/ domingo 2 de agosto de 2020

Paradigmas | Alto a la corrupción en sistema de salud

Cuando era pequeña por las mañanas corría junto a mis hermanos a recoger los huevos que las gallinas habían puesto, eran tres, seis u ocho piezas diarias, nuestros padres se habían preocupado de tener cría de aves; el guajolote era seguro degustarlo en la navidad o antes, cuando la engorda se percibía, todo por celebrar el cumpleaños de algún miembro de la familia.

La fruta, salíamos a cortarla directamente del árbol, me encantaba jalar los duraznos en medio de sus ramas en aquellos días lluviosos. También teníamos: naranjas, mandarinas, limones, toronjas, aguacate y hasta un nogal.

No existían niños o adultos con obesidad.

De acuerdo a estudios recientes de la Organización para La Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) México cuenta con la mayor tasa de sobrepeso y obesidad entre la población, al compararle con otros países de América Latina. Estos datos no deben sorprendernos, lo sabemos de antemano. La globalización en México, trajo a nuestro país un sinnúmero de alimentos exagerados en grasas, sales, azúcar, etc.

En consecuencia, las enfermedades más habituales en el país son la hipertensión y la diabetes. Solo por esta última, la tasa de hospitalización alcanza 248.5 por cada 100 mil habitantes. Prácticamente el doble que el promedio de 122.5 en América Latina.

Con el Covid-19 las principales patologías que contribuyeron al desenlace fatal de la enfermedad, en la última investigación presentada, son con la siguiente frecuencia: 43 % por Hipertensión; 38 % Diabetes, 25 % Obesidad, 7 % Insuficiencia renal crónica, 5 % Enfermedad pulmonar obstructiva crónica y 5 % Enfermedad cardiovascular.

El Covid-19 nos tomó por sorpresa no en cuanto a su presencia, -porque lo supimos meses antes- sino a las enfermedades que ya tienen historia en nuestro país. Además, debemos sumarle la herencia de un sistema sanitario deficiente en cuanto a la cantidad de personal médico, equipo, instalaciones y medicinas.

El viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) de la Organización de las Naciones Unidas, un compromiso para que el organismo se encargue de valorar, adquirir, y entregar medicamentos, el uso eficiente de los recursos económicos. El Dr. Jorge Carlos Alcocer Varela, Secretario de Salud, mencionó durante la ceremonia que los gobiernos neoliberales sembraron desesperanza en la población, al no llevarles medicamentos, vacunas y atención médica necesaria, sobre todo a mexicanos que viven en los lugares más apartados del país.

El gobierno ha señalado en reiteradas ocasiones que tristemente existía acaparamiento en el sector salud en cuanto al suministro de medicamentos en que intervenían solo tres empresas que se llevaban alrededor de 60 mil millones de pesos.

Se les acabó el negocio a los delincuentes de cuello blanco dentro del IMSS, ISSSTE, y demás centros médicos, nada del supuesto equipo dañado para tener pretexto de subrogaciones, carencia de medicamentos, mismos que luego eran localizados en venta por particulares o mercados sobre ruedas. Niños con cáncer sin fármacos, ante el ocultamiento por parte de los directivos, “desabasto” de los distribuidores o muertes de ciudadanos por medicina adulterada.

Hay mucho trabajo por resolver, desde antes de la pandemia, no obstante, la mesa está servida.

lupitarico@hotmail.com

Cuando era pequeña por las mañanas corría junto a mis hermanos a recoger los huevos que las gallinas habían puesto, eran tres, seis u ocho piezas diarias, nuestros padres se habían preocupado de tener cría de aves; el guajolote era seguro degustarlo en la navidad o antes, cuando la engorda se percibía, todo por celebrar el cumpleaños de algún miembro de la familia.

La fruta, salíamos a cortarla directamente del árbol, me encantaba jalar los duraznos en medio de sus ramas en aquellos días lluviosos. También teníamos: naranjas, mandarinas, limones, toronjas, aguacate y hasta un nogal.

No existían niños o adultos con obesidad.

De acuerdo a estudios recientes de la Organización para La Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) México cuenta con la mayor tasa de sobrepeso y obesidad entre la población, al compararle con otros países de América Latina. Estos datos no deben sorprendernos, lo sabemos de antemano. La globalización en México, trajo a nuestro país un sinnúmero de alimentos exagerados en grasas, sales, azúcar, etc.

En consecuencia, las enfermedades más habituales en el país son la hipertensión y la diabetes. Solo por esta última, la tasa de hospitalización alcanza 248.5 por cada 100 mil habitantes. Prácticamente el doble que el promedio de 122.5 en América Latina.

Con el Covid-19 las principales patologías que contribuyeron al desenlace fatal de la enfermedad, en la última investigación presentada, son con la siguiente frecuencia: 43 % por Hipertensión; 38 % Diabetes, 25 % Obesidad, 7 % Insuficiencia renal crónica, 5 % Enfermedad pulmonar obstructiva crónica y 5 % Enfermedad cardiovascular.

El Covid-19 nos tomó por sorpresa no en cuanto a su presencia, -porque lo supimos meses antes- sino a las enfermedades que ya tienen historia en nuestro país. Además, debemos sumarle la herencia de un sistema sanitario deficiente en cuanto a la cantidad de personal médico, equipo, instalaciones y medicinas.

El viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) de la Organización de las Naciones Unidas, un compromiso para que el organismo se encargue de valorar, adquirir, y entregar medicamentos, el uso eficiente de los recursos económicos. El Dr. Jorge Carlos Alcocer Varela, Secretario de Salud, mencionó durante la ceremonia que los gobiernos neoliberales sembraron desesperanza en la población, al no llevarles medicamentos, vacunas y atención médica necesaria, sobre todo a mexicanos que viven en los lugares más apartados del país.

El gobierno ha señalado en reiteradas ocasiones que tristemente existía acaparamiento en el sector salud en cuanto al suministro de medicamentos en que intervenían solo tres empresas que se llevaban alrededor de 60 mil millones de pesos.

Se les acabó el negocio a los delincuentes de cuello blanco dentro del IMSS, ISSSTE, y demás centros médicos, nada del supuesto equipo dañado para tener pretexto de subrogaciones, carencia de medicamentos, mismos que luego eran localizados en venta por particulares o mercados sobre ruedas. Niños con cáncer sin fármacos, ante el ocultamiento por parte de los directivos, “desabasto” de los distribuidores o muertes de ciudadanos por medicina adulterada.

Hay mucho trabajo por resolver, desde antes de la pandemia, no obstante, la mesa está servida.

lupitarico@hotmail.com