/ martes 30 de noviembre de 2021

Ocurrencias del futbol | El arte de ser feliz

Resulta difícil reconocer hasta qué grado todo el que trasciende genera resentimiento. Tal vez recuerden ustedes una película escrita y dirigida por David Linch, allá por 1986, que fue nominada a varios Oscares, titulada Blue Velvet (Terciopelo azul), título de una canción escrita por Bobby Vinton que se mantuvo por un buen tiempo en el primer lugar de popularidad. Aquella ha sido junto a "Irreversible" las películas más crudas e inquietantes que yo haya visto.

Como ya lo dije, el director fue David Lynch y los intérpretes Isabella Rosellini, Laura Dern y Dennis Hopper, este último con una actuación tan sobresaliente que le quitó el sueño de quienes lo vimos, al grado de que fue objeto de varias agresiones en la calle, especialmente por parte de mujeres que quedaron convencidas por la actuación de Hopper, en su papel de sádico psicópata que generó en aquellas mentes un odio incontenible.

Así, en España, el odio histórico hacia el Real Madrid raya más allá de lo deportivo, odio que yo creía exclusivo de los vascos de Bilbao y, de los catalanes en Barcelona, pero hoy me doy cuenta de que los andaluces no se andan por las ramas, especialmente los sevillanos, que en esta ocasión se quejan de que el árbitro le ha perdonado a los merengues una clara falta dentro del área, inconformidad sevillana absolutamente, ya que la prensa española no lo consigna en ninguno de los diarios deportivos.

Y ya lo he referido en columnas anteriores, en donde confieso que al rencor acumulado por los españoles le encuentro una justificación a la que los merengues son ajenos, al que puede aplicarse aquella antigua frase que refiere todas las injusticias a que fueron sometidos nuestros antepasados en tiempos de la colonia: "Culpa es de los tiempos y no de España" que ahora sería "Culpa es de los tiempos y no del Real Madrid", cuando el tirano Francisco Franco hizo del Real Madrid un embajador de su gobierno. Contrario al canto de los seguidores de Pumas de la UNAM "Cómo no te voy a querer" en España es común escuchar "Cómo no te vamos a odiar".

Durante el reciente partido Sevilla-Merengues se presentó una jugada muy apretada que en todas partes, en los juegos apretados, sirven para desatar la polémica, en donde los comentaristas se encargarán de encender las pasiones, según en qué área se haya suscitado la supuesta falta, especialmente si el equipo odiado se ve involucrado, en España es el Real Madrid, en México es el América.

Aunque se han suscitado casos en los que los mismos seguidores de un equipo actúan en contra de sus mismos intereses, como recién ocurrió en el Camp Nou de Barcelona, en donde el auto en que viajaba el exentrendor de los blaugrana, Ronald Koeman, acompañado por su esposa y uno de sus nietos, fue rodeado por los iracundos seguidores culés, molestos por los malos resultados del equipo.

Qué difícil situación cuando estas cosas ocurren. Y mucho influye para que todo esto suceda y se repita, las voces de los comentaristas tendenciosos, que se aprovechan de la libertad de expresión que la ley les concede, para que arbitrariamente transmitan a su auditorio el odio del que ellos son portadores.

Tal vez ustedes recuerden a aquel famoso locutor regiomontano, ya desaparecido, que en cierta ocasión valiéndose del sonido del estadio Universitario de la UdeNL, dirigiéndose al público gritó: ¿Ya vieron quién va a arbitrear? En aquella ocasión, el colegiado encargado de dirigir las acciones fue el célebre y muy recordado Bonifacio "Boni" Núñez. Seguramente aquel partido fue para el Boni el más largo de su historia.

Cuando mi buen amigo Braulio "Baby" Pérez, que en paz descanse, como solía hacerlo con todos sus amigos futbolistas, a quienes ponía condiciones para hacerlos merecedores de tal adjetivo, que consistía en poseer una filosofía propia del futbol, preguntó que cuál era la mía y, ya yo inmerso en el ejercicio de director técnico, me vi obligado a contar con una idea propia de lo que significa el futbol, para hacerla extensiva a mis alumnos, así que no tuve dificultad para decírsela.

El futbol es arte porque participan en él la habilidad y la creatividad, pero tambien es ciencia, ya que acata reglas, reglas que han de ser respetadas para que así no pierda su sentido social. Cuando ganamos, lo celebramos con una sonrisa y, cuando perdemos, simplemente asentimos con un movimiento de hombros y nos preparamos para el juego siguiente.

El odio engendra más odio y cuando odias a tus rivales, odias algo de ellos que forma parte de ti mismo. Lo que no forma parte de nosotros no nos molesta... El futbol es alegría, el juego bonito produce alegría y la alegría libera a la endorfina, que es un bioquímico producido exclusivamente por nuestro organismo, lo que nos brinda la oportunidad de dar felicidad no sólo a nuestros adversarios, sino que tambien contagiamos a quienes nos ven jugar. No lo olviden, el futbol es la manifestación de alegría más grande que existe.

Hasta pronto amigo.

Resulta difícil reconocer hasta qué grado todo el que trasciende genera resentimiento. Tal vez recuerden ustedes una película escrita y dirigida por David Linch, allá por 1986, que fue nominada a varios Oscares, titulada Blue Velvet (Terciopelo azul), título de una canción escrita por Bobby Vinton que se mantuvo por un buen tiempo en el primer lugar de popularidad. Aquella ha sido junto a "Irreversible" las películas más crudas e inquietantes que yo haya visto.

Como ya lo dije, el director fue David Lynch y los intérpretes Isabella Rosellini, Laura Dern y Dennis Hopper, este último con una actuación tan sobresaliente que le quitó el sueño de quienes lo vimos, al grado de que fue objeto de varias agresiones en la calle, especialmente por parte de mujeres que quedaron convencidas por la actuación de Hopper, en su papel de sádico psicópata que generó en aquellas mentes un odio incontenible.

Así, en España, el odio histórico hacia el Real Madrid raya más allá de lo deportivo, odio que yo creía exclusivo de los vascos de Bilbao y, de los catalanes en Barcelona, pero hoy me doy cuenta de que los andaluces no se andan por las ramas, especialmente los sevillanos, que en esta ocasión se quejan de que el árbitro le ha perdonado a los merengues una clara falta dentro del área, inconformidad sevillana absolutamente, ya que la prensa española no lo consigna en ninguno de los diarios deportivos.

Y ya lo he referido en columnas anteriores, en donde confieso que al rencor acumulado por los españoles le encuentro una justificación a la que los merengues son ajenos, al que puede aplicarse aquella antigua frase que refiere todas las injusticias a que fueron sometidos nuestros antepasados en tiempos de la colonia: "Culpa es de los tiempos y no de España" que ahora sería "Culpa es de los tiempos y no del Real Madrid", cuando el tirano Francisco Franco hizo del Real Madrid un embajador de su gobierno. Contrario al canto de los seguidores de Pumas de la UNAM "Cómo no te voy a querer" en España es común escuchar "Cómo no te vamos a odiar".

Durante el reciente partido Sevilla-Merengues se presentó una jugada muy apretada que en todas partes, en los juegos apretados, sirven para desatar la polémica, en donde los comentaristas se encargarán de encender las pasiones, según en qué área se haya suscitado la supuesta falta, especialmente si el equipo odiado se ve involucrado, en España es el Real Madrid, en México es el América.

Aunque se han suscitado casos en los que los mismos seguidores de un equipo actúan en contra de sus mismos intereses, como recién ocurrió en el Camp Nou de Barcelona, en donde el auto en que viajaba el exentrendor de los blaugrana, Ronald Koeman, acompañado por su esposa y uno de sus nietos, fue rodeado por los iracundos seguidores culés, molestos por los malos resultados del equipo.

Qué difícil situación cuando estas cosas ocurren. Y mucho influye para que todo esto suceda y se repita, las voces de los comentaristas tendenciosos, que se aprovechan de la libertad de expresión que la ley les concede, para que arbitrariamente transmitan a su auditorio el odio del que ellos son portadores.

Tal vez ustedes recuerden a aquel famoso locutor regiomontano, ya desaparecido, que en cierta ocasión valiéndose del sonido del estadio Universitario de la UdeNL, dirigiéndose al público gritó: ¿Ya vieron quién va a arbitrear? En aquella ocasión, el colegiado encargado de dirigir las acciones fue el célebre y muy recordado Bonifacio "Boni" Núñez. Seguramente aquel partido fue para el Boni el más largo de su historia.

Cuando mi buen amigo Braulio "Baby" Pérez, que en paz descanse, como solía hacerlo con todos sus amigos futbolistas, a quienes ponía condiciones para hacerlos merecedores de tal adjetivo, que consistía en poseer una filosofía propia del futbol, preguntó que cuál era la mía y, ya yo inmerso en el ejercicio de director técnico, me vi obligado a contar con una idea propia de lo que significa el futbol, para hacerla extensiva a mis alumnos, así que no tuve dificultad para decírsela.

El futbol es arte porque participan en él la habilidad y la creatividad, pero tambien es ciencia, ya que acata reglas, reglas que han de ser respetadas para que así no pierda su sentido social. Cuando ganamos, lo celebramos con una sonrisa y, cuando perdemos, simplemente asentimos con un movimiento de hombros y nos preparamos para el juego siguiente.

El odio engendra más odio y cuando odias a tus rivales, odias algo de ellos que forma parte de ti mismo. Lo que no forma parte de nosotros no nos molesta... El futbol es alegría, el juego bonito produce alegría y la alegría libera a la endorfina, que es un bioquímico producido exclusivamente por nuestro organismo, lo que nos brinda la oportunidad de dar felicidad no sólo a nuestros adversarios, sino que tambien contagiamos a quienes nos ven jugar. No lo olviden, el futbol es la manifestación de alegría más grande que existe.

Hasta pronto amigo.