/ domingo 26 de septiembre de 2021

Paradigmas | ¡Arde la ciencia en México!

Hierve el Conacyt y la culpable es nadie más que la Dra. María Elena Álvarez-Buylla, titular del organismo público descentralizado. Lo sabíamos cuando entró la científica y sentenció que en el pasado, México había desarrollado “ciencia neoliberal”. Término que desde ese momento, levantó ámpula entre una parte de investigadores que debieron vaticinar el diluvio que les avecinaba.

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) es un organismo público descentralizado del gobierno federal dedicado a promover y estimular el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Su misión es impulsar y fortalecer el desarrollo científico y la modernización tecnológica de México, mediante la formación de recursos humanos de alto nivel, la promoción y el sostenimiento de proyectos específicos de investigación y la difusión de la información científica y tecnológica.

La actual directora general del Conacyt, en su oportunidad ofreció los datos de 2013 a 2018, periodo del gobierno de Enrique Peña Nieto, en que por medio de fideicomisos y de apoyos fiscales vía Conacyt, se transfirieron 41 mil 624 millones de pesos a empresas privadas entre las que estaban: Bimbo, IBM, Intel, Kimberly-Clark, Whirlpool, Volkswagen, Monsanto, Bayer, Mabe, Femsa Logística y Honeywell.

Además, mediante reportajes nos llegó información de varios detalles ejercidos por el entonces titular del organismo Enrique Cabrero Mendoza, quien tenía a su disposición diaria un chef que se dedicaba a dirigir la comida preparada en una cocina industrial instalada dentro del Roof Garden en la terraza de su oficina. Aunque, tal vez ocupado en estas actividades fue que se le olvidó un grandioso lote de libros guardados en cajas dentro del estacionamiento. De todo este embrollo resultó que el presupuesto fuera ejercido en 44% al sector privado y 56 al sector público.

Hoy una investigación va contra de un grupo de 31 científicos entre ellos exfuncionarios del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (Ffcyt). La Fiscalía tiene en la mira el presupuesto de unos 244 millones de pesos que recibió el Ffcyt durante el sexenio anterior. La FGR hasta el momento insiste en considerar que tiene elementos suficientes para acreditar daño patrimonial al Estado.

La mesa directiva del Ffcyt está integrada por docentes representantes de la UNAM, del Instituto Politécnico Nacional y las principales Academias de ciencia y artes del país. Y demás, son acusados investigadores respaldados por estudios del más alto nivel en instituciones educativas nacionales y del extranjero.

La Dra. Álvarez Buylla, hace mutis o niega cuando le insisten al interrogarla, y le preguntan si fue ella la que lanzó la acusación ante las autoridades. Sin embargo sabemos que el Premio Nacional de Ciencias está directamente involucrada, ha tenido suficiente tiempo para conocer las entrañas del organismo asaltado en tiempos pasados y quien hasta seguramente se vio limitada económicamente en sus estudios del maíz transgénico cuando Conacyt orientaba las investigaciones hacia la calidad de las “papitas” o del funcionamiento del motor del Volkswagen.

Y ¡qué vergüenza, qué pena! Nuestros científicos son acusados de peculado, lavado de dinero, uso ilícito de atribuciones y facultades y, delincuencia organizada, delitos que son considerados como graves por las leyes mexicanas, por lo que ameritarían prisión preventiva.

Mi deseo es, todo sea un ardid publicitario. Ante las precariedades, las necesidades que vivió el país en todos los sectores, no sería justo ni ético, que profesionistas con la mayor capacidad intelectual se burlaran del pueblo, simulando laborar.

lupitarico@hotmail.com

Hierve el Conacyt y la culpable es nadie más que la Dra. María Elena Álvarez-Buylla, titular del organismo público descentralizado. Lo sabíamos cuando entró la científica y sentenció que en el pasado, México había desarrollado “ciencia neoliberal”. Término que desde ese momento, levantó ámpula entre una parte de investigadores que debieron vaticinar el diluvio que les avecinaba.

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) es un organismo público descentralizado del gobierno federal dedicado a promover y estimular el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Su misión es impulsar y fortalecer el desarrollo científico y la modernización tecnológica de México, mediante la formación de recursos humanos de alto nivel, la promoción y el sostenimiento de proyectos específicos de investigación y la difusión de la información científica y tecnológica.

La actual directora general del Conacyt, en su oportunidad ofreció los datos de 2013 a 2018, periodo del gobierno de Enrique Peña Nieto, en que por medio de fideicomisos y de apoyos fiscales vía Conacyt, se transfirieron 41 mil 624 millones de pesos a empresas privadas entre las que estaban: Bimbo, IBM, Intel, Kimberly-Clark, Whirlpool, Volkswagen, Monsanto, Bayer, Mabe, Femsa Logística y Honeywell.

Además, mediante reportajes nos llegó información de varios detalles ejercidos por el entonces titular del organismo Enrique Cabrero Mendoza, quien tenía a su disposición diaria un chef que se dedicaba a dirigir la comida preparada en una cocina industrial instalada dentro del Roof Garden en la terraza de su oficina. Aunque, tal vez ocupado en estas actividades fue que se le olvidó un grandioso lote de libros guardados en cajas dentro del estacionamiento. De todo este embrollo resultó que el presupuesto fuera ejercido en 44% al sector privado y 56 al sector público.

Hoy una investigación va contra de un grupo de 31 científicos entre ellos exfuncionarios del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (Ffcyt). La Fiscalía tiene en la mira el presupuesto de unos 244 millones de pesos que recibió el Ffcyt durante el sexenio anterior. La FGR hasta el momento insiste en considerar que tiene elementos suficientes para acreditar daño patrimonial al Estado.

La mesa directiva del Ffcyt está integrada por docentes representantes de la UNAM, del Instituto Politécnico Nacional y las principales Academias de ciencia y artes del país. Y demás, son acusados investigadores respaldados por estudios del más alto nivel en instituciones educativas nacionales y del extranjero.

La Dra. Álvarez Buylla, hace mutis o niega cuando le insisten al interrogarla, y le preguntan si fue ella la que lanzó la acusación ante las autoridades. Sin embargo sabemos que el Premio Nacional de Ciencias está directamente involucrada, ha tenido suficiente tiempo para conocer las entrañas del organismo asaltado en tiempos pasados y quien hasta seguramente se vio limitada económicamente en sus estudios del maíz transgénico cuando Conacyt orientaba las investigaciones hacia la calidad de las “papitas” o del funcionamiento del motor del Volkswagen.

Y ¡qué vergüenza, qué pena! Nuestros científicos son acusados de peculado, lavado de dinero, uso ilícito de atribuciones y facultades y, delincuencia organizada, delitos que son considerados como graves por las leyes mexicanas, por lo que ameritarían prisión preventiva.

Mi deseo es, todo sea un ardid publicitario. Ante las precariedades, las necesidades que vivió el país en todos los sectores, no sería justo ni ético, que profesionistas con la mayor capacidad intelectual se burlaran del pueblo, simulando laborar.

lupitarico@hotmail.com