/ domingo 16 de agosto de 2020

Paradigmas | La hija de Putin

Sorprendió al mundo que el martes saliera Vladímir Putin a informar que Rusia tiene ya su vacuna, ha sido probada y, no solo eso, también comentó que fue aplicada en una de sus hijas, y será a partir de octubre cuando médicos y docentes sean los primeros en inocularse contra el Covid-19.

Ante tal sorpresa de inmediato se vino la información en cascada a nivel mundial, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el sentido de una serie de dudas sobre el cumplimiento de las fases de ensayo.

En esta compleja carrera desatada mundialmente sobre quién o quiénes son los primeros en mostrar sus armas científicas hacia el mal que aqueja al mundo, surgido el año pasado en Wuhan, China, seguramente también hubo asombro ante el anuncio de que América Latina y el Caribe tienen ya su vacuna que será terminada en su proceso de producción, envasada y distribuida por México, mientras que Argentina también intervendrá con la fase primaria de la producción.

El jueves por la mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo el anuncio, presentando a algunos miembros de su gabinete y a personajes representantes de los organismos que sustentarán esta faraónica tarea: la financiación será de parte de la Fundación del multimillonario mexicano Carlos Slim. La acción científica está a cargo del Instituto Jenner de la Universidad de Oxford, Inglaterra, mientras que de la farmacéutica multinacional AstraZeneca la fabricación.

El equipo de 300 científicos que lidera la viróloga Sarah Gilbert realiza la Fase 3, en un total de 50,000 individuos (entre ellos los trillizos de 21 años de la investigadora) localizados en Inglaterra, Estados Unidos, Sudáfrica y Brasil, esperando terminar a finales de noviembre.

El presidente de Rusia siempre ha sido muy discreto en cuanto a su familia se refiere. De ahí que la prensa, para tener qué decir, echa mano de historias producto de la imaginación como suele suceder en casos similares. Anteriormente, entretejieron sucesos de que sus dos hijas estudiaban en el extranjero, lo que constantemente el líder desmentía aduciendo que cursaban estudios en universidades rusas. Se sabe muy poco de su familia, aunque haya estado 30 años casado.

Y no solo la incógnita sobre todo lo que acontece alrededor de la familia del líder ruso, también poco se conoce sobre la vacuna “Sputnik V”, cuya producción será en el sur de Brasil. Por ello, más aún extrañó que Putin mencionara que una de sus hijas recibiera una dosis, todo ello para enviar una cuota de confianza al mundo sobre la efectividad del nuevo hallazgo científico.

Sorprendió al mundo que el martes saliera Vladímir Putin a informar que Rusia tiene ya su vacuna, ha sido probada y, no solo eso, también comentó que fue aplicada en una de sus hijas, y será a partir de octubre cuando médicos y docentes sean los primeros en inocularse contra el Covid-19.

Ante tal sorpresa de inmediato se vino la información en cascada a nivel mundial, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el sentido de una serie de dudas sobre el cumplimiento de las fases de ensayo.

En esta compleja carrera desatada mundialmente sobre quién o quiénes son los primeros en mostrar sus armas científicas hacia el mal que aqueja al mundo, surgido el año pasado en Wuhan, China, seguramente también hubo asombro ante el anuncio de que América Latina y el Caribe tienen ya su vacuna que será terminada en su proceso de producción, envasada y distribuida por México, mientras que Argentina también intervendrá con la fase primaria de la producción.

El jueves por la mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo el anuncio, presentando a algunos miembros de su gabinete y a personajes representantes de los organismos que sustentarán esta faraónica tarea: la financiación será de parte de la Fundación del multimillonario mexicano Carlos Slim. La acción científica está a cargo del Instituto Jenner de la Universidad de Oxford, Inglaterra, mientras que de la farmacéutica multinacional AstraZeneca la fabricación.

El equipo de 300 científicos que lidera la viróloga Sarah Gilbert realiza la Fase 3, en un total de 50,000 individuos (entre ellos los trillizos de 21 años de la investigadora) localizados en Inglaterra, Estados Unidos, Sudáfrica y Brasil, esperando terminar a finales de noviembre.

El presidente de Rusia siempre ha sido muy discreto en cuanto a su familia se refiere. De ahí que la prensa, para tener qué decir, echa mano de historias producto de la imaginación como suele suceder en casos similares. Anteriormente, entretejieron sucesos de que sus dos hijas estudiaban en el extranjero, lo que constantemente el líder desmentía aduciendo que cursaban estudios en universidades rusas. Se sabe muy poco de su familia, aunque haya estado 30 años casado.

Y no solo la incógnita sobre todo lo que acontece alrededor de la familia del líder ruso, también poco se conoce sobre la vacuna “Sputnik V”, cuya producción será en el sur de Brasil. Por ello, más aún extrañó que Putin mencionara que una de sus hijas recibiera una dosis, todo ello para enviar una cuota de confianza al mundo sobre la efectividad del nuevo hallazgo científico.