/ lunes 19 de julio de 2021

Ocurrencias del futbol | ¡Todos los incurables tienen cura, cinco minutos antes de su muerte!

Como lo he estado diciendo, la pandemia ha venido a crearnos problemas a todo el mundo, pero como no es justo magnificar el nuestro (medios de comunicación), porque existen otros que están padeciendo más que nosotros. Equivocadamente creemos que la naturaleza nos exige mucho para vivir. Goethe ya nos decía que contamos con nuestros cinco sentidos, lo que nos basta para estar suficientemente pertrechados para hacerle frente a la vida con éxito. Escuchemos la voz de la naturaleza. ¿Qué nos exige si no un cuerpo exento de dolor y una mente alegre, libre de temores e inquietudes? Pero al no creer nosotros que la naturaleza nos dotó prodigiosamente para meter las manos de lleno en la vida y sacar de ella placeres y bienes suficientes para nuestra existencia, incrédulos en el inmenso poder de la naturaleza, le damos la espalda y sucede que sobrevienen sudores y palidez, falla la lengua, aborta la voz, vacilan los ojos, zumban los oídos y todo el organismo flaquea.

Recuerdo aquel infausto accidente, cuando regresando de la playa en la parte trasera de una pickup, al intentar destapar un refresco, la botella explotó lanzando vidrios como las partículas de una granada, con tan mala fortuna, que uno fue a clavarse en uno de los ojos de mi buen amigo Raúl “Perrita” Guzmán, quien, a causa de eso, perdería el ojo dañado y sin embargo, impávido, dijo, no pasa nada, tranquilos que aún tengo el otro. Raúl continuó practicando el futbol con el mismo entusiasmo que siempre lo hizo, siendo un ejemplo para todos los que lo conocemos. No seamos esclavos de nuestros dolores, recobremos nuestra libertad para que por las ventanas de nuestra alma entren vientos de frescura iluminación y fuerza.

Y curiosamente, en Inglaterra, otro Raúl, este de apellido Jiménez, causante involuntario de que la naturalización de Funes Mori haya sido aprovechada por el Tata Martino, para llenar el hueco dejado por el mismo Jiménez a causa de la gravísima lesión sufrida, cuando su cabeza fue a estrellarse accidentalmente con la del brasileño David Luis, sufriendo una peligrosa fractura de cráneo que lo puso al borde de la muerte. Así, que no teniendo tema de actualidad, que no sea caer en el chismorroteo que implica a Rogelio Funes Mori, que enamorado de Monterrey, se naturalizó mexicano, derecho que concede nuestra constitución a los extranjeros bien portados que deseen tener nuestra nacionalidad.

Casi ocho meses hubo de esperar Raúl para volver a lo que tanto ama, el futbol y, obviamente, lo hizo ante un equipo de la tercera división, en lo que es el primer juego del Wolverhampton, de la etapa conocida como pretemporada, jugó los primeros 30 minutos, que dejaron complacido al cuerpo técnico del equipo, pues cumplió satisfactoriamente, todas las tareas que se esperaba que cumpliera, la conducción, el control, el pase, el dribling, el forcejeo, incluso el choque, la resistencia aeróbica y el tiro a gol, uno de los cuales fue a estrellarse al larguero, cuando cobró un tiro libre desde fuera del área.

El nuevo técnico del Wolverhampton ha decidido cambiar la función de Raúl en el equipo. A partir de ahora, Jiménez dejará de ser el ariete que adelantado, se lanza al estilo del fenómeno Ronaldo derrumbando cuanta barrera defensiva se encuentre, lo cual cumplía Raúl de forma muy parecida, así como la de lanzarse temerariamente a la busca de ganar el balón con la cabeza, lo que hacía con gran eficacia, siendo considerado uno de los mejores rematadores del mundo.

Ahora Raúl se convertirá en un falso delantero centro, viniendo de atrás como conductor de ataque, aprovechando su depurada técnica y, su gran visión del juego ofensivo. Recordemos que esto lo hacía desde que vestía la camiseta del América, donde llegaba desde atrás para conectar con el inolvidable “Chucho” Benítez, tal y como lo venía haciendo con Adama Traore, de estilo tan parecido al del desaparecido “Chucho”. Así que lo único que ya no veremos en Raúl son sus contundentes cabezazos.

Pues miren, yo preocupado por la falta de temas para dedicarles a ustedes, aparece esta noticia que celebra el futbol mexicano, Raúl Jiménez invaluable buscador y generador de espacios, con un Funes Mori de gran movilidad e inmejorable juego de espalda a gol, gran rematador de cabeza y un poste ideal para realizar paredes más el Tecate, el Chucky, Herrera y los olímpicos, podemos al menos mejorar en mucho lo que hasta ahora se ha exhibido.

Claro que esta noticia nos pone de fiesta y, nos alerta en contra del desaliento, todos estamos expuestos a toda clase de accidentes, sin embargo, el peor enemigo lo llevamos dentro de nosotros mismos y es ese, el desaliento, que nos paraliza convirtiéndonos en su esclavo. A cuantos amigos hemos visto caer en gran depresión al sentirse incapacitados, no son más que los que hemos visto salir adelante impulsados por el gran poder de la naturaleza, que lo único que nos pide es que no desmayemos.

Pedro Bonifacio Palacios, más conocido como “Almafuerte”, en su poema “Piu Avanti” nos dice… “Obsesión casi asnal para ser fuerte, nada más necesita la criatura, y en cualquier infeliz se me figura, que se mellan los garfios de la suerte… ¡Todos los incurables tienen cura, cinco minutos antes de su muerte!

Hasta pronto amigo.

Como lo he estado diciendo, la pandemia ha venido a crearnos problemas a todo el mundo, pero como no es justo magnificar el nuestro (medios de comunicación), porque existen otros que están padeciendo más que nosotros. Equivocadamente creemos que la naturaleza nos exige mucho para vivir. Goethe ya nos decía que contamos con nuestros cinco sentidos, lo que nos basta para estar suficientemente pertrechados para hacerle frente a la vida con éxito. Escuchemos la voz de la naturaleza. ¿Qué nos exige si no un cuerpo exento de dolor y una mente alegre, libre de temores e inquietudes? Pero al no creer nosotros que la naturaleza nos dotó prodigiosamente para meter las manos de lleno en la vida y sacar de ella placeres y bienes suficientes para nuestra existencia, incrédulos en el inmenso poder de la naturaleza, le damos la espalda y sucede que sobrevienen sudores y palidez, falla la lengua, aborta la voz, vacilan los ojos, zumban los oídos y todo el organismo flaquea.

Recuerdo aquel infausto accidente, cuando regresando de la playa en la parte trasera de una pickup, al intentar destapar un refresco, la botella explotó lanzando vidrios como las partículas de una granada, con tan mala fortuna, que uno fue a clavarse en uno de los ojos de mi buen amigo Raúl “Perrita” Guzmán, quien, a causa de eso, perdería el ojo dañado y sin embargo, impávido, dijo, no pasa nada, tranquilos que aún tengo el otro. Raúl continuó practicando el futbol con el mismo entusiasmo que siempre lo hizo, siendo un ejemplo para todos los que lo conocemos. No seamos esclavos de nuestros dolores, recobremos nuestra libertad para que por las ventanas de nuestra alma entren vientos de frescura iluminación y fuerza.

Y curiosamente, en Inglaterra, otro Raúl, este de apellido Jiménez, causante involuntario de que la naturalización de Funes Mori haya sido aprovechada por el Tata Martino, para llenar el hueco dejado por el mismo Jiménez a causa de la gravísima lesión sufrida, cuando su cabeza fue a estrellarse accidentalmente con la del brasileño David Luis, sufriendo una peligrosa fractura de cráneo que lo puso al borde de la muerte. Así, que no teniendo tema de actualidad, que no sea caer en el chismorroteo que implica a Rogelio Funes Mori, que enamorado de Monterrey, se naturalizó mexicano, derecho que concede nuestra constitución a los extranjeros bien portados que deseen tener nuestra nacionalidad.

Casi ocho meses hubo de esperar Raúl para volver a lo que tanto ama, el futbol y, obviamente, lo hizo ante un equipo de la tercera división, en lo que es el primer juego del Wolverhampton, de la etapa conocida como pretemporada, jugó los primeros 30 minutos, que dejaron complacido al cuerpo técnico del equipo, pues cumplió satisfactoriamente, todas las tareas que se esperaba que cumpliera, la conducción, el control, el pase, el dribling, el forcejeo, incluso el choque, la resistencia aeróbica y el tiro a gol, uno de los cuales fue a estrellarse al larguero, cuando cobró un tiro libre desde fuera del área.

El nuevo técnico del Wolverhampton ha decidido cambiar la función de Raúl en el equipo. A partir de ahora, Jiménez dejará de ser el ariete que adelantado, se lanza al estilo del fenómeno Ronaldo derrumbando cuanta barrera defensiva se encuentre, lo cual cumplía Raúl de forma muy parecida, así como la de lanzarse temerariamente a la busca de ganar el balón con la cabeza, lo que hacía con gran eficacia, siendo considerado uno de los mejores rematadores del mundo.

Ahora Raúl se convertirá en un falso delantero centro, viniendo de atrás como conductor de ataque, aprovechando su depurada técnica y, su gran visión del juego ofensivo. Recordemos que esto lo hacía desde que vestía la camiseta del América, donde llegaba desde atrás para conectar con el inolvidable “Chucho” Benítez, tal y como lo venía haciendo con Adama Traore, de estilo tan parecido al del desaparecido “Chucho”. Así que lo único que ya no veremos en Raúl son sus contundentes cabezazos.

Pues miren, yo preocupado por la falta de temas para dedicarles a ustedes, aparece esta noticia que celebra el futbol mexicano, Raúl Jiménez invaluable buscador y generador de espacios, con un Funes Mori de gran movilidad e inmejorable juego de espalda a gol, gran rematador de cabeza y un poste ideal para realizar paredes más el Tecate, el Chucky, Herrera y los olímpicos, podemos al menos mejorar en mucho lo que hasta ahora se ha exhibido.

Claro que esta noticia nos pone de fiesta y, nos alerta en contra del desaliento, todos estamos expuestos a toda clase de accidentes, sin embargo, el peor enemigo lo llevamos dentro de nosotros mismos y es ese, el desaliento, que nos paraliza convirtiéndonos en su esclavo. A cuantos amigos hemos visto caer en gran depresión al sentirse incapacitados, no son más que los que hemos visto salir adelante impulsados por el gran poder de la naturaleza, que lo único que nos pide es que no desmayemos.

Pedro Bonifacio Palacios, más conocido como “Almafuerte”, en su poema “Piu Avanti” nos dice… “Obsesión casi asnal para ser fuerte, nada más necesita la criatura, y en cualquier infeliz se me figura, que se mellan los garfios de la suerte… ¡Todos los incurables tienen cura, cinco minutos antes de su muerte!

Hasta pronto amigo.