/ viernes 21 de septiembre de 2018

Justicia y acciones punitivas

Pues ahora resulta que no estamos en bancarrota, en quiebra, no, únicamente estamos en crisis y aunque el presidente electo no especificó a qué tipo de crisis se refería, pensamos que se trata de una crisis moral, lo que quizá podría ser peor que la económica.

De cualquier manera, tal parece que Andrés Manuel López Obrador va a necesitar en la Presidencia, a un vocero que de vez en cuando salga a aclarar “lo que el presidente quiso decir”, como aquel simpático comunicador que se convirtió en casi el “Pepe Grillo” de Vicente Fox Quezada.

Imagínese usted, cómo no vamos a estar en plena crisis moral, cuando por las calles de Guadalajara circulan tráileres transportando decenas de muertos desde hace dos años, cargando cuerpos humanos en descomposición sin encontrar donde sepultarlos.

Cómo no vamos a estar en crisis cuando el pueblo se toma la justicia por propia mano, linchando cruelmente a presuntos sospechosos de secuestro o robo, culpables o no de los que se les acusa.

Cómo no vamos a estar en crisis moral si los gobernantes y funcionarios públicos han caído en las garras –¿o serán mieles?- de la corrupción.

Crisis moral es olvidarse de los millones de pobres que no tienen ni para comer y para colmo, algún o alguna responsable de los programas de ayuda les roban los recursos.

También es crisis moral dejar en libertad a los delincuentes capturados o hacerse de la vista gorda con los que a ojos de todo el mundo medran a costo de los trabajadores.

Crisis moral es prohijar el ensanchamiento de la brecha social entre ricos y pobres, pues mientras unos ganan míseros 80 pesos diarios, otros nadan en salarios de 600 mil mensuales.

Pues ahora resulta que no estamos en bancarrota, en quiebra, no, únicamente estamos en crisis y aunque el presidente electo no especificó a qué tipo de crisis se refería, pensamos que se trata de una crisis moral, lo que quizá podría ser peor que la económica.

De cualquier manera, tal parece que Andrés Manuel López Obrador va a necesitar en la Presidencia, a un vocero que de vez en cuando salga a aclarar “lo que el presidente quiso decir”, como aquel simpático comunicador que se convirtió en casi el “Pepe Grillo” de Vicente Fox Quezada.

Imagínese usted, cómo no vamos a estar en plena crisis moral, cuando por las calles de Guadalajara circulan tráileres transportando decenas de muertos desde hace dos años, cargando cuerpos humanos en descomposición sin encontrar donde sepultarlos.

Cómo no vamos a estar en crisis cuando el pueblo se toma la justicia por propia mano, linchando cruelmente a presuntos sospechosos de secuestro o robo, culpables o no de los que se les acusa.

Cómo no vamos a estar en crisis moral si los gobernantes y funcionarios públicos han caído en las garras –¿o serán mieles?- de la corrupción.

Crisis moral es olvidarse de los millones de pobres que no tienen ni para comer y para colmo, algún o alguna responsable de los programas de ayuda les roban los recursos.

También es crisis moral dejar en libertad a los delincuentes capturados o hacerse de la vista gorda con los que a ojos de todo el mundo medran a costo de los trabajadores.

Crisis moral es prohijar el ensanchamiento de la brecha social entre ricos y pobres, pues mientras unos ganan míseros 80 pesos diarios, otros nadan en salarios de 600 mil mensuales.