/ domingo 10 de marzo de 2024

Liberándose del alcohol / La libertad en AA

“Las tradiciones y las costumbres de Alcohólicos Anónimos constituyen una garantía de libertades individuales y colectivas sin paralelo en la historia. No nos encontramos sujetos a ningún gobierno humano”.

En la comunidad de AA, no existen jefes. Nadie tiene autoridad para mandar ni para castigar en caso de que hubiera actos de indisciplina o de ingobernabilidad. Todos los actos son sugeridos y cada uno es libre de hacerlo o no hacerlo.

La libertad tiene muchas acepciones, aquí la entendemos como la facultad que tiene una persona de decidir por una, entre dos o más opciones, sin presiones externas.

La comunidad de Alcohólicos Anónimos tiene 36 principios cuya observancia es totalmente sugerida. Esto significa que el enfermo alcohólico tiene la absoluta libertad de aceptarlos o rechazarlos sin que ello implique de ninguna manera aplauso o castigo.

Sin embargo, hay una realidad imperiosa en la vida de cada enfermo alcohólico. Él ingresó a AA porque su vida estaba en riesgo, el alcohol lo está destruyendo paulatinamente y él y solo él tiene que decidir entre seguir en el consumo etílico o aceptar un notable cambio en su rutina existencial totalmente libre de alcohol.

Los alcohólicos que realmente desean su sobriedad deciden dejar de consumir alcohol. Tal decisión la toman por necesidad. Este es un primer nivel de libertad de AA. Es la necesidad de sanar, de sentirse bien y liberarse de las nefastas consecuencias de las borracheras la que los impulsa a decidir.

Existe en la comunidad de AA un segundo nivel de libertad y se da cuando el enfermo advierte que obedeciendo los principios poco a poco va cambiando su actitud y entonces decide ser más responsable consigo mismo, con su familia, con su grupo y con su entorno. La vida sigue siendo difícil, pero es mucho mejor. Además tenemos muchos compañeros de viaje, se genera camaradería y entusiasmo por ser mejor. Es la responsabilidad la que ahora motiva al enfermo a decidir por un mejor desarrollo físico, mental y espiritual. Existe un tercer nivel de libertad en el alcohólico en recuperación, este se da cuando adopta una actitud o una costumbre de obedecer un sano principio porque es lo que realmente quiere sin reserva de ninguna clase. La aceptación y disposición para aceptar un principio llega a ser tan completa que desaparece toda rebeldía. Es felizmente libre.

La libertad es un derecho inmanente en el ser humano. Lo contrario de la libertad es la esclavitud. Un enfermo alcohólico se convierte en un esclavo de esta droga. Para liberarse de ella necesita ayuda con conocimiento y experiencia en esta complicada tarea. Esa ayuda es la que oferta la comunidad de Alcohólicos Anónimos en forma gratuita.

Hay algunos borrachitos que tienen miedo a dejar de beber, porque piensan que sus compañeros de parranda los van a criticar, le van a decir que le faltan pantalones para irse de juerga o también piensan que ya viene su cumpleaños y que será imposible dejar de tomarse unos tragos con sus amigotes. Esas son las opciones en las que entra en juego su libertad. Seguir de borracho o luchar por su sobriedad.

Toda vida tiene un propósito, y este no es consumirse en el alcohol. La sobriedad es el cimiento en donde se construirá el objetivo de la vida. Alcohólicos Anónimos tiene y te ofrece el programa para recuperar la sobriedad.

Llama al 833 2125634, 833 1055995 o al 833 2289003, ahí te orientarán adecuadamente.

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“Las tradiciones y las costumbres de Alcohólicos Anónimos constituyen una garantía de libertades individuales y colectivas sin paralelo en la historia. No nos encontramos sujetos a ningún gobierno humano”.

En la comunidad de AA, no existen jefes. Nadie tiene autoridad para mandar ni para castigar en caso de que hubiera actos de indisciplina o de ingobernabilidad. Todos los actos son sugeridos y cada uno es libre de hacerlo o no hacerlo.

La libertad tiene muchas acepciones, aquí la entendemos como la facultad que tiene una persona de decidir por una, entre dos o más opciones, sin presiones externas.

La comunidad de Alcohólicos Anónimos tiene 36 principios cuya observancia es totalmente sugerida. Esto significa que el enfermo alcohólico tiene la absoluta libertad de aceptarlos o rechazarlos sin que ello implique de ninguna manera aplauso o castigo.

Sin embargo, hay una realidad imperiosa en la vida de cada enfermo alcohólico. Él ingresó a AA porque su vida estaba en riesgo, el alcohol lo está destruyendo paulatinamente y él y solo él tiene que decidir entre seguir en el consumo etílico o aceptar un notable cambio en su rutina existencial totalmente libre de alcohol.

Los alcohólicos que realmente desean su sobriedad deciden dejar de consumir alcohol. Tal decisión la toman por necesidad. Este es un primer nivel de libertad de AA. Es la necesidad de sanar, de sentirse bien y liberarse de las nefastas consecuencias de las borracheras la que los impulsa a decidir.

Existe en la comunidad de AA un segundo nivel de libertad y se da cuando el enfermo advierte que obedeciendo los principios poco a poco va cambiando su actitud y entonces decide ser más responsable consigo mismo, con su familia, con su grupo y con su entorno. La vida sigue siendo difícil, pero es mucho mejor. Además tenemos muchos compañeros de viaje, se genera camaradería y entusiasmo por ser mejor. Es la responsabilidad la que ahora motiva al enfermo a decidir por un mejor desarrollo físico, mental y espiritual. Existe un tercer nivel de libertad en el alcohólico en recuperación, este se da cuando adopta una actitud o una costumbre de obedecer un sano principio porque es lo que realmente quiere sin reserva de ninguna clase. La aceptación y disposición para aceptar un principio llega a ser tan completa que desaparece toda rebeldía. Es felizmente libre.

La libertad es un derecho inmanente en el ser humano. Lo contrario de la libertad es la esclavitud. Un enfermo alcohólico se convierte en un esclavo de esta droga. Para liberarse de ella necesita ayuda con conocimiento y experiencia en esta complicada tarea. Esa ayuda es la que oferta la comunidad de Alcohólicos Anónimos en forma gratuita.

Hay algunos borrachitos que tienen miedo a dejar de beber, porque piensan que sus compañeros de parranda los van a criticar, le van a decir que le faltan pantalones para irse de juerga o también piensan que ya viene su cumpleaños y que será imposible dejar de tomarse unos tragos con sus amigotes. Esas son las opciones en las que entra en juego su libertad. Seguir de borracho o luchar por su sobriedad.

Toda vida tiene un propósito, y este no es consumirse en el alcohol. La sobriedad es el cimiento en donde se construirá el objetivo de la vida. Alcohólicos Anónimos tiene y te ofrece el programa para recuperar la sobriedad.

Llama al 833 2125634, 833 1055995 o al 833 2289003, ahí te orientarán adecuadamente.

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