/ domingo 8 de noviembre de 2020

Ocurrencias del futbol | Mientras vamos en pos de lo incierto perdemos lo seguro

Igual, pero distinto... ¡What!... ¿Cómo dices que dijiste? Sí, lo que dije hace dos columnas. Zidane igual que Herrera tienen problema con sus equipos, en donde cuentan con plantillas suficientes, pero no las pueden usar.

Qué difícil ¿no? Sin embargo, ambos se dan maña para sacar el resultado. En la última jornada del Guardianes 2020, el América ya se encontraba calificado para la Liguilla, así que el resultado era lo de menos, la única conveniencia se enfocaba a ganar una mejor posición, que les permitiría jugar su primer partido de Liguilla contra un equipo más cómodo.

Sabemos bien que varios de sus jugadores importantes se encuentran convaleciendo de lesiones, que se espera sean superadas con el próximo parón que concede la fecha FIFA. Así, ya seguros de que no hay fuerza que impida cumplir con la Liguilla y tomando en cuenta las bajas actuales, Miguel Herrera decidió jugar su último partido con jugadores alternativos y ¡oh sorpresa!, uno de ellos que desde hace tiempo viene manifestando su deseo de salir del equipo, jugador colombiano, seleccionado en su país, que fue adquirido junto con sus paisanos Ibargüen y Benedetti, también seleccionados, que llegaron al América precedidos de una gran fama, pero que al llegar a México los dos últimos después de haber mostrado su gran valía sufrieron lesiones de larga recuperación, mientras que Roger Martínez ofreció actuaciones muy inciertas, en las que lucía enormidades, para que al siguiente juego mostrara una apatía inexplicable.

Este proceder le valió salir de la alineación, lo cual lo molestó manifestando su inconformidad y su deseo de salir del equipo. ¿Por qué si no quiere estar en el América, no se ha ido? Órale, ya apareció el peine... La directiva le tiene al tanto del interés que equipos brasileños tienen por contratarlo, sin embargo, él no muestra interés por ninguno de ellos y, es aquí en donde nos damos cuenta de la forma en que nuestros clubes derrochan dinero pagando a los jugadores extranjeros cantidades que una estrella brasileña no gana en su país.

El contrato de Roger Martínez vence en diciembre. Ahora que el América enfrentó a Juárez, Miguel Herrera habló con Roger para decirle que sería titular en el juego, pero el colombiano le pidió que no lo metiera, que no se sentía bien para jugar. A dos meses y medio para que se rompa el compromiso, el colombiano rechaza cuanta oferta ha llegado al club, pues de romper el contrato perdería el sueldo de los dos meses que allá, a donde vaya, no se los va a pagar nadie y, el América, que todos sus detractores piensan que es un todopoderoso, ve con los brazos cruzados como tiene que cumplirle su contrato a ese sinvergüenza.

Miren ustedes, todos hemos visto o nos hemos enterado de las actuaciones de estos tres colombianos, llegué a pensar que todo lo que se decía de Ibargüen era puro cuento, pero después de un tiempo comenzó a enseñarnos su gran dribling, que al contar con Ibarra en el otro extremo conformaban las pinzas más poderosas del torneo, solo que a Ibargüen no le gusta auxiliar a su defensiva. De Benedetti se habló poco, pero siendo el que más enseñó, se lesionó de gravedad, perdiéndose 8 largos meses del campeonato.

Es tanta la calidad de Benedetti, que ese largo tiempo sin jugar no le impidió perder la titularidad ni del América, ni de la selección de su país, peeeeero, volvió a lesionarse, ahora de menor importancia, pero suficiente para perderse otros 6 meses más. Mirando el profesionalismo de este colombiano, tan diferente de los otros dos, solo podemos lamentar su mala suerte y, también la mala suerte del América, pero al Roger, si realmente los de Coapa tienen el poder económico del que tanto se les ha creado fama, les resultaría mejor aceptar que se equivocaron al contratarlo, pagarle los dos meses y medio y que se vaya.

En el corto tiempo que llevan con el América, Federico Viñas y Christian Sánchez, ganando entre los dos menos de la mitad de lo que ganan Roger e Ibargüen, han rendido notablemente mucho más que los otros y, si llegan a formar parte de las selecciones de sus respectivos países, será por méritos hechos en el futbol mexicano. He aquí la enfermedad que está padeciendo el futbol mexicano, que en lo único que es superior a los equipos del gran mundo es en los salarios que pagan.

Se acabó y, como dice el dicho, camarón que se durmió, amaneció en el coctel. Ahora viene la farsa en la que cualquiera de los mediocres que van al repechaje, en un buen momento pueden ganarle al León y, todos lo aceptaremos porque así estaba convenido. En los torneos largos, hace ya tres semanas que los esmeraldas se hubieran coronado campeones. Así sucedió con el Bayern Múnich, el Liverpool y sin embargo, antes de la pandemia, sus estadios lucían a reventar como igual estaban los del cuarto, quinto, sexto y todos los demás. Es cuestión de costumbre, que con el tiempo se volvió tradición.

Deportivamente, estamos caminando hacia lo incierto, porque solamente aquí, el octavo lugar de la tabla puede coronarse campeón. La seguridad como un estado emocional es algo que todos deseamos. El sentirnos inseguros en el cumplimiento de un objetivo (ser campeón), nos produce sentimiento de temor, de autolimitación. Pero eso lo minimizamos con la posibilidad de ser octavos y, más aún, si se nos concede un Repechaje (Repesca)... Mediocridad pura. Si, pero $$$$$$$

Hasta pronto amigo.

Igual, pero distinto... ¡What!... ¿Cómo dices que dijiste? Sí, lo que dije hace dos columnas. Zidane igual que Herrera tienen problema con sus equipos, en donde cuentan con plantillas suficientes, pero no las pueden usar.

Qué difícil ¿no? Sin embargo, ambos se dan maña para sacar el resultado. En la última jornada del Guardianes 2020, el América ya se encontraba calificado para la Liguilla, así que el resultado era lo de menos, la única conveniencia se enfocaba a ganar una mejor posición, que les permitiría jugar su primer partido de Liguilla contra un equipo más cómodo.

Sabemos bien que varios de sus jugadores importantes se encuentran convaleciendo de lesiones, que se espera sean superadas con el próximo parón que concede la fecha FIFA. Así, ya seguros de que no hay fuerza que impida cumplir con la Liguilla y tomando en cuenta las bajas actuales, Miguel Herrera decidió jugar su último partido con jugadores alternativos y ¡oh sorpresa!, uno de ellos que desde hace tiempo viene manifestando su deseo de salir del equipo, jugador colombiano, seleccionado en su país, que fue adquirido junto con sus paisanos Ibargüen y Benedetti, también seleccionados, que llegaron al América precedidos de una gran fama, pero que al llegar a México los dos últimos después de haber mostrado su gran valía sufrieron lesiones de larga recuperación, mientras que Roger Martínez ofreció actuaciones muy inciertas, en las que lucía enormidades, para que al siguiente juego mostrara una apatía inexplicable.

Este proceder le valió salir de la alineación, lo cual lo molestó manifestando su inconformidad y su deseo de salir del equipo. ¿Por qué si no quiere estar en el América, no se ha ido? Órale, ya apareció el peine... La directiva le tiene al tanto del interés que equipos brasileños tienen por contratarlo, sin embargo, él no muestra interés por ninguno de ellos y, es aquí en donde nos damos cuenta de la forma en que nuestros clubes derrochan dinero pagando a los jugadores extranjeros cantidades que una estrella brasileña no gana en su país.

El contrato de Roger Martínez vence en diciembre. Ahora que el América enfrentó a Juárez, Miguel Herrera habló con Roger para decirle que sería titular en el juego, pero el colombiano le pidió que no lo metiera, que no se sentía bien para jugar. A dos meses y medio para que se rompa el compromiso, el colombiano rechaza cuanta oferta ha llegado al club, pues de romper el contrato perdería el sueldo de los dos meses que allá, a donde vaya, no se los va a pagar nadie y, el América, que todos sus detractores piensan que es un todopoderoso, ve con los brazos cruzados como tiene que cumplirle su contrato a ese sinvergüenza.

Miren ustedes, todos hemos visto o nos hemos enterado de las actuaciones de estos tres colombianos, llegué a pensar que todo lo que se decía de Ibargüen era puro cuento, pero después de un tiempo comenzó a enseñarnos su gran dribling, que al contar con Ibarra en el otro extremo conformaban las pinzas más poderosas del torneo, solo que a Ibargüen no le gusta auxiliar a su defensiva. De Benedetti se habló poco, pero siendo el que más enseñó, se lesionó de gravedad, perdiéndose 8 largos meses del campeonato.

Es tanta la calidad de Benedetti, que ese largo tiempo sin jugar no le impidió perder la titularidad ni del América, ni de la selección de su país, peeeeero, volvió a lesionarse, ahora de menor importancia, pero suficiente para perderse otros 6 meses más. Mirando el profesionalismo de este colombiano, tan diferente de los otros dos, solo podemos lamentar su mala suerte y, también la mala suerte del América, pero al Roger, si realmente los de Coapa tienen el poder económico del que tanto se les ha creado fama, les resultaría mejor aceptar que se equivocaron al contratarlo, pagarle los dos meses y medio y que se vaya.

En el corto tiempo que llevan con el América, Federico Viñas y Christian Sánchez, ganando entre los dos menos de la mitad de lo que ganan Roger e Ibargüen, han rendido notablemente mucho más que los otros y, si llegan a formar parte de las selecciones de sus respectivos países, será por méritos hechos en el futbol mexicano. He aquí la enfermedad que está padeciendo el futbol mexicano, que en lo único que es superior a los equipos del gran mundo es en los salarios que pagan.

Se acabó y, como dice el dicho, camarón que se durmió, amaneció en el coctel. Ahora viene la farsa en la que cualquiera de los mediocres que van al repechaje, en un buen momento pueden ganarle al León y, todos lo aceptaremos porque así estaba convenido. En los torneos largos, hace ya tres semanas que los esmeraldas se hubieran coronado campeones. Así sucedió con el Bayern Múnich, el Liverpool y sin embargo, antes de la pandemia, sus estadios lucían a reventar como igual estaban los del cuarto, quinto, sexto y todos los demás. Es cuestión de costumbre, que con el tiempo se volvió tradición.

Deportivamente, estamos caminando hacia lo incierto, porque solamente aquí, el octavo lugar de la tabla puede coronarse campeón. La seguridad como un estado emocional es algo que todos deseamos. El sentirnos inseguros en el cumplimiento de un objetivo (ser campeón), nos produce sentimiento de temor, de autolimitación. Pero eso lo minimizamos con la posibilidad de ser octavos y, más aún, si se nos concede un Repechaje (Repesca)... Mediocridad pura. Si, pero $$$$$$$

Hasta pronto amigo.