El presidente Andrés Manuel López Obrador en días pasados firmó el decreto por el que se reconocen, protegen, preservan y salvaguardan los lugares y sitios sagrados de las comunidades originarias de los pueblos indígenas, así como las rutas de peregrinación de los pueblos: huichol, cora, tepehuano y mexicanero de Jalisco, Nayarit, Durango y San Luis Potosí.
Particularmente con la signa del documento se protegerán los lugares y sitios sagrados de: Tatei Haramara, ubicado en la Isla del Rey, San Blas, Nayarit; Hauxa Manaka, en San Bernardino de Milpillas Chico, Pueblo Nuevo, Durango; Xapawiyeme, Isla del Alacrán, Lago de Chapala y Teakata, Santa Catarina Cuexcomatitlán, Jalisco; así como Wirikuta, Real de Catorce, San Luis Potosí.
El ejecutivo anda a ritmo veloz, el tiempo apremia y necesita dejar cumplidos sus cien compromisos. Continuamente habla de que próximamente deberá entregar el bastón de mando a quien resulte ganador de la contienda política para seleccionar y quien representará a Morena como candidato a la presidencia de México.
Esta semana que termina se pusieron calientes los comentarios en voz de uno de los aspirantes a representar al partido del Presidente. Por lo cual resultaba nece-sario escuchar el posicionamiento de la máxima figura federal.
¿Comienza el descarrilamiento?
Se le preguntó al Presidente qué opinaba de las declaraciones de Ebrard, y contestó:
“Es normal y además tiene el derecho de hacerlo. Y hay la instrucción de que no se use al gobierno ni mucho menos el presupuesto para favorecer a nadie”. Añadió: “Y Marcelo, y Adán, y Claudia, y todos me conocen perfectamente, saben que no tengo una doble moral, un doble discurso; saben que no nos metemos y que se acabó el dedazo, y que es el pueblo el que va a decidir”.
¡Más claro, ni el agua! El ejecutivo echó abajo el planteamiento de Marcelo Ebrard, en el sentido de que “estaban destinando recursos del Gobierno federal a través de usar la Secretaría del Bienestar en todo el país; utilizando las brigadas para decirle a la gente que la candidata de AMLO es Claudia”.
Este asunto suena interesante, escuchar a Ebrard decir: ... “jamás había visto un acarreo monumental”. ¿Ya se le olvidó lo que el Partido Revolucionario Institucional, al que perteneció en 1977-1995m acostumbraba hacer? ¡Lo que nos espera escuchar!
¿Qué es el bastón de mando?
Luego de concluir el proceso interno de Morena, el Presidente realizará un acto protocolario simbólico para entregar el poder político de la 4T a quien vaya a sucederlo.
Cuando López Obrador recibió el bastón de mando el 1 de septiembre de 2019, se le entregó como símbolo con el que conduciría el mando. “Queremos recordarle que deseamos ser tomados en cuenta en sus planes de estos seis años", le mencionó el gobernador nacional de los Pueblos Indígenas, Hipólito Arriaga Pote.
El bastón representa a más de 10 millones de personas de diferentes estados y etnias de 68 pueblos originarios y tiene un alto significado para ellos, pues simboliza el compromiso del nuevo gobernante con este segmento de la población.
Al Presidente se le escucha nostálgico, habla, que después del 6 de septiembre solo se dedicará a supervisar obras y verlas terminadas. Ah, pero cuando vuelve a “agarrar vuelo” hasta recomienda que su sucesor podría continuar con obras públicas como ampliar las vías férreas, carreteras e incluso construirán nueva refinería. Y también la edificación de nuevos ferrocarriles en zonas específicas del país.
AMLO se va, no se perpetúa en el poder como la oposición insistía en señalar. Se va a su rancho, se va a escribir; pero nada de política. ¿Le creemos?
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