/ sábado 24 de noviembre de 2018

La humildad es una virtud tan grande, que los argentinos la consideran un vicio

Boca Junior, el Clásico del Mundo... ¿Será?

Es increíble ver hasta qué punto los argentinos, que cuentan con un territorio tan vasto que ocupa el cuarto lugar en tamaño, que sin embargo, la mayor parte se encuentra despoblada, no estando su población en relación con su extensión territorial. Al clásico River Plate vs. Boca Juniors, muy humildemente, como suelen ser los argentinos, le llaman el clásico del mundo, tal vez porque la densidad futbolística argentina se concentra en Buenos Aires, que con trece millones de habitantes, cuenta con más estadios que cualquier otra ciudad del mundo (36), el más grande el de River para 61,688 personas, el de Racing para 51,889, 6 de entre 40 mil y 50 mil, 6 de entre 30 y 40 mil, ocho entre 20 y 30 mil, y 14 entre 10 y 20 mil. Todos feos, antiestéticos, anticuados, incómodos y sucios.

El escritor Alejandro Dolina dice que, Argentina está entre las cinco potencias mundiales y, que no hay otra ciudad en el mundo en donde se juegue más futbol que en Buenos Aires y que sus hombres juegan cuando menos una vez a la semana, ya sea en ligas o en cascaritas, de jóvenes o de veteranos, habilidosos o malos, terminando siempre como amigos y celebrándolo con una cena de pizza o de asado, asombrándose el escritor Dolina, de ver hombres hasta de 70 años corriendo tras la pelota, yo lo invitaría a que se diera una vueltecita por el Siete y Medio un sábado por la tarde, encontrará a varios no de 70, sino de ochenta. En fin, el Clásico del Mundo, en nada puede igualarse al Barcelona -Real Madrid. En fin, ya todos sabemos como son los argentinos de sencillitos.

Abrió la última jornada del torneo Apertura 2018, cuando en el estadio Morelos, los Monarcas recibieron a los líderes del campeonato, con un Morelia urgido por el triunfo para poder calificar, ya que de no hacerlo, deberá a esperar los resultados de los juegos Pachuca vs. León en el Miguel Hidalgo y Querétaro vs. Necaxa en la Corregidora, esperando que Pachuca o Querétaro pierdan para así calificar. Los equipos iniciaron alineando así: Monarcas: Sebastián Sosa, Carlos Guzmán, Emanuel Loeschbor, Gabriel Chiller, Sebastián Vegas, Rodolfo Vilchis, Rodrigo Millar, Aldo Rocha, Edison Flores, Sebastián Ferreira y Miguel Sansores... Por Cruz Azul estuvieron: Allison, Madueña, Pablo Aguilar, Lichnovski, Adrián Aldrete, Elías Hernández, Marcone, Baca, Mena, Édgar Méndez y Martín Cauterucho.

Para el Cruz Azul, con que empaten quedará fuera del alcance de cualquiera de sus perseguidores, siendo lo más seguro que continúe al frente de la tabla general. La expectación generada hizo que el estadio Morelos luciera pletórico y, muy pronto, el Morelia dio visos de su disposición para llevarse el triunfo, cuando Flores, el mejor jugador moreliano, asestó un frentazo que todos dimos como gol, pero sorpresivamene apareció la figura de Allison, que estirándose cuan largo es, logró desviar el balón a tiro de esquina, cuando ya se cantaba el gol.

El resto de la primera parte fue un constante accionar estéril, en el que daba la impresión de que a los jugadores de ambos equipos les quemaba el balón, pues nadie quería retenerlo, deshaciéndose de él sin darle sentido a sus toques, principalmente al Morelia, pues puede decirse que a los cementeros, esta forma de jugar de los Monarcas, les era muy a propósito a sus fines, que eran sacar cuando menos un empate que les sería suficiente par mantenerse fuera del alcance de cualquier equipo.

En el segundo tiempo nada cambió y, lo que esperabamos sería un gran partido, se fue tornando en un aburrido ir y venir sin que ocurriera nada. Elías Hernández y el español Méndez, otrora abastecedores incansables de balones para sus delanteros, ahora no lograban culminar una sola jugada. Fue hasta los 67 minutos de la segunda parte, cuando el recién entrado Roberto Alvarado recibió un balón frente a gol, esperando la barrida de un defensor para taparle el tiro, enganchando de izquierda el muchacho, para dejar en el sembrado a su rival y, tranquilamente servirle un bombón a Martín Cauterucho, quien solo frente a Sosa, le tocó a un lado haciendo imposible evitar la caída de su puerta. El ostión se había abierto sin que Morelia diera visos de mejora.

El juego continuó y 7 minutos después, en una jugada extraña, un tiro de esquina cobrado por Elías, al que el central Loeschboer salió a cortar, cayéndose solo, dejando libre totalmente a Pablo Aguilar quien no tuvo dificultad para hacer el segundo gol sentenciando el partido. Ahora solo queda esperar a los resultados de mañana entre Pachuca y León en Pachuca y Querétaro vs. Necaxa en el estadio La Corregidora.

La jornada 17 continúa hoy con los siguientes partidos: a las 17:00 horas, en la Corregidora, Querétaro vs. Necaxa... Más tarde, a las 19:00 horas, en el Luis Pirata Fuentes, el Veracruz vs. América... la misma hora en el Miguel Hidalgo, el Pachuca vs. León... En Guadalajara a las 21:00 horas, Chivas intentará echarle a perder la fiesta a Tigres, que aunque parezca mentira, deben ganar para calificar y finalmente, cierra la jornada sabatina en el estadio Bancomer entre los Rayados de Monterrey que enfrentarán al alicaído Atlas.

Hasta pronto amigo.


Boca Junior, el Clásico del Mundo... ¿Será?

Es increíble ver hasta qué punto los argentinos, que cuentan con un territorio tan vasto que ocupa el cuarto lugar en tamaño, que sin embargo, la mayor parte se encuentra despoblada, no estando su población en relación con su extensión territorial. Al clásico River Plate vs. Boca Juniors, muy humildemente, como suelen ser los argentinos, le llaman el clásico del mundo, tal vez porque la densidad futbolística argentina se concentra en Buenos Aires, que con trece millones de habitantes, cuenta con más estadios que cualquier otra ciudad del mundo (36), el más grande el de River para 61,688 personas, el de Racing para 51,889, 6 de entre 40 mil y 50 mil, 6 de entre 30 y 40 mil, ocho entre 20 y 30 mil, y 14 entre 10 y 20 mil. Todos feos, antiestéticos, anticuados, incómodos y sucios.

El escritor Alejandro Dolina dice que, Argentina está entre las cinco potencias mundiales y, que no hay otra ciudad en el mundo en donde se juegue más futbol que en Buenos Aires y que sus hombres juegan cuando menos una vez a la semana, ya sea en ligas o en cascaritas, de jóvenes o de veteranos, habilidosos o malos, terminando siempre como amigos y celebrándolo con una cena de pizza o de asado, asombrándose el escritor Dolina, de ver hombres hasta de 70 años corriendo tras la pelota, yo lo invitaría a que se diera una vueltecita por el Siete y Medio un sábado por la tarde, encontrará a varios no de 70, sino de ochenta. En fin, el Clásico del Mundo, en nada puede igualarse al Barcelona -Real Madrid. En fin, ya todos sabemos como son los argentinos de sencillitos.

Abrió la última jornada del torneo Apertura 2018, cuando en el estadio Morelos, los Monarcas recibieron a los líderes del campeonato, con un Morelia urgido por el triunfo para poder calificar, ya que de no hacerlo, deberá a esperar los resultados de los juegos Pachuca vs. León en el Miguel Hidalgo y Querétaro vs. Necaxa en la Corregidora, esperando que Pachuca o Querétaro pierdan para así calificar. Los equipos iniciaron alineando así: Monarcas: Sebastián Sosa, Carlos Guzmán, Emanuel Loeschbor, Gabriel Chiller, Sebastián Vegas, Rodolfo Vilchis, Rodrigo Millar, Aldo Rocha, Edison Flores, Sebastián Ferreira y Miguel Sansores... Por Cruz Azul estuvieron: Allison, Madueña, Pablo Aguilar, Lichnovski, Adrián Aldrete, Elías Hernández, Marcone, Baca, Mena, Édgar Méndez y Martín Cauterucho.

Para el Cruz Azul, con que empaten quedará fuera del alcance de cualquiera de sus perseguidores, siendo lo más seguro que continúe al frente de la tabla general. La expectación generada hizo que el estadio Morelos luciera pletórico y, muy pronto, el Morelia dio visos de su disposición para llevarse el triunfo, cuando Flores, el mejor jugador moreliano, asestó un frentazo que todos dimos como gol, pero sorpresivamene apareció la figura de Allison, que estirándose cuan largo es, logró desviar el balón a tiro de esquina, cuando ya se cantaba el gol.

El resto de la primera parte fue un constante accionar estéril, en el que daba la impresión de que a los jugadores de ambos equipos les quemaba el balón, pues nadie quería retenerlo, deshaciéndose de él sin darle sentido a sus toques, principalmente al Morelia, pues puede decirse que a los cementeros, esta forma de jugar de los Monarcas, les era muy a propósito a sus fines, que eran sacar cuando menos un empate que les sería suficiente par mantenerse fuera del alcance de cualquier equipo.

En el segundo tiempo nada cambió y, lo que esperabamos sería un gran partido, se fue tornando en un aburrido ir y venir sin que ocurriera nada. Elías Hernández y el español Méndez, otrora abastecedores incansables de balones para sus delanteros, ahora no lograban culminar una sola jugada. Fue hasta los 67 minutos de la segunda parte, cuando el recién entrado Roberto Alvarado recibió un balón frente a gol, esperando la barrida de un defensor para taparle el tiro, enganchando de izquierda el muchacho, para dejar en el sembrado a su rival y, tranquilamente servirle un bombón a Martín Cauterucho, quien solo frente a Sosa, le tocó a un lado haciendo imposible evitar la caída de su puerta. El ostión se había abierto sin que Morelia diera visos de mejora.

El juego continuó y 7 minutos después, en una jugada extraña, un tiro de esquina cobrado por Elías, al que el central Loeschboer salió a cortar, cayéndose solo, dejando libre totalmente a Pablo Aguilar quien no tuvo dificultad para hacer el segundo gol sentenciando el partido. Ahora solo queda esperar a los resultados de mañana entre Pachuca y León en Pachuca y Querétaro vs. Necaxa en el estadio La Corregidora.

La jornada 17 continúa hoy con los siguientes partidos: a las 17:00 horas, en la Corregidora, Querétaro vs. Necaxa... Más tarde, a las 19:00 horas, en el Luis Pirata Fuentes, el Veracruz vs. América... la misma hora en el Miguel Hidalgo, el Pachuca vs. León... En Guadalajara a las 21:00 horas, Chivas intentará echarle a perder la fiesta a Tigres, que aunque parezca mentira, deben ganar para calificar y finalmente, cierra la jornada sabatina en el estadio Bancomer entre los Rayados de Monterrey que enfrentarán al alicaído Atlas.

Hasta pronto amigo.