me di cuenta de todo lo que no sabía, cuánto tenía que aprender, porque anteriormente yo había estado un año en cama por cuestión de mi vista y bailaba con mis dedos y me aprendía los papeles. Y eso fue muy fuerte para mí. Yo creía que lo sabía todo. Pero mentira, uno nunca se lo sabe todo. Eso es maravilloso, siempre hay algo más que uno tiene que aprender. Eso es la vida en sí”.

En una entrevista que le hiciera la Revista Proceso en 2008, se menciona que la actividad artística más difundida en Cuba, que involucra a mujeres y hombres, es el ballet. Tan es así, que hay escuelas en las diferentes provincias de toda la isla, y“recién solamente en La Habana se registraron cuatro mil seiscientos muchachos, esto sin contar los que ya están inscritos para estudiar la carrera de ballet como profesionales”.

Acerca de una nueva escuela de ballet en La Habana, Alonso comenta: “Es algo inmenso. En esta escuela se pretende que puedan venir a estudiar becados de todas partes del mundo. Hasta ahora damos asesorías en Milán, Roma, Francfort, Londres, París, Tokio, Estocolmo, Oslo, Pekín. En casi toda Europa, América Latina, Asia y en Estados Unidos. Nuestros alcances son muy grandes y queremos ayudar. Podemos llevar ballet, amistad y paz”.

Durante su temprana época en Nueva York (1943-45), Alicia Alonso fue operada de los ojos en dos ocasiones, y obligada a guardar reposo. En 1948 volvió a La Habana como bailarina invitada del Pro-Arte Musical y fundó su compañía el Ballet Alicia Alonso –posteriormente Ballet de Cuba y a partir de 1959, Ballet Nacional de Cuba–, tiempo en que empieza a coreografiar. En 1972, en Barcelona, fue nuevamente operada con éxito parcial. Ya desde un principio los médicos le advirtieron que debía dejar la danza, si quería conservar algo de visión. Ella por el contrario siguió depurando su técnica sobre el escenario mientras iba perdiendo la vista…

Alicia Alonso fue una de las primera bailarinas occidentales invitada a bailar en el entonces Teatro Kirov en Leningrado, y en el Teatro Bolshói de Moscú en plena guerra fría. Por una ventana la vio ensayar “un estudiante llamado Rudolf Nuréyev”, pero su amistad con el excelso bailarín se inauguró 30 años después. Alicia acumuló un éxito tras otro, un récord tras otro: ella fue “la que calzó las zapatillas de punta hasta más tiempo; la que apareció en una escena coreográfica pasado el umbral de los 90 años; la que bailó prácticamente ciega gran parte de su vida; la que recorrió el mundo más veces”.

Heredera de los grandes maestros, fue creando técnicas y parámetros inimaginables que maravillaron a propios y extraños, derivando en un público conocedor y, por ende, exigente. –Cuán importante es en toda cultura el desarrollo del público.

Siempre respetuosa de la tradición, nuestra Prima Ballerina Assoluta, recibió a lo largo de su fructuosa carrera importantes premios y menciones por sus versiones coreográficas de los grandes clásicos, y por la creación de significativos papeles para ballet contemporáneo, invaluables aportaciones al arte de la danza.

Alicia Alonso, originaria de “un país tan chiquitico”, nos obsequió hace algunos años con su arte luminoso en Tampico, en dos ocasiones: la primera teniendo como escenario el verde follaje del trópico y las serenas aguas de la Laguna del Carpintero; la segunda en el Teatro Metropolitano, en el marco del Festival Internacional Tamaulipas.

A los 9 años Alicia Alonso ingresó en la clase habanera del maestro ruso Nikolai Yavorski, y aquí empezó la HISTORIA... “En el aspecto técnico considero de gran importancia la honestidad del bailarín, del creador, del artista. Hay que entender las dificultades hasta vencerlas y luego extender sobre ellas la ilusión de la facilidad” –decía la hermosa Alicia, mientras hacía de este mundo su propio país de las maravillas...

e-mail: amparo.gberumen@gmail.com

El pasado Jueves nos dio su último adiós la coreógrafa y bailarina cubana Alicia Alonso, tras ingresar a un hospital en La Habana por una baja de presión arterial muy fuerte. En Diciembre habría celebrado sus 99 años de vida.

Con una formación extraordinaria que la situó como la más excelsa intérprete de las obras mayores, Alicia Alonso escribió con su vida y su carrera, una especie de novela desarrollada en los más altos escenarios del mundo, con ritmo y movimiento únicos. –Ópera de París, Scala de Milán, Ópera de Viena… y mil más.

Su figura conquistó grandiosidad a partir de su siempre recordado papel de Giselle, en sustitución de Alicia Markova, en el Ballet Theatre, del que expone: “Bueno, tuve la oportunidad de bailar un papel tan importante como Giselle y sobre todo porque fue muy emocionante, nadie aceptó porque en el Metropolitan Opera House se había vendido todo con el nombre de ella bailando ese papel. Y yo, en mi inconsciencia, pues dije sí, yo lo bailo, trataré. Antón Dolin también fue muy bueno, él era el bailarín principal. Lo bailamos y me di cuenta de todo lo que no sabía, cuánto tenía que aprender, porque anteriormente yo había estado un año en cama por cuestión de mi vista y bailaba con mis dedos y me aprendía los papeles. Y eso fue muy fuerte para mí. Yo creía que lo sabía todo. Pero mentira, uno nunca se lo sabe todo. Eso es maravilloso, siempre hay algo más que uno tiene que aprender. Eso es la vida en sí”.

En una entrevista que le hiciera la Revista Proceso en 2008, se menciona que la actividad artística más difundida en Cuba, que involucra a mujeres y hombres, es el ballet. Tan es así, que hay escuelas en las diferentes provincias de toda la isla, y“recién solamente en La Habana se registraron cuatro mil seiscientos muchachos, esto sin contar los que ya están inscritos para estudiar la carrera de ballet como profesionales”.

Acerca de una nueva escuela de ballet en La Habana, Alonso comenta: “Es algo inmenso. En esta escuela se pretende que puedan venir a estudiar becados de todas partes del mundo. Hasta ahora damos asesorías en Milán, Roma, Francfort, Londres, París, Tokio, Estocolmo, Oslo, Pekín. En casi toda Europa, América Latina, Asia y en Estados Unidos. Nuestros alcances son muy grandes y queremos ayudar. Podemos llevar ballet, amistad y paz”.

Durante su temprana época en Nueva York (1943-45), Alicia Alonso fue operada de los ojos en dos ocasiones, y obligada a guardar reposo. En 1948 volvió a La Habana como bailarina invitada del Pro-Arte Musical y fundó su compañía el Ballet Alicia Alonso –posteriormente Ballet de Cuba y a partir de 1959, Ballet Nacional de Cuba–, tiempo en que empieza a coreografiar. En 1972, en Barcelona, fue nuevamente operada con éxito parcial. Ya desde un principio los médicos le advirtieron que debía dejar la danza, si quería conservar algo de visión. Ella por el contrario siguió depurando su técnica sobre el escenario mientras iba perdiendo la vista…

Alicia Alonso fue una de las primera bailarinas occidentales invitada a bailar en el entonces Teatro Kirov en Leningrado, y en el Teatro Bolshói de Moscú en plena guerra fría. Por una ventana la vio ensayar “un estudiante llamado Rudolf Nuréyev”, pero su amistad con el excelso bailarín se inauguró 30 años después. Alicia acumuló un éxito tras otro, un récord tras otro: ella fue “la que calzó las zapatillas de punta hasta más tiempo; la que apareció en una escena coreográfica pasado el umbral de los 90 años; la que bailó prácticamente ciega gran parte de su vida; la que recorrió el mundo más veces”.

Heredera de los grandes maestros, fue creando técnicas y parámetros inimaginables que maravillaron a propios y extraños, derivando en un público conocedor y, por ende, exigente. –Cuán importante es en toda cultura el desarrollo del público.

Siempre respetuosa de la tradición, nuestra Prima Ballerina Assoluta, recibió a lo largo de su fructuosa carrera importantes premios y menciones por sus versiones coreográficas de los grandes clásicos, y por la creación de significativos papeles para ballet contemporáneo, invaluables aportaciones al arte de la danza.

Alicia Alonso, originaria de “un país tan chiquitico”, nos obsequió hace algunos años con su arte luminoso en Tampico, en dos ocasiones: la primera teniendo como escenario el verde follaje del trópico y las serenas aguas de la Laguna del Carpintero; la segunda en el Teatro Metropolitano, en el marco del Festival Internacional Tamaulipas.

A los 9 años Alicia Alonso ingresó en la clase habanera del maestro ruso Nikolai Yavorski, y aquí empezó la HISTORIA... “En el aspecto técnico considero de gran importancia la honestidad del bailarín, del creador, del artista. Hay que entender las dificultades hasta vencerlas y luego extender sobre ellas la ilusión de la facilidad” –decía la hermosa Alicia, mientras hacía de este mundo su propio país de las maravillas...

e-mail: amparo.gberumen@gmail.com