/ martes 2 de febrero de 2021

Emprende y aprende | Hablemos de MVP

¿Alguna vez te has hecho las siguientes preguntas? ¿Te gustaría comprobar tus hipótesis sobre el problema, la solución y el mercado de tu producto de forma económica? ¿Quieres obtener mejor información de tus usuarios?

El producto mínimo viable (mejor conocido como MVP) es una de las bases sobre las que nace la metodología Lean Startup, y una de sus aportaciones más interesantes. El producto mínimo viable es aquel que nos permite lanzar el producto con el mínimo de funciones posible para que podamos aprender información relevante de su lanzamiento y uso de los usuarios mediante una serie de métricas.

En Lean Startup, a diferencia de otras metodologías similares como Customer Development, el conocimiento no se extrae directamente del cliente, sino que se obtiene de forma empírica a través del lanzamiento de diversas iteraciones del MVP. Se controlan una serie de métricas de las que se podrá extraer conocimiento del que se nutra la siguiente iteración.

De todas formas, ambas metodologías son perfectamente compatibles y se suelen aplicar en conjunto con el Business Model Canvas.

El producto mínimo viable está pensado para trabajar con el bucle construir-medir-aprender (Build-Measure-Learn) de forma que con cada nueva iteración construimos un nuevo MVP, en base al anterior o totalmente nuevo. Así, establecemos una serie de métricas con las que medimos la reacción de los usuarios.

Para acabar, aprendemos de toda esta información para realizar una nueva iteración

El proceso se realiza en este orden, pero se plantea de forma inversa, es decir, primero realizamos una serie de hipótesis que queremos comprobar (aprender), luego definimos una serie de indicadores o métricas para extraer la información que nos ayude a comprobar la hipótesis (medir). Finalmente, construimos el producto viable mínimo que necesitamos para medir y aprender sobre nuestra hipótesis.

Las hipótesis son variadas empezando la primera iteración con la pregunta básica: ¿existe un grupo de usuarios con el problema que nuestro producto pretende solucionar? Si la respuesta es no, somos nosotros los que tenemos un problema y hay que replantear todo de nuevo. Si la respuesta es sí, hemos dado el primer paso para alcanzar el éxito.

Es evidente que un producto que tenga las funciones mínimas necesarias para corroborar o desechar nuestras hipótesis no puede ser tan bueno como para gustar a la mayoría de los clientes, sin embargo, existen una serie de clientes agrupados bajo el nombre de early adopters, que dejan de lado la rigurosidad para abrazar productos en fase de evolución, solo con tal de estar a la última o probar cosas nuevas. Es con este público en mente con el que debemos plantearnos todo el proceso.

Más adelante, cuando hayamos testeado las hipótesis más importantes, haremos un cambio de rumbo para centrarnos en el gran mercado. Pero eso es un paso que nos queda todavía muy lejos.

Con cada nueva iteración que nos proporciona cada MVP del bucle construir-medir-aprender aceptamos nuestras hipótesis, ya sea como ciertas, como falsas o encontramos la necesidad de reformularlas o variarlas para volverlas a comprobar.

Con cada nueva iteración debemos tomar una decisión trascendental como puede ser perseverar iterando con base en la línea que estamos siguiendo en caso de que las hipótesis sean bastante acertadas, o bien, pivotar y cambiar de forma drástica la formulación de nuestras hipótesis. En caso de que no nos estemos acercando a la solución adecuada.

Este es uno de los mecanismos más importantes de Lean Startup y conviene tenerlo muy presente y no tener miedo de tomar la decisión de pivotar en caso de ser necesario.

Para poder tomar una decisión coherente es importante que nuestras métricas nos estén ofreciendo conocimiento real sobre los usuarios, métricas accionables, y sobre todas las cosas, no dejarnos llevar por las cifras de las métricas vanidosas.

Esto es todo por esta semana, te invito a compartir y dejar tu opinión acerca de más temas que consideres necesarios para tu desarrollo como emprendedor. Te agradezco mucho tu atención y apoyo.

¡Hasta la próxima semana!

Regeneración 19

Emprendedor y consultor empresarial.

CEO fundador de CSMX PARTNERS

francisco.pedraza@csmxpartners.com

@frankjpedraza

¿Alguna vez te has hecho las siguientes preguntas? ¿Te gustaría comprobar tus hipótesis sobre el problema, la solución y el mercado de tu producto de forma económica? ¿Quieres obtener mejor información de tus usuarios?

El producto mínimo viable (mejor conocido como MVP) es una de las bases sobre las que nace la metodología Lean Startup, y una de sus aportaciones más interesantes. El producto mínimo viable es aquel que nos permite lanzar el producto con el mínimo de funciones posible para que podamos aprender información relevante de su lanzamiento y uso de los usuarios mediante una serie de métricas.

En Lean Startup, a diferencia de otras metodologías similares como Customer Development, el conocimiento no se extrae directamente del cliente, sino que se obtiene de forma empírica a través del lanzamiento de diversas iteraciones del MVP. Se controlan una serie de métricas de las que se podrá extraer conocimiento del que se nutra la siguiente iteración.

De todas formas, ambas metodologías son perfectamente compatibles y se suelen aplicar en conjunto con el Business Model Canvas.

El producto mínimo viable está pensado para trabajar con el bucle construir-medir-aprender (Build-Measure-Learn) de forma que con cada nueva iteración construimos un nuevo MVP, en base al anterior o totalmente nuevo. Así, establecemos una serie de métricas con las que medimos la reacción de los usuarios.

Para acabar, aprendemos de toda esta información para realizar una nueva iteración

El proceso se realiza en este orden, pero se plantea de forma inversa, es decir, primero realizamos una serie de hipótesis que queremos comprobar (aprender), luego definimos una serie de indicadores o métricas para extraer la información que nos ayude a comprobar la hipótesis (medir). Finalmente, construimos el producto viable mínimo que necesitamos para medir y aprender sobre nuestra hipótesis.

Las hipótesis son variadas empezando la primera iteración con la pregunta básica: ¿existe un grupo de usuarios con el problema que nuestro producto pretende solucionar? Si la respuesta es no, somos nosotros los que tenemos un problema y hay que replantear todo de nuevo. Si la respuesta es sí, hemos dado el primer paso para alcanzar el éxito.

Es evidente que un producto que tenga las funciones mínimas necesarias para corroborar o desechar nuestras hipótesis no puede ser tan bueno como para gustar a la mayoría de los clientes, sin embargo, existen una serie de clientes agrupados bajo el nombre de early adopters, que dejan de lado la rigurosidad para abrazar productos en fase de evolución, solo con tal de estar a la última o probar cosas nuevas. Es con este público en mente con el que debemos plantearnos todo el proceso.

Más adelante, cuando hayamos testeado las hipótesis más importantes, haremos un cambio de rumbo para centrarnos en el gran mercado. Pero eso es un paso que nos queda todavía muy lejos.

Con cada nueva iteración que nos proporciona cada MVP del bucle construir-medir-aprender aceptamos nuestras hipótesis, ya sea como ciertas, como falsas o encontramos la necesidad de reformularlas o variarlas para volverlas a comprobar.

Con cada nueva iteración debemos tomar una decisión trascendental como puede ser perseverar iterando con base en la línea que estamos siguiendo en caso de que las hipótesis sean bastante acertadas, o bien, pivotar y cambiar de forma drástica la formulación de nuestras hipótesis. En caso de que no nos estemos acercando a la solución adecuada.

Este es uno de los mecanismos más importantes de Lean Startup y conviene tenerlo muy presente y no tener miedo de tomar la decisión de pivotar en caso de ser necesario.

Para poder tomar una decisión coherente es importante que nuestras métricas nos estén ofreciendo conocimiento real sobre los usuarios, métricas accionables, y sobre todas las cosas, no dejarnos llevar por las cifras de las métricas vanidosas.

Esto es todo por esta semana, te invito a compartir y dejar tu opinión acerca de más temas que consideres necesarios para tu desarrollo como emprendedor. Te agradezco mucho tu atención y apoyo.

¡Hasta la próxima semana!

Regeneración 19

Emprendedor y consultor empresarial.

CEO fundador de CSMX PARTNERS

francisco.pedraza@csmxpartners.com

@frankjpedraza