/ lunes 18 de mayo de 2020

Ocurrencias del futbol | LA SOBERBIA ES SIEMPRE EL CAMINO MÁS RÁPIDO HACIA LA DERROTA... PELÉ


Reinició la Bundesliga y otras más en Europa lo irán haciendo... Tranquilos, aquello es el primer mundo, una cultura que se sustenta en la inquebrantable disciplina de sus habitantes. Demos tiempo al tiempo para ver cómo les va y, sobre esa experiencia, estudiar la conveniencia de reiniciar nuestra liga, sobre la base de tres opciones: 1- Retomando el campeonato como lo dejamos, jugando a dobles jornadas semanales... 2- Darlo por terminado respetando las posiciones que prevalecían al suspenderse, otorgándole el campeonato al primer lugar... 3- Anularlo dejando acéfala la coronación... ¿Cuál opción les parece más justa?

En su libro "Mi Legado", refiriéndose al Mundial de Inglaterra 96, Pelé nos dice: "Cómo perder un mundial" y, aunque la observación se enfoca a la selección de su país, que es mucho más poderosa que la nuestra, la reflexión acomoda hasta a la más humilde de las selecciones... "La soberbia es siempre el camino más rápido hacia la derrota. Impide ver las dificultades, minimiza la importancia de la preparación, anticipa fantasiosamente resultados positivos, descuida la meticulosidad necesaria en la elaboración de los planes y estrategias"... Reconozco la capacidad de José Antonio Roca como director técnico, pero aquel era un entrenador con la cortísima experiencia que le daba haber dirigido al Laguna y al inicio de su estancia en el América, dos buenos trabajos en una Liga distante de los grandes escenarios, que no eran suficientes para acceder al futbol de primer nivel mundial.

El éxito obtenido a nivel doméstico lo llevó a creer que aquellos jugadores novatos que tan útiles le fueron en el campeonato mexicano, servirían igual en el plano internacional, grave equivocación. Por ejemplo, Pedro Soto y Pilar Reyes, sorprendieron a la afición mexicana, como recién nos impresionó Sebastián Jurado, sin embargo nuestro actual seleccionador únicamente lo llamó a observación... El "Palillo" Martínez, que hiciera un buen papel con el Laguna,no era sino un proyecto que no se cumplió... La defensa central, tal vez la posición mejor cubierta, estaba conformada por Tena y por Ramos, dos jóvenes extraordinarios necesitados del cobijo de los ya retirados: Peña, Sepúlveda, Del Muro y, finalmente, como lateral Izquierdo, Vázquez Ayala, con todo para ocupar dicha posición, era un escollo mínimo para delanteros de la talla de Rumennigge, Lato, mostrando su valía ante Túnez, que fue insuficiente para sacar un buen resultado.

La línea media de aquella selección se componía con Antonio de la Torre, Mendizábal, López Zarza, Cárdenas y Cuéllar, que como un reportero mexicano dijo a Pelé "corren mucho", a lo que el brasileño contestó--- "Se van a cansar"... ¡No! los Tomás Boy, Chino Estrada, Chepe Chávez no interesaban al mister. Y en la delantera se llevó a la brillante generación de enanos sin su respectiva Blanca Nieves... Rangel, Ortega, Hugo Sánchez, Lugo, Isiordia, ninguno superando el 1.75 de estatura, compitiendo contra africanos, polacos y alemanes.

Peor que en esta cuarentena, aquella selección se separó de sus familiares tres meses antes de que iniciara el Mundial. Una gira que incluyó Estados Unidos y Europa, con resultados que anunciaban lo que sería aquello y una cascarita contra los alumnos de una Universidad argentina, que los estudiantes como buenos argentinos, la tomaron como la final del campeonato, terminándola con una bronca de la que muy poco se ha hablado, con lo que se dio fin al proceso de preparación de aquella selección de Roca que perdió, perdió y perdió.

Solo dos equipos, México y Hungría contaron por derrotas cuantos partidos disputaron en el Mundial de Argentina. La actuación mexicana fue una de las más pobres y constituyó una gran decepción ya que el país organizador del torneo, por afinidades idiomáticas e históricas, había acogido la presencia del seleccionado Azteca con gran simpatía. Frente a Túnez, teóricamente inferior tanto por su trayectoria internacional como por el nivel de desarrollo del futbol en este país norteafricano, México encajó la primer derrota por 3-1. Contra el equipo de Alemania, los mexicanos perdimos 6-0 y, nuevamente por 3-1 frente a Polonia.

México opuso a sus tres adversarios un futbol alegre y abierto, individualista, basado en la retención individualista de la pelota y en pases cortos y reiterativos. Los jugadores aztecas, conducidos desde el centro del campo por Leonardo Cuéllar, orientado defensivamente por el veterano Arturo Vázquez Ayala y con dos delanteros de gran movilidad, Rangel y Hugo Sánchez, pagaron cara la falta de precaución defensiva. El 4-3-3 empleado y la debilidad de sus marcajes por zonas. Unido esto a la anarquía individualista de su juego y a la lentitud del entramado de pases que daba tiempo a la organización de la defensa contraria, se explica la razón de su decepcionante paso por Argentina.


Reinició la Bundesliga y otras más en Europa lo irán haciendo... Tranquilos, aquello es el primer mundo, una cultura que se sustenta en la inquebrantable disciplina de sus habitantes. Demos tiempo al tiempo para ver cómo les va y, sobre esa experiencia, estudiar la conveniencia de reiniciar nuestra liga, sobre la base de tres opciones: 1- Retomando el campeonato como lo dejamos, jugando a dobles jornadas semanales... 2- Darlo por terminado respetando las posiciones que prevalecían al suspenderse, otorgándole el campeonato al primer lugar... 3- Anularlo dejando acéfala la coronación... ¿Cuál opción les parece más justa?

En su libro "Mi Legado", refiriéndose al Mundial de Inglaterra 96, Pelé nos dice: "Cómo perder un mundial" y, aunque la observación se enfoca a la selección de su país, que es mucho más poderosa que la nuestra, la reflexión acomoda hasta a la más humilde de las selecciones... "La soberbia es siempre el camino más rápido hacia la derrota. Impide ver las dificultades, minimiza la importancia de la preparación, anticipa fantasiosamente resultados positivos, descuida la meticulosidad necesaria en la elaboración de los planes y estrategias"... Reconozco la capacidad de José Antonio Roca como director técnico, pero aquel era un entrenador con la cortísima experiencia que le daba haber dirigido al Laguna y al inicio de su estancia en el América, dos buenos trabajos en una Liga distante de los grandes escenarios, que no eran suficientes para acceder al futbol de primer nivel mundial.

El éxito obtenido a nivel doméstico lo llevó a creer que aquellos jugadores novatos que tan útiles le fueron en el campeonato mexicano, servirían igual en el plano internacional, grave equivocación. Por ejemplo, Pedro Soto y Pilar Reyes, sorprendieron a la afición mexicana, como recién nos impresionó Sebastián Jurado, sin embargo nuestro actual seleccionador únicamente lo llamó a observación... El "Palillo" Martínez, que hiciera un buen papel con el Laguna,no era sino un proyecto que no se cumplió... La defensa central, tal vez la posición mejor cubierta, estaba conformada por Tena y por Ramos, dos jóvenes extraordinarios necesitados del cobijo de los ya retirados: Peña, Sepúlveda, Del Muro y, finalmente, como lateral Izquierdo, Vázquez Ayala, con todo para ocupar dicha posición, era un escollo mínimo para delanteros de la talla de Rumennigge, Lato, mostrando su valía ante Túnez, que fue insuficiente para sacar un buen resultado.

La línea media de aquella selección se componía con Antonio de la Torre, Mendizábal, López Zarza, Cárdenas y Cuéllar, que como un reportero mexicano dijo a Pelé "corren mucho", a lo que el brasileño contestó--- "Se van a cansar"... ¡No! los Tomás Boy, Chino Estrada, Chepe Chávez no interesaban al mister. Y en la delantera se llevó a la brillante generación de enanos sin su respectiva Blanca Nieves... Rangel, Ortega, Hugo Sánchez, Lugo, Isiordia, ninguno superando el 1.75 de estatura, compitiendo contra africanos, polacos y alemanes.

Peor que en esta cuarentena, aquella selección se separó de sus familiares tres meses antes de que iniciara el Mundial. Una gira que incluyó Estados Unidos y Europa, con resultados que anunciaban lo que sería aquello y una cascarita contra los alumnos de una Universidad argentina, que los estudiantes como buenos argentinos, la tomaron como la final del campeonato, terminándola con una bronca de la que muy poco se ha hablado, con lo que se dio fin al proceso de preparación de aquella selección de Roca que perdió, perdió y perdió.

Solo dos equipos, México y Hungría contaron por derrotas cuantos partidos disputaron en el Mundial de Argentina. La actuación mexicana fue una de las más pobres y constituyó una gran decepción ya que el país organizador del torneo, por afinidades idiomáticas e históricas, había acogido la presencia del seleccionado Azteca con gran simpatía. Frente a Túnez, teóricamente inferior tanto por su trayectoria internacional como por el nivel de desarrollo del futbol en este país norteafricano, México encajó la primer derrota por 3-1. Contra el equipo de Alemania, los mexicanos perdimos 6-0 y, nuevamente por 3-1 frente a Polonia.

México opuso a sus tres adversarios un futbol alegre y abierto, individualista, basado en la retención individualista de la pelota y en pases cortos y reiterativos. Los jugadores aztecas, conducidos desde el centro del campo por Leonardo Cuéllar, orientado defensivamente por el veterano Arturo Vázquez Ayala y con dos delanteros de gran movilidad, Rangel y Hugo Sánchez, pagaron cara la falta de precaución defensiva. El 4-3-3 empleado y la debilidad de sus marcajes por zonas. Unido esto a la anarquía individualista de su juego y a la lentitud del entramado de pases que daba tiempo a la organización de la defensa contraria, se explica la razón de su decepcionante paso por Argentina.