/ domingo 30 de mayo de 2021

Liberándose del alcohol | ¿Seré un bebedor social?

Julián es empleado de confianza en una gran empresa petroquímica. Casado con Mirna desde hace 10 años. Padre de dos hijos (niña y niño) de 9 y 7 años, respectivamente. Julián tiene un círculo de amigos que son compañeros de trabajo y con los cuales se reúne para compartir familiarmente en los fines de semana y fiestas que celebran entre los miembros del círculo amistoso. En cada reunión hay música, comida, chistes, bromas y por supuesto alcohol.

Julián nunca se emborracha en esas reuniones, pero sí se toma hasta tres copas máximo. Sus compañeros le insisten en que se tome otras más, pero hasta la fecha no lo han convencido. Julián ha observado como algunos de sus compañeros se han retirado de esas reuniones totalmente ebrios e incluso ha tenido que llevar a algunos a sus casas. ¿Será Julián un bebedor social? La respuesta es sí. Una persona es un bebedor social de alcohol cuando “no tiene dificultad para dejar el licor si tiene una buena razón para hacerlo; no necesita beber alcohol para poder relacionarse. Simplemente puede tomarlo o dejarlo.”

Julián tiene una fuerte razón para no consumir alcohol en forma exagerada. Quiere dar un buen ejemplo a sus hijos. Él pretende tener el argumento de que sí es posible controlar el consumo del alcohol siendo el mismo testimonio de su afirmación. Piensa que esa es la mejor forma de educar y formar a sus hijos. Pensamos que Julián está en lo cierto. Por algo se afirma: “las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”

Por otro lado, el alcoholismo es una enfermedad que ataca tres partes del ser humano: La mente, el cuerpo y el espíritu. Cuando el alcohol llega al cerebro en cantidad exagerada provoca que la persona pierda el control de sí misma. Comete una serie de errores de toda índole. Pierde el respeto a sí mismo, a su familia y a todo mundo. El alcohol le arrebata la cordura y lo coloca en situación de locura desde donde es capaz de cometer hasta graves delitos. Un alto porcentaje de presidiarios residen en ese lugar por delitos que cometieron en avanzado estado de ebriedad.

El alcohol es una droga, legal y adictiva. La adicción es otro de los riesgos que conlleva el consumo del alcohol. Se inicia el consumo como bebedor social, pasado el tiempo, entrados en confianza y con motivos suficientes, reales o ficticios se aumenta la cantidad de copas y/o se reduce el tiempo entre una ocasión y otra de la ingesta.

Cuando una persona se convierte en adicta al alcohol ya no bebe para socializar, bebe por necesidad y se convierte un enfermo alcohólico. Ha generado una dependencia de la cual ya no se puede liberar solo. Necesita ayuda ajena. ¿Quién le puede proporcionar esa ayuda? En primer lugar, la familia. Pero como la familia no está preparada para ello, quien tiene la experiencia para ayudar a un enfermo alcohólico es la Comunidad de Alcohólicos Anónimos. Sus casi 86 años en más de 180 países autentifican a esta agrupación como la más efectiva para recuperar a un enfermo o enferma alcohólica y regresarla a un estado mental productivo y feliz.

Pide más información. Marca: 2125634, 2166058 o el 833 2289003.

Julián es empleado de confianza en una gran empresa petroquímica. Casado con Mirna desde hace 10 años. Padre de dos hijos (niña y niño) de 9 y 7 años, respectivamente. Julián tiene un círculo de amigos que son compañeros de trabajo y con los cuales se reúne para compartir familiarmente en los fines de semana y fiestas que celebran entre los miembros del círculo amistoso. En cada reunión hay música, comida, chistes, bromas y por supuesto alcohol.

Julián nunca se emborracha en esas reuniones, pero sí se toma hasta tres copas máximo. Sus compañeros le insisten en que se tome otras más, pero hasta la fecha no lo han convencido. Julián ha observado como algunos de sus compañeros se han retirado de esas reuniones totalmente ebrios e incluso ha tenido que llevar a algunos a sus casas. ¿Será Julián un bebedor social? La respuesta es sí. Una persona es un bebedor social de alcohol cuando “no tiene dificultad para dejar el licor si tiene una buena razón para hacerlo; no necesita beber alcohol para poder relacionarse. Simplemente puede tomarlo o dejarlo.”

Julián tiene una fuerte razón para no consumir alcohol en forma exagerada. Quiere dar un buen ejemplo a sus hijos. Él pretende tener el argumento de que sí es posible controlar el consumo del alcohol siendo el mismo testimonio de su afirmación. Piensa que esa es la mejor forma de educar y formar a sus hijos. Pensamos que Julián está en lo cierto. Por algo se afirma: “las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”

Por otro lado, el alcoholismo es una enfermedad que ataca tres partes del ser humano: La mente, el cuerpo y el espíritu. Cuando el alcohol llega al cerebro en cantidad exagerada provoca que la persona pierda el control de sí misma. Comete una serie de errores de toda índole. Pierde el respeto a sí mismo, a su familia y a todo mundo. El alcohol le arrebata la cordura y lo coloca en situación de locura desde donde es capaz de cometer hasta graves delitos. Un alto porcentaje de presidiarios residen en ese lugar por delitos que cometieron en avanzado estado de ebriedad.

El alcohol es una droga, legal y adictiva. La adicción es otro de los riesgos que conlleva el consumo del alcohol. Se inicia el consumo como bebedor social, pasado el tiempo, entrados en confianza y con motivos suficientes, reales o ficticios se aumenta la cantidad de copas y/o se reduce el tiempo entre una ocasión y otra de la ingesta.

Cuando una persona se convierte en adicta al alcohol ya no bebe para socializar, bebe por necesidad y se convierte un enfermo alcohólico. Ha generado una dependencia de la cual ya no se puede liberar solo. Necesita ayuda ajena. ¿Quién le puede proporcionar esa ayuda? En primer lugar, la familia. Pero como la familia no está preparada para ello, quien tiene la experiencia para ayudar a un enfermo alcohólico es la Comunidad de Alcohólicos Anónimos. Sus casi 86 años en más de 180 países autentifican a esta agrupación como la más efectiva para recuperar a un enfermo o enferma alcohólica y regresarla a un estado mental productivo y feliz.

Pide más información. Marca: 2125634, 2166058 o el 833 2289003.