/ miércoles 23 de mayo de 2018

Las virtudes son las que hacen buenos tiempos, y los vicios, los malos

Jugadores extranjeros en todos los equipos y, sin ascenso ni descenso, ¿qué nos espera?

Nunca un equipo profesional de futbol impuso tal hegemonía como lo hiciera el legendario Real Madrid de Alfredo DiStéfano, que inició su dominio sobre la Copa de Europa, hoy Champions League, desde 1955-56, cuando la ganó por primera vez, para después ganar sucesivamente 56-57, 57-58, 58-59 y 59-60. Hoy se dice que si vence al Liverpool, estaría siendo el primero en conquistar la Copa tres veces consecutivas. Esto, porque cuando la ganaron en cinco veces, el torneo tenía nombre en español, entonces ganó cinco veces la Copa de Europa o la Copa Campeones de Europa, ahora Europa Champions League.

En la 60-61 apareció Eusebio para cortar la racha de los merengues y de ahí en adelante la han ganado en la 65-66, 97-98, 99-2000, 13-14, 15-16, 16-17, para acumular 12 en sus vitrinas. Le siguen en segundo lugar el Milán con 7, Bayern Munich, Barcelona y Liverpool con 5, Ajax 4, Inter y Manchesteer United con 3, Benfica, Juventus, Nottingham Forest y Porto con 2, Aston Villa, Borusia Dortmund, Celtic, Chelsea, Feyenoord, Hamburgo, Olympique de Marsella, PSV Eindhoven, Estrella Roja de Belgrado y Steaua de Bucarest con uno cada cual.

Aquel Real Madrid de DiStéfano, bien podría ser el equipo más poderoso que ha existido en Europa, pues su línea de ataque era verdaderamente temible. Antes de que iniciara la densidad triunfadora merengue, dos equipos sudamericanos los habían sacudido fuertemente en el mismo Santiago Bernabéu, que entonces se llamaba Chamartín y, estos equipos fueron el Millonarios de Bogotá, en donde alineaba DiStéfano, quien ya no regresó a Colombia, quedándose con el Real Madrid para iniciar el larguísimo reinado de la poderosa casa blanca del futbol de España.

El segundo equipo que exhibiera en aquel tiempo a los merengues, fue el Independiente de Avellaneda, que con nuestro inolvidable Ché Bonelli al frente, vencieron al Madrid ya con DiStéfano en sus líneas, nada menos que por goleada de 6-1, iniciando ahí el reinado merengue hasta la llegada de Eusebio al frente del Benfica primero, y Pelé con el Santos después.

Aquel Madrid fue un equipo de jugadores longevos, siendo DiStéfano y Gento los que más tiempo tardaron en dejar las canchas; de todos ellos, solamente Francisco Gento vive. Jugador chaparrito (1.71 m.) y regordete, de gran velocidad y habilidad endemoniada, que en Chile 62, con un contragolpe que inició en su propia área, condujo el balón hasta la nuestra para sacar una diagonal que Peyró remató para vencernos uno a cero. Gento jugó 18 años para el Real Madrid, y es el máximo ganador de orejonas con seis en total.

Hoy me parece que fue ayer, cuando desde el 57, a través de la televisión diferida, con una semana de atraso, podía en Monterrey disfrutar del futbol español y, no les miento al decirles que aquellos jugadores del Real Madrid estaban casados con la idea de tratar bien el balón, negándose al clásico “reviéntala” saliendo siempre tocando en corto, aun en los amontonamientos más densos dentro de la propia área. Sí, si ustedes ven videos viejos de aquellos partidos, encontrarán a jugadores más corpulentos que los actuales, siendo la mayoría más lentos que ahora, pero acaso se puede ser veloz conduciendo un balón que pesa un kilo, recordemos que los actuales no deben pesar más de 460 gramos. Así que denle uno de aquellos balones a Messi para que desarrolle la velocidad que ahora le vemos. En mis inicios, se permitía jugar usando boina, pero no crean que se hacía como un aliño para mejorar la estética, nada de eso, muchos de aquellos hombres rellenaban las boinas con papel periódico para poder cabecear aquellos pesados y duros balones de cuero, que cuando se humedecían duplicaban su peso.

Sin embargo, resultaba hermoso recrearse mirando aquellos virtuosos, salir erguidos elegantemente en medio de aquellos amontonamientos en las áreas, con el balón pegado al pie, pasándolo en corto, negándose a la patada loca para alejar el peligro, sí, igual que como ahora los vemos hacerlo. Y de la misma forma en que Kopa, Rial, Puskas, DiStéfano y Gento nos impresionaron, apareció de pronto otro equipo blanco, utilizando las mismas habilidades, pero a mayor velocidad, el Santos de Brasil, en donde Pelé y Coutinho realizaban algo a lo que llamaron “micro paredes”, a lo que los mirones habríamos de estar muy atentos si es que queríamos verlas, pues se sucedían igual que los flashes de las cámaras fotográficas.

¿Cómo perderme las finales de la Champions League? Y más aún si los protagonistas son el Real Madrid o el Barcelona, que son los que más se asemejan a aquel futbol del Santos, que espero la Selección de Brasil vuelva a retomar, para que volvamos a disfrutar del juego bonito que ha cambiado ahora lo artístico por lo físico. Confiemos en que tanto el Liverpool como el Real Madrid salgan a brindarnos la belleza de su arte para confirmar la propuesta del gran músico ruso Dimitri Schostacovich, quien dijera que el Futbol es el Ballet de las masas.

Hasta pronto amigo.

Jugadores extranjeros en todos los equipos y, sin ascenso ni descenso, ¿qué nos espera?

Nunca un equipo profesional de futbol impuso tal hegemonía como lo hiciera el legendario Real Madrid de Alfredo DiStéfano, que inició su dominio sobre la Copa de Europa, hoy Champions League, desde 1955-56, cuando la ganó por primera vez, para después ganar sucesivamente 56-57, 57-58, 58-59 y 59-60. Hoy se dice que si vence al Liverpool, estaría siendo el primero en conquistar la Copa tres veces consecutivas. Esto, porque cuando la ganaron en cinco veces, el torneo tenía nombre en español, entonces ganó cinco veces la Copa de Europa o la Copa Campeones de Europa, ahora Europa Champions League.

En la 60-61 apareció Eusebio para cortar la racha de los merengues y de ahí en adelante la han ganado en la 65-66, 97-98, 99-2000, 13-14, 15-16, 16-17, para acumular 12 en sus vitrinas. Le siguen en segundo lugar el Milán con 7, Bayern Munich, Barcelona y Liverpool con 5, Ajax 4, Inter y Manchesteer United con 3, Benfica, Juventus, Nottingham Forest y Porto con 2, Aston Villa, Borusia Dortmund, Celtic, Chelsea, Feyenoord, Hamburgo, Olympique de Marsella, PSV Eindhoven, Estrella Roja de Belgrado y Steaua de Bucarest con uno cada cual.

Aquel Real Madrid de DiStéfano, bien podría ser el equipo más poderoso que ha existido en Europa, pues su línea de ataque era verdaderamente temible. Antes de que iniciara la densidad triunfadora merengue, dos equipos sudamericanos los habían sacudido fuertemente en el mismo Santiago Bernabéu, que entonces se llamaba Chamartín y, estos equipos fueron el Millonarios de Bogotá, en donde alineaba DiStéfano, quien ya no regresó a Colombia, quedándose con el Real Madrid para iniciar el larguísimo reinado de la poderosa casa blanca del futbol de España.

El segundo equipo que exhibiera en aquel tiempo a los merengues, fue el Independiente de Avellaneda, que con nuestro inolvidable Ché Bonelli al frente, vencieron al Madrid ya con DiStéfano en sus líneas, nada menos que por goleada de 6-1, iniciando ahí el reinado merengue hasta la llegada de Eusebio al frente del Benfica primero, y Pelé con el Santos después.

Aquel Madrid fue un equipo de jugadores longevos, siendo DiStéfano y Gento los que más tiempo tardaron en dejar las canchas; de todos ellos, solamente Francisco Gento vive. Jugador chaparrito (1.71 m.) y regordete, de gran velocidad y habilidad endemoniada, que en Chile 62, con un contragolpe que inició en su propia área, condujo el balón hasta la nuestra para sacar una diagonal que Peyró remató para vencernos uno a cero. Gento jugó 18 años para el Real Madrid, y es el máximo ganador de orejonas con seis en total.

Hoy me parece que fue ayer, cuando desde el 57, a través de la televisión diferida, con una semana de atraso, podía en Monterrey disfrutar del futbol español y, no les miento al decirles que aquellos jugadores del Real Madrid estaban casados con la idea de tratar bien el balón, negándose al clásico “reviéntala” saliendo siempre tocando en corto, aun en los amontonamientos más densos dentro de la propia área. Sí, si ustedes ven videos viejos de aquellos partidos, encontrarán a jugadores más corpulentos que los actuales, siendo la mayoría más lentos que ahora, pero acaso se puede ser veloz conduciendo un balón que pesa un kilo, recordemos que los actuales no deben pesar más de 460 gramos. Así que denle uno de aquellos balones a Messi para que desarrolle la velocidad que ahora le vemos. En mis inicios, se permitía jugar usando boina, pero no crean que se hacía como un aliño para mejorar la estética, nada de eso, muchos de aquellos hombres rellenaban las boinas con papel periódico para poder cabecear aquellos pesados y duros balones de cuero, que cuando se humedecían duplicaban su peso.

Sin embargo, resultaba hermoso recrearse mirando aquellos virtuosos, salir erguidos elegantemente en medio de aquellos amontonamientos en las áreas, con el balón pegado al pie, pasándolo en corto, negándose a la patada loca para alejar el peligro, sí, igual que como ahora los vemos hacerlo. Y de la misma forma en que Kopa, Rial, Puskas, DiStéfano y Gento nos impresionaron, apareció de pronto otro equipo blanco, utilizando las mismas habilidades, pero a mayor velocidad, el Santos de Brasil, en donde Pelé y Coutinho realizaban algo a lo que llamaron “micro paredes”, a lo que los mirones habríamos de estar muy atentos si es que queríamos verlas, pues se sucedían igual que los flashes de las cámaras fotográficas.

¿Cómo perderme las finales de la Champions League? Y más aún si los protagonistas son el Real Madrid o el Barcelona, que son los que más se asemejan a aquel futbol del Santos, que espero la Selección de Brasil vuelva a retomar, para que volvamos a disfrutar del juego bonito que ha cambiado ahora lo artístico por lo físico. Confiemos en que tanto el Liverpool como el Real Madrid salgan a brindarnos la belleza de su arte para confirmar la propuesta del gran músico ruso Dimitri Schostacovich, quien dijera que el Futbol es el Ballet de las masas.

Hasta pronto amigo.