/ lunes 20 de agosto de 2018

Por las calles del después se llega a la casa del nunca


Con el pretexto de que se inicia sin ritmo, hasta a los grandes se les perdona que arranquen mal


Tres juegos quedaron pendientes de analizar el sábado por falta de tiempo. Y en esos tres juegos participaron tres de los equipos más destacados de los últimos años. Pumas y América, dos de los cuatro grandes de México y el Monterrey, que junto a Tigres han creado el segundo clásico importante de nuestra liga y, junto al América, como los clubes con las plantillas de jugadores más caras de la competencia, pero el sábado estos equipos han sido incapaces de convencer a sus seguidores. En su papel de equipo espectacular, el América no acaba de convencer a nadie, vaya, ni siquiera a ellos mismos.


Y es que si se ostenta el adjetivo de equipo grande, los problemas se han de esperar cuando enfrenten a los otros equipos grandes, sin embargo, las Aguilas siempre han tenido problemas con equipos como el Querétaro, equipo de media tabla para abajo, con el que a duras penas empataron a uno, quedando en el sentir de los asistentes al juego, de que bien pudieron haber perdido, entonces, en dónde está la grandeza de la que tanto se les alaba. Cinco juegos han pasado ya sin que el América pueda mostrarse como equipo, siendo las costosas individualidades que posee las que le salvan los resultados, pues colectividad no le vemos por ningún lado.


Lo mismo opino de los Rayados del Monterrey, que en cada partido tienen a sus seguidores con el santo en la boca, pues son incapaces de agruparse, de pensar en la colectividad pensando que en el derroche de energía se encuentra la mejor opción, olvidándose que el juego de conjunto proporciona la economía calórica.


El juego de Rayados se ha tornado en un correr y correr sin tener destino, sin saber hacia dónde van, ni a qué van. Así, Dorlan Pabón y Rodolfo Pizarro corren incansables e inalcansables culminando siempre sus avances con un centro potente y bien intencionado, que jamás encuentra un buen fin, pues sus compañeros jamás aparecen donde deben, o llegan tarde a la cita, así, no es de extrañar que los goles del Monterrey sean anotados por sus defensas.


El Necaxa, equipo de muy distinto corte, que año tras año se transforma en otro, teniendo que cumplir pesadas transiciones, ya sea por cambio de técnico y por el gran éxodo de jugadores que se repite año tras año, de ahí que, jugando bien, no acabe por ser un equipo consistente, pues lo mismo le gana al América, que al siguiente juego pierde con el Real Tampuche. Veamos el cierre de la jornada sabatina con esos tres juegos. Monterrey venció a Pumas uno a cero, que pudo haber sido empate. Necaxa, que perdía cero a dos, a duras penas pudo sacar el empate ante Puebla y, en su estadio Victoria. Y el América, que fue Querétaro para llevarse un empate que estuvo muy cerca de perder. ¿Qué es lo que pasa? ¡Ah! Es que apenas empiezan a calentar motores... Cantaleta de todos los años...


Barcelona y Real Madrid, equipos grandes ganaron 3-0 y 2-0 respectivamente su primer juego... No hay pretextos, sus motores siempre están calientes, esos sí son grandes.


Y para cerrar la jornada 5, el Toluca recibió a los Xolos de Tijuana, que cada día lucen peor. Con una victoria sobre el Guadalajara y, con empates ante León y Cruz Azul, perdieron ante Tigres repitiéndolo hoy ante el Toluca, en un partido bien jugado por los Diablos demonios, que parece juegan mejor sin Sambueza y, pésimamente jugado por Xolos, quienes han ofrecido en esta ocasión un concierto de malos pases y una desarticulación total, en donde en cada parte del campo en que estuviera un xolo con el balón, se encontraban tres o más demonios. Para colmo, continuando con la indisciplina que nos distingue, el xolo Hiram Muñoz fue expulsado en el minuto 62.


A los 25 minutos de juego, Enrique Triverio prende un tiro de esquina con un muy buen cabezazo, para vencer al ya vencido Lajud que salió mal a cortar. Poco después, al minuto 34, Antonio Ríos cobra un tiro libre justo en los límites del área grande, sacando un tiro potente pero con poca colocación, al que Lajud ataca mal, para que no le quede más que ir a sacarlo del fondo de las redes. Después el partido se tornó aburrido ante la incapacidad de Xolos por lograr llegar a la puerta contraria, vino la consecución del tercer gol, cuando el joven Vega y sentenciar el 3-0.


Y nos pasamos hasta Torreón, en donde el Santos, actual campeón, recibió a los Tigres de Ferreti, que iniciaron con tal suerte que al minuto ocho se decetó un penalti en su favor, que fue cobrado y errado por Gignac, que lo echó a un lado. Santos fue tomando ese rítmo que le dan Rodríguez, Vázquez, Martínez y Lozano, hasta que al minuto 33, Furch tomó a contrapie a Guzmán para sorprenderlo de certero frentazo. En la segunda parte, a los 52 de juego, un nuevo penalti sirvió para que Vargas pusiera el 1-1 a los 59, Jonathan Rodríguez cobra una falta fuera del área colocando el balón lejos de Guzmán para irse arriba y, al minuto 65, nuevamente Jonathan “Cabecita” Rodríguez anota para sentenciar el juego 3-1 para el Santos de Torreón.


Hasta pronto amigo.


Con el pretexto de que se inicia sin ritmo, hasta a los grandes se les perdona que arranquen mal


Tres juegos quedaron pendientes de analizar el sábado por falta de tiempo. Y en esos tres juegos participaron tres de los equipos más destacados de los últimos años. Pumas y América, dos de los cuatro grandes de México y el Monterrey, que junto a Tigres han creado el segundo clásico importante de nuestra liga y, junto al América, como los clubes con las plantillas de jugadores más caras de la competencia, pero el sábado estos equipos han sido incapaces de convencer a sus seguidores. En su papel de equipo espectacular, el América no acaba de convencer a nadie, vaya, ni siquiera a ellos mismos.


Y es que si se ostenta el adjetivo de equipo grande, los problemas se han de esperar cuando enfrenten a los otros equipos grandes, sin embargo, las Aguilas siempre han tenido problemas con equipos como el Querétaro, equipo de media tabla para abajo, con el que a duras penas empataron a uno, quedando en el sentir de los asistentes al juego, de que bien pudieron haber perdido, entonces, en dónde está la grandeza de la que tanto se les alaba. Cinco juegos han pasado ya sin que el América pueda mostrarse como equipo, siendo las costosas individualidades que posee las que le salvan los resultados, pues colectividad no le vemos por ningún lado.


Lo mismo opino de los Rayados del Monterrey, que en cada partido tienen a sus seguidores con el santo en la boca, pues son incapaces de agruparse, de pensar en la colectividad pensando que en el derroche de energía se encuentra la mejor opción, olvidándose que el juego de conjunto proporciona la economía calórica.


El juego de Rayados se ha tornado en un correr y correr sin tener destino, sin saber hacia dónde van, ni a qué van. Así, Dorlan Pabón y Rodolfo Pizarro corren incansables e inalcansables culminando siempre sus avances con un centro potente y bien intencionado, que jamás encuentra un buen fin, pues sus compañeros jamás aparecen donde deben, o llegan tarde a la cita, así, no es de extrañar que los goles del Monterrey sean anotados por sus defensas.


El Necaxa, equipo de muy distinto corte, que año tras año se transforma en otro, teniendo que cumplir pesadas transiciones, ya sea por cambio de técnico y por el gran éxodo de jugadores que se repite año tras año, de ahí que, jugando bien, no acabe por ser un equipo consistente, pues lo mismo le gana al América, que al siguiente juego pierde con el Real Tampuche. Veamos el cierre de la jornada sabatina con esos tres juegos. Monterrey venció a Pumas uno a cero, que pudo haber sido empate. Necaxa, que perdía cero a dos, a duras penas pudo sacar el empate ante Puebla y, en su estadio Victoria. Y el América, que fue Querétaro para llevarse un empate que estuvo muy cerca de perder. ¿Qué es lo que pasa? ¡Ah! Es que apenas empiezan a calentar motores... Cantaleta de todos los años...


Barcelona y Real Madrid, equipos grandes ganaron 3-0 y 2-0 respectivamente su primer juego... No hay pretextos, sus motores siempre están calientes, esos sí son grandes.


Y para cerrar la jornada 5, el Toluca recibió a los Xolos de Tijuana, que cada día lucen peor. Con una victoria sobre el Guadalajara y, con empates ante León y Cruz Azul, perdieron ante Tigres repitiéndolo hoy ante el Toluca, en un partido bien jugado por los Diablos demonios, que parece juegan mejor sin Sambueza y, pésimamente jugado por Xolos, quienes han ofrecido en esta ocasión un concierto de malos pases y una desarticulación total, en donde en cada parte del campo en que estuviera un xolo con el balón, se encontraban tres o más demonios. Para colmo, continuando con la indisciplina que nos distingue, el xolo Hiram Muñoz fue expulsado en el minuto 62.


A los 25 minutos de juego, Enrique Triverio prende un tiro de esquina con un muy buen cabezazo, para vencer al ya vencido Lajud que salió mal a cortar. Poco después, al minuto 34, Antonio Ríos cobra un tiro libre justo en los límites del área grande, sacando un tiro potente pero con poca colocación, al que Lajud ataca mal, para que no le quede más que ir a sacarlo del fondo de las redes. Después el partido se tornó aburrido ante la incapacidad de Xolos por lograr llegar a la puerta contraria, vino la consecución del tercer gol, cuando el joven Vega y sentenciar el 3-0.


Y nos pasamos hasta Torreón, en donde el Santos, actual campeón, recibió a los Tigres de Ferreti, que iniciaron con tal suerte que al minuto ocho se decetó un penalti en su favor, que fue cobrado y errado por Gignac, que lo echó a un lado. Santos fue tomando ese rítmo que le dan Rodríguez, Vázquez, Martínez y Lozano, hasta que al minuto 33, Furch tomó a contrapie a Guzmán para sorprenderlo de certero frentazo. En la segunda parte, a los 52 de juego, un nuevo penalti sirvió para que Vargas pusiera el 1-1 a los 59, Jonathan Rodríguez cobra una falta fuera del área colocando el balón lejos de Guzmán para irse arriba y, al minuto 65, nuevamente Jonathan “Cabecita” Rodríguez anota para sentenciar el juego 3-1 para el Santos de Torreón.


Hasta pronto amigo.