/ martes 18 de septiembre de 2018

SI SALE, SALE, SI NO SALE, HAY QUE VOLVER A EMPEZAR. TODO LO DEMÁS ES FANTASÍA

Solo la continuidad nos hará dar el gran paso que tanto hemos buscado.

Ocurre en todos los procesos, que la convocatoria inicial de cada director técnico que ha estado al frente de nuestra selección, ya sea interino o definitivo, resulta diferente en un 60% ya al iniciar el Mundial. Lo peor del caso es que tal convocatoria, salvo la de Ricardo Lavolpe, incluye al entrenador. De ahí la importancia de que se conceda el plazo de cuatro años, para que el juicio final del encargado del equipo, sea el óptimo, o el más cercano al ideal.

Sobre la base de su filosofía de juego, Juan Carlos Osorio, contó con poco tiempo para escoger al grupo de jugadores que se apegaban a sus exigencias. El problema del colombiano fue que, como él mismo lo manifestó, las características físicas del jugador mexicano, no reunían las condiciones para desarrollar a satisfacción el sistema de juego que él pretendía. Así, José “Gallito” Vázquez, juega bien, pero no cuenta con la estatura que se ajuste a los requerimientos del sistema de Osorio, incluso, para resolver el problema de conseguir un medio de contención, tuvo que valerse de dos jugadores que eran los que más le llenaban el ojo, Edson Álvarez y Diego Reyes, a los que también utilizaba como defensas laterales, solo porque iban bien por arriba. Así, Gallito Vázquez y Paúl Aguilar, los mejores medio de contención y defensa lateral derecho respectivamente, que hay en el futbol mexicano. Quedaron fuera por lo ya expuesto.

Esa es una más de las razones por las que el director técnico de la Selección Nacional, debe de contar con tiempo suficiente para realizar su trabajo. Osorio tenía razón en cuanto a la fisonomía del jugador mexicano, y esa razón que le asistía, al mismo tiempo lo anulaba para tener el cargo. Colombia y México son países latinos diferenciados por la gran presencia en Colombia de jugadores de raza afro, cuya estatura promedio es muy superior a la nuestra y, no solo Colombia presenta tal condición, siendo Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia en donde tal insidencia no existe.

Pero ese fue el problema de Osorio, pero ya lo había publicado hace días, como fue que jugadores como Héctor Hernández tuvo que salir del TRI para dejar su lugar a Carlos Calderón de la Barca, igual vimos el caso de Raúl “Pina” Arellano, quien le fue impuesto a López Herranz, quien por no se sabe qué razón no lo tenía contemplado, igual ocurrió con Jaime Belmonte, que habiéndole dado el primer punto a México en Suecia 1958, ahora en el Chile 62 era marginado. O las caprichosas decisiones de Ricardo Lavolpe, quien se negó a incluir en la Selección al mejor jugador mexicano del momento, Cuauhtémoc Blanco, hecho del que fuimos culpables todos los mexicanos al permitir que un extranjero que hasta el momento no ha sido aceptado por la hinchada mexicana, al permitir que su capricho fuera más importante que el verdadero interés de la Selección, que es el de que la conformen los mejores jugadores.

La primera lista de jugadores para el 2010, se formó con los jugadores más destacados de la Liga nacional, que para ganarse el nombramiento definitivo, tendrían que demostrar mucho más de lo que habían realizado con su equipo. Javier Aguirre, en su segunda oportunidad como seleccionador, había presentado ya su lista de convocados, quienes de ninguna forma podían cantar victoria, porque la historia señala que de ese primer llamado, muy pocos son los que se cuelan a la lista final.

Los últimos cuatro procesos habían sido de contrastes debido a que la primera convocatoria de 1994, fue para jugar contra Bulgaria. De aquellos 18 jugadores que viajaron al primer compromiso, solamente 15 lograron permanecer en la lista final que disputó la Copa USA 1994, quedaron fuera Miguel Herrera, Miguel España, Guillermo Cantú, David Patiño y Luis Flores. El Técnico Miguel Mejía Barón, expuso que siempre había estado seguro de los 15 jugadores que le servirían como base.

Manuel Lapuente para Francia 98, inició la preparación con un duelo contra Holanda, para lo que llamó a 16 jugadores, de los cuales solo 8 llegaron a la recta final. A la lista definitiva se agregaron 14 jugadores más, quedándose fuera en el primer intento, Ricardo Martínez, Noe Zárate, Francisco Gabriel de Anda, Héctor López, Sigifredo Mercado, Enrique Alfaro, José Manuel Abundis y Javier Lozano. Lapuente arguye, que aunque la búsqueda fue exhaustiva, siempre tuvo en mente lo que pretendía, tener a jugadores que les gustara el sacrificio, y que estuvieran convencidos de que se trataba de correr todo el partido. Después Aguirre en el 2002, tuvo en el primer juego de preparación a Yugoslavia; de la lista solo quedaron nueve jugadores en la definitiva para luchar en Corea-Japón 02. Hemos visto aquí a tres selecciones, de las cuales dos, la de Mejía y la de Lapuente, llegaron al tope que no hemos podido superar, pero cuyo juego, distinto el de una de la otra, fue del gusto de todos los mexicanos y, que no volvimos a ver, porque continuó sin cumplirse la continuidad que tanto hemos propuesto.


Hasta pronto amigo.


Solo la continuidad nos hará dar el gran paso que tanto hemos buscado.

Ocurre en todos los procesos, que la convocatoria inicial de cada director técnico que ha estado al frente de nuestra selección, ya sea interino o definitivo, resulta diferente en un 60% ya al iniciar el Mundial. Lo peor del caso es que tal convocatoria, salvo la de Ricardo Lavolpe, incluye al entrenador. De ahí la importancia de que se conceda el plazo de cuatro años, para que el juicio final del encargado del equipo, sea el óptimo, o el más cercano al ideal.

Sobre la base de su filosofía de juego, Juan Carlos Osorio, contó con poco tiempo para escoger al grupo de jugadores que se apegaban a sus exigencias. El problema del colombiano fue que, como él mismo lo manifestó, las características físicas del jugador mexicano, no reunían las condiciones para desarrollar a satisfacción el sistema de juego que él pretendía. Así, José “Gallito” Vázquez, juega bien, pero no cuenta con la estatura que se ajuste a los requerimientos del sistema de Osorio, incluso, para resolver el problema de conseguir un medio de contención, tuvo que valerse de dos jugadores que eran los que más le llenaban el ojo, Edson Álvarez y Diego Reyes, a los que también utilizaba como defensas laterales, solo porque iban bien por arriba. Así, Gallito Vázquez y Paúl Aguilar, los mejores medio de contención y defensa lateral derecho respectivamente, que hay en el futbol mexicano. Quedaron fuera por lo ya expuesto.

Esa es una más de las razones por las que el director técnico de la Selección Nacional, debe de contar con tiempo suficiente para realizar su trabajo. Osorio tenía razón en cuanto a la fisonomía del jugador mexicano, y esa razón que le asistía, al mismo tiempo lo anulaba para tener el cargo. Colombia y México son países latinos diferenciados por la gran presencia en Colombia de jugadores de raza afro, cuya estatura promedio es muy superior a la nuestra y, no solo Colombia presenta tal condición, siendo Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia en donde tal insidencia no existe.

Pero ese fue el problema de Osorio, pero ya lo había publicado hace días, como fue que jugadores como Héctor Hernández tuvo que salir del TRI para dejar su lugar a Carlos Calderón de la Barca, igual vimos el caso de Raúl “Pina” Arellano, quien le fue impuesto a López Herranz, quien por no se sabe qué razón no lo tenía contemplado, igual ocurrió con Jaime Belmonte, que habiéndole dado el primer punto a México en Suecia 1958, ahora en el Chile 62 era marginado. O las caprichosas decisiones de Ricardo Lavolpe, quien se negó a incluir en la Selección al mejor jugador mexicano del momento, Cuauhtémoc Blanco, hecho del que fuimos culpables todos los mexicanos al permitir que un extranjero que hasta el momento no ha sido aceptado por la hinchada mexicana, al permitir que su capricho fuera más importante que el verdadero interés de la Selección, que es el de que la conformen los mejores jugadores.

La primera lista de jugadores para el 2010, se formó con los jugadores más destacados de la Liga nacional, que para ganarse el nombramiento definitivo, tendrían que demostrar mucho más de lo que habían realizado con su equipo. Javier Aguirre, en su segunda oportunidad como seleccionador, había presentado ya su lista de convocados, quienes de ninguna forma podían cantar victoria, porque la historia señala que de ese primer llamado, muy pocos son los que se cuelan a la lista final.

Los últimos cuatro procesos habían sido de contrastes debido a que la primera convocatoria de 1994, fue para jugar contra Bulgaria. De aquellos 18 jugadores que viajaron al primer compromiso, solamente 15 lograron permanecer en la lista final que disputó la Copa USA 1994, quedaron fuera Miguel Herrera, Miguel España, Guillermo Cantú, David Patiño y Luis Flores. El Técnico Miguel Mejía Barón, expuso que siempre había estado seguro de los 15 jugadores que le servirían como base.

Manuel Lapuente para Francia 98, inició la preparación con un duelo contra Holanda, para lo que llamó a 16 jugadores, de los cuales solo 8 llegaron a la recta final. A la lista definitiva se agregaron 14 jugadores más, quedándose fuera en el primer intento, Ricardo Martínez, Noe Zárate, Francisco Gabriel de Anda, Héctor López, Sigifredo Mercado, Enrique Alfaro, José Manuel Abundis y Javier Lozano. Lapuente arguye, que aunque la búsqueda fue exhaustiva, siempre tuvo en mente lo que pretendía, tener a jugadores que les gustara el sacrificio, y que estuvieran convencidos de que se trataba de correr todo el partido. Después Aguirre en el 2002, tuvo en el primer juego de preparación a Yugoslavia; de la lista solo quedaron nueve jugadores en la definitiva para luchar en Corea-Japón 02. Hemos visto aquí a tres selecciones, de las cuales dos, la de Mejía y la de Lapuente, llegaron al tope que no hemos podido superar, pero cuyo juego, distinto el de una de la otra, fue del gusto de todos los mexicanos y, que no volvimos a ver, porque continuó sin cumplirse la continuidad que tanto hemos propuesto.


Hasta pronto amigo.