/ miércoles 11 de noviembre de 2020

Ocurrencias del futbol | Hacia la vejez; suele ser más agradable releer que leer

La lectura es a la mente, lo que el ejercicio al cuerpo.

Para quienes somos amantes de la lectura, ninguna película supera a la lectura del libro que la inspiró. No sé ustedes, pero yo me fui aficionando a la lectura con las novelas de misterio que compraba mi padre, vaya que aquello atrapó mi atención y, no sé por qué doy por cierto que todos empezaron por las mismas novelas que yo. Sir Arthur Conan Doyle con "El Sabueso de los Baskerville", "El Templete de Nasse House", fueron las primeras que después de leerlas las disfruté en el cine. A esas les siguieron las muchísimas novelas que fueron mis favoritas, las escritas por la incomparable Agatha Cristie, "Muerte en el Nilo", "Asesinato en el exprés de oriente", "Testigo de cargo" y muchas otras, igual me entusiasmaron las novelas de terror, sobre todo la obra maestra de Brian Stoker "Dracula", todas ellas las confirmé en el cine después de leerlas, resultándome más atractivas en la lectura que en la pantalla grande.

Algo muy curioso ocurrió con "Drácula" que Bram Stoker publicó a finales del siglo 19, pues un grupo de cineastas intentaron comprar los derechos de autor a la viuda de Stoker, quien se negó rotundamente. Pero el grupo aquel estaba muy interesado en llevar a la pantalla al vampiro del escritor irlandés, por lo que optaron por filmar su propia historia, que se parecía mucho a la otra, solo que mucho más cruda y aterradora, la producción se tituló "Nosferatu".

La viuda de Stoker demandó a los plagiadores, ganó, ordenando que fueran destruidas todas las copias de aquella cinta que se filmó en 1922, lo curioso para mí es que por ahí de los años 70 logré ver en compañía de mi familia, una versión nueva técnicamente hablando, pero original en su texto, que resultó verdaderamente aterradora. Hubo países en los que no se permitió que fuera exhibida y para mí que la destruyeron igual que ocurrió con la del cine mudo de 1922. Repito, de esta versión no hubo edición de libro alguno.

Yo lo describo como un poema negro, que a pesar de lo tenebroso que resulta, mueve a la lástima ver el sufrimiento del príncipe de las tinieblas, que lo que más desea es encontrar a quien sea capaz de acabar con su inmortalidad y, aunque parezca increíble, aquella horripilante imagen no puede evitar que en sus ojos horribles aparezca una tristeza infinita que mueve a la compasión. Al Drácula de Bram Stoker lo leí después de haberla visto en el cine, pues antes de eso yo era muy niño como para poder asimilar la lectura, de la segunda versión "Nosferatu" no recuerdo que se haya editado libro alguno.

Todo este largo rodeo lo hago para concluir un hecho, hoy, a más de una semana de la muerte de Sean Connery, el Agente 007, confieso que, habiendo visto todas las versiones filmadas de este personaje creado por Ian Fleming, jamás leí la novela editada en 1953, mucho antes de ser llevada a la pantalla. Es increíble ver todo lo que nuestro cerebro va acumulando en el transcurso de nuestra vida, ya antes de que apareciera el 007 habíamos visto a otro agente misterioso que llamó poderosamente la atención del público con una imagen y música muy parecida a la de este, a dicho personaje se le conoció como "El hombre de la cuerda floja"... ¿Lo recuerdan?

Algún día se escribirán libros que hablen de las hazañas de los legendarios personajes del futbol nacional, como Luis de la Fuente y Hoyos, mejor conocido como el "Pirata" y, también la historia de Julián Durán el "Pachuco" y, quizás otros nos hablen de Luis "Chito" García, quien siendo compañero del "Pirata" y del "Pachuco", durante un partido, su fuerte carácter lo llevó a golpear a un contrario, lo que le valió seis meses de castigo por parte de su directiva, razón por la que los mandó al diablo y se fue a jugar beisbol...

Igual se podría escribir sobre Horacio Casarín, que al ser víctima de una cacería en el futbol fue fracturado, algo que la afición que lo idolatraba no aceptó, prendiendo fuego en represalia al Parque Asturias del que no quedó más que el recuerdo. Y un libro tal vez más extenso podría ser el que nos narra la historia de aquellos históricos "Once hermanos del Necaxa". Igual podríamos disfrutar de las hazañas de un chaparro y orejón jugador que se coronó cinco veces como mejor goleador de la liga, nada menos que Adalberto "Dumbo" López. ¡No! si material sobra, lo que nos falta son otro Arthur Conan Doyle, Edgan Allan Poe, Agatha Cristie o un Ian Fleming.

Y en esta pandemia, para colmo aumentada por la ausencia de futbol, no puedo evitar recordar la voz del "Trovador del campo" el sinaloense Luis Pérez Meza, diciendo... Qué largas se me hacen las horas sin verte, joven consentida, la dueña de mi amor, porque eres un ángel bajado del cielo que le das consuelo a mi pobre corazón... de ese tamaño es el trauma ocasionado por el parón de la Fecha FIFA. Y a mis 80 años, no es cordura pedir que pase el tiempo, que constituye el escaso tesoro que aún poseo... así que, a resolver crucigramas mientras se llega la hora de atender a los ojitos tirantes.

Hasta pronto amigo.

La lectura es a la mente, lo que el ejercicio al cuerpo.

Para quienes somos amantes de la lectura, ninguna película supera a la lectura del libro que la inspiró. No sé ustedes, pero yo me fui aficionando a la lectura con las novelas de misterio que compraba mi padre, vaya que aquello atrapó mi atención y, no sé por qué doy por cierto que todos empezaron por las mismas novelas que yo. Sir Arthur Conan Doyle con "El Sabueso de los Baskerville", "El Templete de Nasse House", fueron las primeras que después de leerlas las disfruté en el cine. A esas les siguieron las muchísimas novelas que fueron mis favoritas, las escritas por la incomparable Agatha Cristie, "Muerte en el Nilo", "Asesinato en el exprés de oriente", "Testigo de cargo" y muchas otras, igual me entusiasmaron las novelas de terror, sobre todo la obra maestra de Brian Stoker "Dracula", todas ellas las confirmé en el cine después de leerlas, resultándome más atractivas en la lectura que en la pantalla grande.

Algo muy curioso ocurrió con "Drácula" que Bram Stoker publicó a finales del siglo 19, pues un grupo de cineastas intentaron comprar los derechos de autor a la viuda de Stoker, quien se negó rotundamente. Pero el grupo aquel estaba muy interesado en llevar a la pantalla al vampiro del escritor irlandés, por lo que optaron por filmar su propia historia, que se parecía mucho a la otra, solo que mucho más cruda y aterradora, la producción se tituló "Nosferatu".

La viuda de Stoker demandó a los plagiadores, ganó, ordenando que fueran destruidas todas las copias de aquella cinta que se filmó en 1922, lo curioso para mí es que por ahí de los años 70 logré ver en compañía de mi familia, una versión nueva técnicamente hablando, pero original en su texto, que resultó verdaderamente aterradora. Hubo países en los que no se permitió que fuera exhibida y para mí que la destruyeron igual que ocurrió con la del cine mudo de 1922. Repito, de esta versión no hubo edición de libro alguno.

Yo lo describo como un poema negro, que a pesar de lo tenebroso que resulta, mueve a la lástima ver el sufrimiento del príncipe de las tinieblas, que lo que más desea es encontrar a quien sea capaz de acabar con su inmortalidad y, aunque parezca increíble, aquella horripilante imagen no puede evitar que en sus ojos horribles aparezca una tristeza infinita que mueve a la compasión. Al Drácula de Bram Stoker lo leí después de haberla visto en el cine, pues antes de eso yo era muy niño como para poder asimilar la lectura, de la segunda versión "Nosferatu" no recuerdo que se haya editado libro alguno.

Todo este largo rodeo lo hago para concluir un hecho, hoy, a más de una semana de la muerte de Sean Connery, el Agente 007, confieso que, habiendo visto todas las versiones filmadas de este personaje creado por Ian Fleming, jamás leí la novela editada en 1953, mucho antes de ser llevada a la pantalla. Es increíble ver todo lo que nuestro cerebro va acumulando en el transcurso de nuestra vida, ya antes de que apareciera el 007 habíamos visto a otro agente misterioso que llamó poderosamente la atención del público con una imagen y música muy parecida a la de este, a dicho personaje se le conoció como "El hombre de la cuerda floja"... ¿Lo recuerdan?

Algún día se escribirán libros que hablen de las hazañas de los legendarios personajes del futbol nacional, como Luis de la Fuente y Hoyos, mejor conocido como el "Pirata" y, también la historia de Julián Durán el "Pachuco" y, quizás otros nos hablen de Luis "Chito" García, quien siendo compañero del "Pirata" y del "Pachuco", durante un partido, su fuerte carácter lo llevó a golpear a un contrario, lo que le valió seis meses de castigo por parte de su directiva, razón por la que los mandó al diablo y se fue a jugar beisbol...

Igual se podría escribir sobre Horacio Casarín, que al ser víctima de una cacería en el futbol fue fracturado, algo que la afición que lo idolatraba no aceptó, prendiendo fuego en represalia al Parque Asturias del que no quedó más que el recuerdo. Y un libro tal vez más extenso podría ser el que nos narra la historia de aquellos históricos "Once hermanos del Necaxa". Igual podríamos disfrutar de las hazañas de un chaparro y orejón jugador que se coronó cinco veces como mejor goleador de la liga, nada menos que Adalberto "Dumbo" López. ¡No! si material sobra, lo que nos falta son otro Arthur Conan Doyle, Edgan Allan Poe, Agatha Cristie o un Ian Fleming.

Y en esta pandemia, para colmo aumentada por la ausencia de futbol, no puedo evitar recordar la voz del "Trovador del campo" el sinaloense Luis Pérez Meza, diciendo... Qué largas se me hacen las horas sin verte, joven consentida, la dueña de mi amor, porque eres un ángel bajado del cielo que le das consuelo a mi pobre corazón... de ese tamaño es el trauma ocasionado por el parón de la Fecha FIFA. Y a mis 80 años, no es cordura pedir que pase el tiempo, que constituye el escaso tesoro que aún poseo... así que, a resolver crucigramas mientras se llega la hora de atender a los ojitos tirantes.

Hasta pronto amigo.