/ martes 15 de noviembre de 2022

Lidia Gabriela

Mi paisana murió por terror. Terror y coraje que le dieron fuerzas para aventarse de un taxi en movimiento.

Terror y coraje que no solo sintió ella, sino todas y cada una de las mujeres de este país que saben que a diario asesinan en México a 10 esposas, novias, compañeras, niñas, y no pasa nada.

Como lo reportó México Evalúa hace un mes, 88% de los feminicidios en este país quedan impunes, y si hablamos de violencia contra ellas (familiar, violación, acoso), en 95% de los casos los culpables quedan libres de castigo. Sale barato violentar a una mujer en este país. Sale barato decir que ella se aventó, que ella se emborrachó, que ella lo provocó. Ella, ellas, son a priori culpables hasta que alguien ose demostrar lo contrario.

La encuesta nacional de seguridad pública urbana de INEGI reportó en septiembre pasado lo mismo que ha documentado desde 2013, cuando se empezó a medir este indicador: que las mujeres en México se sienten significativamente más inseguras que los hombres, 71 de cada 100 mujeres tienen miedo, contra 57 de cada 100 hombres.

Por eso comprendo el agravio que como clase política y sociedad no hemos querido ver. Por eso reconozco esos cánticos y porras de la marcha del 8 de marzo, en las que corean: “el estado no me cuida, me cuidan mis amigas”. Por eso entiendo el salto de horror que hizo Lidia Gabriela de ese transporte en la Ciudad de México. Porque todo su carisma, sus valores, sus sueños, sus agallas, o el amor a su familia se pueden ver asfixiados en un segundo ante el ultraje de quien se sabe impune.

Es por ella, por su familia, por sus amigos, pero también por todas y cada una de las 7 de cada 10 mujeres que han sufrido algún tipo de violencia en Tamaulipas que, como legislador de Acción Nacional, presentaré esta semana una iniciativa de ley para aumentar las penas mínimas a violentadores de mujeres y niñas. Porque al violentarlas sufre la víctima, la familia y la sociedad en su conjunto. Porque el acto trasciende en trauma individual y colectivo que dura décadas. Porque la sociedad no debe ni puede continuar pagando los apetitos y machismos de algunos.

Vamos por 50 años de prisión para quien viole a una menor de edad, y vamos por 25 años de pena para quien violente a una mujer. Vamos por un Tamaulipas que reconoce, respeta y reconforta a todas sus ciudadanas.

Va por ti Lidia Gabriela, va por todas.

#Ni una más

Mi paisana murió por terror. Terror y coraje que le dieron fuerzas para aventarse de un taxi en movimiento.

Terror y coraje que no solo sintió ella, sino todas y cada una de las mujeres de este país que saben que a diario asesinan en México a 10 esposas, novias, compañeras, niñas, y no pasa nada.

Como lo reportó México Evalúa hace un mes, 88% de los feminicidios en este país quedan impunes, y si hablamos de violencia contra ellas (familiar, violación, acoso), en 95% de los casos los culpables quedan libres de castigo. Sale barato violentar a una mujer en este país. Sale barato decir que ella se aventó, que ella se emborrachó, que ella lo provocó. Ella, ellas, son a priori culpables hasta que alguien ose demostrar lo contrario.

La encuesta nacional de seguridad pública urbana de INEGI reportó en septiembre pasado lo mismo que ha documentado desde 2013, cuando se empezó a medir este indicador: que las mujeres en México se sienten significativamente más inseguras que los hombres, 71 de cada 100 mujeres tienen miedo, contra 57 de cada 100 hombres.

Por eso comprendo el agravio que como clase política y sociedad no hemos querido ver. Por eso reconozco esos cánticos y porras de la marcha del 8 de marzo, en las que corean: “el estado no me cuida, me cuidan mis amigas”. Por eso entiendo el salto de horror que hizo Lidia Gabriela de ese transporte en la Ciudad de México. Porque todo su carisma, sus valores, sus sueños, sus agallas, o el amor a su familia se pueden ver asfixiados en un segundo ante el ultraje de quien se sabe impune.

Es por ella, por su familia, por sus amigos, pero también por todas y cada una de las 7 de cada 10 mujeres que han sufrido algún tipo de violencia en Tamaulipas que, como legislador de Acción Nacional, presentaré esta semana una iniciativa de ley para aumentar las penas mínimas a violentadores de mujeres y niñas. Porque al violentarlas sufre la víctima, la familia y la sociedad en su conjunto. Porque el acto trasciende en trauma individual y colectivo que dura décadas. Porque la sociedad no debe ni puede continuar pagando los apetitos y machismos de algunos.

Vamos por 50 años de prisión para quien viole a una menor de edad, y vamos por 25 años de pena para quien violente a una mujer. Vamos por un Tamaulipas que reconoce, respeta y reconforta a todas sus ciudadanas.

Va por ti Lidia Gabriela, va por todas.

#Ni una más