/ martes 31 de marzo de 2020

Ocurrencias del futbol | Toda crisis es una oportunidad de cambio

FIFA ha crecido ante las circunstancias difíciles, al no claudicar nunca. El futbol comenzaba a ser un deporte practicado masivamente. Así en España había 25,000 licencias futbolísticas y en Francia más de 30,000

Tal cúmulo de realidades impullsó a la FIFA, en su congreso celebrado en Roma en 1926, a admitir la existencia de un salario para el jugador. Esta legalización significaba de algún modo el reconocimiento del profesionalismo, lo cual entraba en absoluta contradicción con los rígidos principios del olimpismo sostenidos por el espíritu espartano de Pierre de Cubertin. Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional, ante la amenaza palpable de que el más espectacular de los juegos desapareciera de las próximas competiciones olímpicas, aceptó para este deporte la figura del amateur "emboscado" filada. De este modo los organizadores de las Olimpiadas de Amsterdam. a celebrar en 1928, respiraron tranquilos.

La nueva actitud de la FIFA era para los británicos, de una confusión inadmisible. Insuficiente por confusa, con este criterio los delegados del Reino Unido rechazaron las conclusiones sobre los amateurs camuflados y, en 1928 abandonaron de nuevo la organización que regía las relaciones del futbol internacional. Las irrupción uruguaya había causado en París, progresivamente, ironía, estupor y admiración. Ahora, en Amsterdam, en 1028, debutaba otra selección también desconocida, la de Argentina, junto a los uruguayos, quienes asistían como campeones.

El debut de Argentina fue arrollador, batió a los Estados Unidos por 11 goles a 2. Se arguyó que la selección norteamericana era bisoña e inoperante. Probablemente era cierto, pero el segundo encuentro despejó las dudas, los argentinos apabullaron a Bélgica, antigua campeona Olímpica, ganándola por un contundente 6 a 3. Los argentinos practicaban un juego de salón, elegante, parsimonioso que de pronto cobraba un movimiento de vértigo y, en ese torbellino emergía la pequeña figura de Orsi, una saeta que se clavaba con el balón en la misma línea de meta adversaria. Orsi fue bautizado como el cometa de Amsterdam, él era la llave que abría las puertas más sólidamente defendidas y por las cuales penetraban los goles a granel.

Los uruguayos de nuevo con Scartone, demostraron también que su hegemonía parisiense no había sido casual, desarrollando un futbol de alto nivel. En consecuencia, la final tuvo color rioplatense y, en un espectacular encuentro, Uruguay revalidó el título batiendo a Argentina 2 goles a 1, tanteo que señalaba el equilibrio de fuerzas entre ambos finalistas y la supremacía latinoamericana sobre el futbol europeo.

No es posible soslayar el tema de la evolución estratégica del deporte futbolístico, cuyo elemento fundamental -evidente- era la ubicación de los jugadores sobre el terreno de juego. En los alvores del futbol moderno, la disposición de los jugadores sobre el terreno era la de 1-10... un guardameta y diez atacantes, estos últimos deambulaban en busca del esférico, arriba y abajo, aquí y allí, en un desorden netamente ofensivo. Dentro aún del siglo XIX y siempre en Gran Bretaña, se probaron nuevas disposiciones con finalidades racionalizadoras. Así cabe citar la distribución puesta de moda en 1880 por el Bolton Wanderers Club, de 1-1-1-8, esto es, un guardameta, un defensa, un medio y ocho irresistibles atacantes. La disposición era ofensiva, pero se capta ya en esta nueva formación cierta preocupación defensiva,

A su vez, el Aston Villa Club adoptó desde 1884 la disposición 1-1-2-7, o sea, un guardameta, un defensa, dos medios y siete delanteros, en una tendencia a conceder importancia al dominio del centro del campo, sector en el que debían fraguarse los asaltos al portal enemigo. Casi simultáneamente, el Blackburn Rovers Club desplegó el esquema 1-2-3-5, es decir, un guardameta, dos defensas, tres medios y cinco delanteros. La planificación y la racionalidad dieron aquí un importante paso, pues esta disposición fue muy bien acogida por jugadores, críticos y público. El sistema recibió el nombre de Sistema Clásico y su concepción se sustentaba en la preocupación por el marcaje: los dos defensas debían marcar a los dos interiores adversarios, los medios alas a los extremos y, el medio centro, al centro enemigo.

Todo evoluciona, ¿no les parece? los principios de la estrategia fut-bolística nos pueden parecer ingenuos y sin embargo el futbol como deporte se fue apoderando de la atención del público, logrando establecerse en todo el mundo en donde sea posible desarrollarlo. La complejidad del juego se debe a la gran diversidad existente en las formas y estilos adoptados por cada país, que marcan la identidad de cada región, que los distingue como europeos, americanos, asiáticos, africanos y a los habitantes de Oceanía.

FIFA ha crecido ante las circunstancias difíciles, al no claudicar nunca. El futbol comenzaba a ser un deporte practicado masivamente. Así en España había 25,000 licencias futbolísticas y en Francia más de 30,000

Tal cúmulo de realidades impullsó a la FIFA, en su congreso celebrado en Roma en 1926, a admitir la existencia de un salario para el jugador. Esta legalización significaba de algún modo el reconocimiento del profesionalismo, lo cual entraba en absoluta contradicción con los rígidos principios del olimpismo sostenidos por el espíritu espartano de Pierre de Cubertin. Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional, ante la amenaza palpable de que el más espectacular de los juegos desapareciera de las próximas competiciones olímpicas, aceptó para este deporte la figura del amateur "emboscado" filada. De este modo los organizadores de las Olimpiadas de Amsterdam. a celebrar en 1928, respiraron tranquilos.

La nueva actitud de la FIFA era para los británicos, de una confusión inadmisible. Insuficiente por confusa, con este criterio los delegados del Reino Unido rechazaron las conclusiones sobre los amateurs camuflados y, en 1928 abandonaron de nuevo la organización que regía las relaciones del futbol internacional. Las irrupción uruguaya había causado en París, progresivamente, ironía, estupor y admiración. Ahora, en Amsterdam, en 1028, debutaba otra selección también desconocida, la de Argentina, junto a los uruguayos, quienes asistían como campeones.

El debut de Argentina fue arrollador, batió a los Estados Unidos por 11 goles a 2. Se arguyó que la selección norteamericana era bisoña e inoperante. Probablemente era cierto, pero el segundo encuentro despejó las dudas, los argentinos apabullaron a Bélgica, antigua campeona Olímpica, ganándola por un contundente 6 a 3. Los argentinos practicaban un juego de salón, elegante, parsimonioso que de pronto cobraba un movimiento de vértigo y, en ese torbellino emergía la pequeña figura de Orsi, una saeta que se clavaba con el balón en la misma línea de meta adversaria. Orsi fue bautizado como el cometa de Amsterdam, él era la llave que abría las puertas más sólidamente defendidas y por las cuales penetraban los goles a granel.

Los uruguayos de nuevo con Scartone, demostraron también que su hegemonía parisiense no había sido casual, desarrollando un futbol de alto nivel. En consecuencia, la final tuvo color rioplatense y, en un espectacular encuentro, Uruguay revalidó el título batiendo a Argentina 2 goles a 1, tanteo que señalaba el equilibrio de fuerzas entre ambos finalistas y la supremacía latinoamericana sobre el futbol europeo.

No es posible soslayar el tema de la evolución estratégica del deporte futbolístico, cuyo elemento fundamental -evidente- era la ubicación de los jugadores sobre el terreno de juego. En los alvores del futbol moderno, la disposición de los jugadores sobre el terreno era la de 1-10... un guardameta y diez atacantes, estos últimos deambulaban en busca del esférico, arriba y abajo, aquí y allí, en un desorden netamente ofensivo. Dentro aún del siglo XIX y siempre en Gran Bretaña, se probaron nuevas disposiciones con finalidades racionalizadoras. Así cabe citar la distribución puesta de moda en 1880 por el Bolton Wanderers Club, de 1-1-1-8, esto es, un guardameta, un defensa, un medio y ocho irresistibles atacantes. La disposición era ofensiva, pero se capta ya en esta nueva formación cierta preocupación defensiva,

A su vez, el Aston Villa Club adoptó desde 1884 la disposición 1-1-2-7, o sea, un guardameta, un defensa, dos medios y siete delanteros, en una tendencia a conceder importancia al dominio del centro del campo, sector en el que debían fraguarse los asaltos al portal enemigo. Casi simultáneamente, el Blackburn Rovers Club desplegó el esquema 1-2-3-5, es decir, un guardameta, dos defensas, tres medios y cinco delanteros. La planificación y la racionalidad dieron aquí un importante paso, pues esta disposición fue muy bien acogida por jugadores, críticos y público. El sistema recibió el nombre de Sistema Clásico y su concepción se sustentaba en la preocupación por el marcaje: los dos defensas debían marcar a los dos interiores adversarios, los medios alas a los extremos y, el medio centro, al centro enemigo.

Todo evoluciona, ¿no les parece? los principios de la estrategia fut-bolística nos pueden parecer ingenuos y sin embargo el futbol como deporte se fue apoderando de la atención del público, logrando establecerse en todo el mundo en donde sea posible desarrollarlo. La complejidad del juego se debe a la gran diversidad existente en las formas y estilos adoptados por cada país, que marcan la identidad de cada región, que los distingue como europeos, americanos, asiáticos, africanos y a los habitantes de Oceanía.