/ sábado 21 de noviembre de 2020

Ocurrencias del futbol | Como dijo Martín Fierro, no pinta quién tiene ganas, pinta el que sabe pintar


Con el propósito de aclarar las circunstancias que mueven al director técnico de una selección, a prescindir de la participación de un jugador, que estando en muy buen momento, no es llamado a formar parte del grupo, en este caso especial, el técnico en referencia es Gerardo "Tata" Martino.

Como ocurre en todos los deportes colectivos, un equipo de futbol debe poseer estructura de conjunto, es decir, que todos sus componentes han de cumplir misiones previamente establecidas con el fin primordial de imponerse al adversario. Imponerse y no vencer, porque la práctica pone de relieve, en ocasiones el carácter especulativo del futbol, sobre todo el de alta competición y, no son pocos los equipos que en un encuentro determinado persiguen como meta un empate o incluso una derrota por un escaso margen de goles. En cualquier caso, un equipo debe establecer un orden entre sus jugadores y líneas, orden al que se denomina táctica. La forma de abordar partido y las variables que pueden introducirse en la táctica de un equipo en función del comportamiento del adversario, de la marcha del marcador, de factores muchas veces imprevisibles -una lesión, una expulsión-, constituyen la estrategia.

Puede darse el caso, bastante frecuente por otra parte, de que dos equipos enfrentados entre sí empleen la misma táctica y, sin embargo, uno de ellos resulte vencedor por amplio margen. En esto influyen la capacidad de los mismos jugadores para cumplir con la misión encomendada, la distinta conjunción que existe en uno y otro equipo, la diferencia de calidad individual entre los jugadores de ambos cuadros o la mejor disposición de los vencedores para adecuarse a la táctica encomendada. La historia del futbol está plagada de buenos jugadores que fueron incapaces de adaptarse a un equipo por estar acostumbrado a tácticas muy distintas. También ha sido frecuente el fracaso de entrenadores en clubes en los que pretendieron sin éxito introducir esquemas que les habían proporcionado espléndidos resultados en otros equipos u otros países.

El magnífico interior brasileño Waldir Pereyra "Didí", Campeón del Mundo en 1958, fracasó con estrépito en su breve paso por el Real Madrid. Aun cuando puede aludirse al hecho cierto de su incompatibilidad con la gran estrella madridista de aquel tiempo, Alfredo Di Stéfano (como ocurre hoy con el Barcelona de Lionel Messi), la realidad es que Didí no pudo amoldarse a un estilo de juego más rápido y de mayor aporte físico del que se le había exigido hasta entonces en el Botafogo y en la selección brasileña.

Otros destacados internacionales brasileños, Jairzinho y Paulo César, tuvieron una experiencia similar e igualmente fallida al incorporarse al Olympique de Marsella francés, en el que no consiguieron rendir al nivel que lo hicieron con la selección tricampeona del mundo. Otro gran jugador, este de los años 20 y 30, el uruguayo Héctor Scarone, considerdo uno de los mejores interiores de todos los tiempos, no consiguió adaptarse al juego del Barcelona y pasó por este equipo sin dar la real medida de sus posibilidades. Años más tarde, otro extraordinario jugador uruguayo, Luis Cubilla sufrió un fracaso semejante en el equipo catalán, en el que no alcanzó el nivel de juego que solía mantener en el Peñarol de Montevideo y en la selección celeste y, que posteriormente recuperó al fichar sucesivamente con el River Plate y el Nacional,

De todo esto cabe deducir que, aunque las tácticas siguen el curso de la moda y se aceptan generalmente en distintos clubes y diferentes países, cada conjunto posee una mentalidad propia que le hace distinto a otros equipos del mismo país e incluso de la misma ciudad. Este factor, difícil de racionalizar y de estudiar en los libros, es el que entrenadores y jugadores deben asumir en toda su amplitud para adaptarse a algunos equipos sin sufrir un duro trauma profesional.

Todos los jugadores convocados por el "Tata" y, que ya han sido observados nos han dado tanto a él como a nosotros, argumentos suficientes como para pensar en que son los idóneos para dar forma a nuestro equipo, sin embargo, suele ocurrir que, jugadores que ya nos habían convencido, de pronto presentan una baja de juego incomprensible. Tal es el caso de los rayados Hugo González, Jesús Gallardo y Charly Rodríguez, que como lo dije ayer, mi mente cochambrosa, me dice que la influencia poderosa de Mohamed les ha aconsejado ser cautos con la intensidad de esfuerzo ofrecido en sus actuaciones con el Tri, cuando está por iniciar el repechaje y es el Monterrey el que les paga.

Otros ejemplos son los que han manifestado su deseo muy respetable de no ser convocados y, el de los que no han sido convocados por razones como las que al principio he expuesto, especialmente los casos de Fernando Navarro, quien está luciendo gracias a una adaptación especial hecha al esquema de juego del León, que beneficia tanto al jugador como al mismo León. El otro caso es Juan José Macías, que es uno con el León y otro con las chivas obviamente que el Tata no va a cambiar su esquema para que quepa en el un jugador sea quien sea. Después hay otros cuya ausencia causa molestia entre los aficionados porque sus puestos son ocupados por jugadores del América, algo totalmente absurdo. Guillermo Ochoa fue declarado segundo mejor portero en Brasil 14 y en Rusia 18 y, fue segundo porque jugó un partido menos que Keylor Navas en Brasil y, un juego menos que Courtois en Rusia. Y sin embargo, la portería es el puesto que menos nos debe preocupar, pues si ya contamos con el uno, el dos y el tres, les aseguro que el cuatro el cinco y el seis no les van a la zaga.

Hasta pronto amigo.


Con el propósito de aclarar las circunstancias que mueven al director técnico de una selección, a prescindir de la participación de un jugador, que estando en muy buen momento, no es llamado a formar parte del grupo, en este caso especial, el técnico en referencia es Gerardo "Tata" Martino.

Como ocurre en todos los deportes colectivos, un equipo de futbol debe poseer estructura de conjunto, es decir, que todos sus componentes han de cumplir misiones previamente establecidas con el fin primordial de imponerse al adversario. Imponerse y no vencer, porque la práctica pone de relieve, en ocasiones el carácter especulativo del futbol, sobre todo el de alta competición y, no son pocos los equipos que en un encuentro determinado persiguen como meta un empate o incluso una derrota por un escaso margen de goles. En cualquier caso, un equipo debe establecer un orden entre sus jugadores y líneas, orden al que se denomina táctica. La forma de abordar partido y las variables que pueden introducirse en la táctica de un equipo en función del comportamiento del adversario, de la marcha del marcador, de factores muchas veces imprevisibles -una lesión, una expulsión-, constituyen la estrategia.

Puede darse el caso, bastante frecuente por otra parte, de que dos equipos enfrentados entre sí empleen la misma táctica y, sin embargo, uno de ellos resulte vencedor por amplio margen. En esto influyen la capacidad de los mismos jugadores para cumplir con la misión encomendada, la distinta conjunción que existe en uno y otro equipo, la diferencia de calidad individual entre los jugadores de ambos cuadros o la mejor disposición de los vencedores para adecuarse a la táctica encomendada. La historia del futbol está plagada de buenos jugadores que fueron incapaces de adaptarse a un equipo por estar acostumbrado a tácticas muy distintas. También ha sido frecuente el fracaso de entrenadores en clubes en los que pretendieron sin éxito introducir esquemas que les habían proporcionado espléndidos resultados en otros equipos u otros países.

El magnífico interior brasileño Waldir Pereyra "Didí", Campeón del Mundo en 1958, fracasó con estrépito en su breve paso por el Real Madrid. Aun cuando puede aludirse al hecho cierto de su incompatibilidad con la gran estrella madridista de aquel tiempo, Alfredo Di Stéfano (como ocurre hoy con el Barcelona de Lionel Messi), la realidad es que Didí no pudo amoldarse a un estilo de juego más rápido y de mayor aporte físico del que se le había exigido hasta entonces en el Botafogo y en la selección brasileña.

Otros destacados internacionales brasileños, Jairzinho y Paulo César, tuvieron una experiencia similar e igualmente fallida al incorporarse al Olympique de Marsella francés, en el que no consiguieron rendir al nivel que lo hicieron con la selección tricampeona del mundo. Otro gran jugador, este de los años 20 y 30, el uruguayo Héctor Scarone, considerdo uno de los mejores interiores de todos los tiempos, no consiguió adaptarse al juego del Barcelona y pasó por este equipo sin dar la real medida de sus posibilidades. Años más tarde, otro extraordinario jugador uruguayo, Luis Cubilla sufrió un fracaso semejante en el equipo catalán, en el que no alcanzó el nivel de juego que solía mantener en el Peñarol de Montevideo y en la selección celeste y, que posteriormente recuperó al fichar sucesivamente con el River Plate y el Nacional,

De todo esto cabe deducir que, aunque las tácticas siguen el curso de la moda y se aceptan generalmente en distintos clubes y diferentes países, cada conjunto posee una mentalidad propia que le hace distinto a otros equipos del mismo país e incluso de la misma ciudad. Este factor, difícil de racionalizar y de estudiar en los libros, es el que entrenadores y jugadores deben asumir en toda su amplitud para adaptarse a algunos equipos sin sufrir un duro trauma profesional.

Todos los jugadores convocados por el "Tata" y, que ya han sido observados nos han dado tanto a él como a nosotros, argumentos suficientes como para pensar en que son los idóneos para dar forma a nuestro equipo, sin embargo, suele ocurrir que, jugadores que ya nos habían convencido, de pronto presentan una baja de juego incomprensible. Tal es el caso de los rayados Hugo González, Jesús Gallardo y Charly Rodríguez, que como lo dije ayer, mi mente cochambrosa, me dice que la influencia poderosa de Mohamed les ha aconsejado ser cautos con la intensidad de esfuerzo ofrecido en sus actuaciones con el Tri, cuando está por iniciar el repechaje y es el Monterrey el que les paga.

Otros ejemplos son los que han manifestado su deseo muy respetable de no ser convocados y, el de los que no han sido convocados por razones como las que al principio he expuesto, especialmente los casos de Fernando Navarro, quien está luciendo gracias a una adaptación especial hecha al esquema de juego del León, que beneficia tanto al jugador como al mismo León. El otro caso es Juan José Macías, que es uno con el León y otro con las chivas obviamente que el Tata no va a cambiar su esquema para que quepa en el un jugador sea quien sea. Después hay otros cuya ausencia causa molestia entre los aficionados porque sus puestos son ocupados por jugadores del América, algo totalmente absurdo. Guillermo Ochoa fue declarado segundo mejor portero en Brasil 14 y en Rusia 18 y, fue segundo porque jugó un partido menos que Keylor Navas en Brasil y, un juego menos que Courtois en Rusia. Y sin embargo, la portería es el puesto que menos nos debe preocupar, pues si ya contamos con el uno, el dos y el tres, les aseguro que el cuatro el cinco y el seis no les van a la zaga.

Hasta pronto amigo.