/ lunes 13 de agosto de 2018

Únicamente puede llamarse a engaño de la vida quien a sí mismo se engaña

¿Cuántas veces Vergara ha dicho que Chivas es el mejor equipo del mundo? Y se lo siguen creyendo.

Cerró la jornada sabatina con el juego que más expectativas había creado, entre el invicto Monterrey y las Águilas del América que después de iniciar perdiendo con Necaxa han remontado con muy buenos resultados, sin que logren aún alcanzar el nivel que Miguel Herrera pretende. Hemos de lamentar que al igual que casi en todos los estadios de nuestro país, las superficies se encuentren dañadas al grado de entorpecer las acciones. En el estadio Azteca no solo ha sido afectado por las lluvias, sino que el mentado pasto híbrido resultó todo un fiasco, pues el terreno a simple vista presenta zonas imposibles para conducir en ellas el balón.

Y para colmo de males, como suele suceder cuando juega el América, no falta el negrito en el arroz que mueve a los malpensados, siendo el colombiano Medina en esta ocasión el que cooperó para el deslucimiento del juego de su equipo, cuando fue expulsado por acumulación de tarjetas. Claro, a partir de entonces el juego se enfrió ante el desnivel de la competencia y los goles fueron cayendo, siendo el primero a los 28 minutos cuando aún eran 11 contra 11 y el encargado de hacerlo fue Roger Martínez. En la segunda parte al minuto 50, un tiro de esquina bien cobrado es rematado contundentemente por Bruno Valdés para aumentar la diferencia, y ya para finalizar, en el minuto 83, un claro penalti es cobrado muy bien por Ibargüen, quien en esta ocasión, con la salida de Medina, no encontró dificultades con la marcación que le hizo el jovencito Cantú. 3-0 que acaba con lo invicto de los rayados.

La jornada dominical abrió con el juego entre Pumas y Pachuca, con un estadio totalmente anegado. Comúnmente juzgamos a los jugadores cuando sus partidos arrojan el más aburrido de los marcadores, el cero a cero, pero hoy, créanme, los dos equipos han brindado un buen juego, pero, no miento, todas las veces que un jugador, puma o tuzo, intentó tirar a gol, se resbaló y acabó en el pasto. Muy buenas jugadas, muy buena intención, pero no hubo un solo disparo peligroso, y todo debido al mal estado de la cancha. Cero a cero con el mejor juego que ha dado Pachuca.

A once juegos sin ganar en su casa se elevó la marca nada edificante de las Chivas de Guadalajara, cuando ayer, después de ir arriba uno a cero, fueron alcanzados y superados por Santos aturdido por los conocidos acontecimientos que los dejaron sin dirección técnica. Hoy, Chava Reyes ha mandado a la cancha a Jonathan Orozco, José Abella, Nervo, Matheus Doria, Arteaga, Oswaldo Martínez, Brian Lozano, “Gallito” Vázquez, Orrantia, Julio Furch y Jonathan “Cabecita” Rodríguez, mientras que las Chivas alinearon con Raúl Gudiño, Van Rankin, Carlos Salcido, Jair Pereira, Hernández, Gael Sandoval, Pérez, Isaac Brizuela, “Chofis” López, Zaldívar y Godínez.

Se habían jugado 25 minutos y, tanto Orozco como Godínez ya habían salvado a sus equipos con sus buenas intervenciones, cuando en una enésima llegada Brizuela fusila a Orozco, quien alcanza a rechazar, con tan mala suerte que el balón le vuelve a caer al Conejo, quien contrarremata sin dar oportunidad de nada a Orozco, para poner arriba a las Chivas 1-0. A partir de entonces, el asedio sobre la portería lagunera se vuelve más intensa, mientras que el Santos logra sacar provecho de cada rompimiento de su defensa, llegando con verdadero peligro a la puerta de Godínez.

Sin embargo, el gol del empate de los laguneros es obra de un tiro de esquina en el que los centrales chivas descuidan al brasileño Doria, quien solamente extiende la pierna para que el balón rebote en su pie y se introduzca sin remedio. Uno a uno que incentiva a las Chivas a continuar su estéril acoso, pero que igual refuerza el entusismo del Santos que cada vez se ve más peligroso. El empate le vino de maravilla al Torreón, que a medida que pasaba el tiempo se tornó más peligroso, pudiendo irse tranquilos al descanso, para iniciar de ceros.

El juego continuó con la misma tónica pero con una diferencia que ha sido muy notoria últimamente, el Guadalajara pone todo su empeño pero exhibiendo una total falta de confianza en ellos mismos. La presión generada por tantos negativos acontecimientos ha debilitado su autoestima, notándose claramente cuando las oportunidades de gol se presentan. Hasta los mismos seguidores de Chivas han perdido la confianza en ellos. Se percibe que no están bien las cosas en ninguno de los departamentos del club.

Si a eso le agregamos la presión que implica la necesidad de acabar con la mala racha de diez partidos sin ganar jugando en su hermoso estadio, complica aún más el poder jugar tranquilamente. Vaya que José Saturnino Cardozo tiene un gran problema por resolver. El juego continuaba igual, las llegadas de uno y otro eran iguales, pero uno sabía que las probabilidades de que se concretaran estaban más del lado de Santos que del de las Chivas y, así, al minuto 77, el “Cabecita” Jonathan Rodríguez remató un extraordinario servicio de Julio Furch, para sentenciar el juego elevando a once las fechas en que Chivas no puede ganar como local.

Hasta pronto amigo.

¿Cuántas veces Vergara ha dicho que Chivas es el mejor equipo del mundo? Y se lo siguen creyendo.

Cerró la jornada sabatina con el juego que más expectativas había creado, entre el invicto Monterrey y las Águilas del América que después de iniciar perdiendo con Necaxa han remontado con muy buenos resultados, sin que logren aún alcanzar el nivel que Miguel Herrera pretende. Hemos de lamentar que al igual que casi en todos los estadios de nuestro país, las superficies se encuentren dañadas al grado de entorpecer las acciones. En el estadio Azteca no solo ha sido afectado por las lluvias, sino que el mentado pasto híbrido resultó todo un fiasco, pues el terreno a simple vista presenta zonas imposibles para conducir en ellas el balón.

Y para colmo de males, como suele suceder cuando juega el América, no falta el negrito en el arroz que mueve a los malpensados, siendo el colombiano Medina en esta ocasión el que cooperó para el deslucimiento del juego de su equipo, cuando fue expulsado por acumulación de tarjetas. Claro, a partir de entonces el juego se enfrió ante el desnivel de la competencia y los goles fueron cayendo, siendo el primero a los 28 minutos cuando aún eran 11 contra 11 y el encargado de hacerlo fue Roger Martínez. En la segunda parte al minuto 50, un tiro de esquina bien cobrado es rematado contundentemente por Bruno Valdés para aumentar la diferencia, y ya para finalizar, en el minuto 83, un claro penalti es cobrado muy bien por Ibargüen, quien en esta ocasión, con la salida de Medina, no encontró dificultades con la marcación que le hizo el jovencito Cantú. 3-0 que acaba con lo invicto de los rayados.

La jornada dominical abrió con el juego entre Pumas y Pachuca, con un estadio totalmente anegado. Comúnmente juzgamos a los jugadores cuando sus partidos arrojan el más aburrido de los marcadores, el cero a cero, pero hoy, créanme, los dos equipos han brindado un buen juego, pero, no miento, todas las veces que un jugador, puma o tuzo, intentó tirar a gol, se resbaló y acabó en el pasto. Muy buenas jugadas, muy buena intención, pero no hubo un solo disparo peligroso, y todo debido al mal estado de la cancha. Cero a cero con el mejor juego que ha dado Pachuca.

A once juegos sin ganar en su casa se elevó la marca nada edificante de las Chivas de Guadalajara, cuando ayer, después de ir arriba uno a cero, fueron alcanzados y superados por Santos aturdido por los conocidos acontecimientos que los dejaron sin dirección técnica. Hoy, Chava Reyes ha mandado a la cancha a Jonathan Orozco, José Abella, Nervo, Matheus Doria, Arteaga, Oswaldo Martínez, Brian Lozano, “Gallito” Vázquez, Orrantia, Julio Furch y Jonathan “Cabecita” Rodríguez, mientras que las Chivas alinearon con Raúl Gudiño, Van Rankin, Carlos Salcido, Jair Pereira, Hernández, Gael Sandoval, Pérez, Isaac Brizuela, “Chofis” López, Zaldívar y Godínez.

Se habían jugado 25 minutos y, tanto Orozco como Godínez ya habían salvado a sus equipos con sus buenas intervenciones, cuando en una enésima llegada Brizuela fusila a Orozco, quien alcanza a rechazar, con tan mala suerte que el balón le vuelve a caer al Conejo, quien contrarremata sin dar oportunidad de nada a Orozco, para poner arriba a las Chivas 1-0. A partir de entonces, el asedio sobre la portería lagunera se vuelve más intensa, mientras que el Santos logra sacar provecho de cada rompimiento de su defensa, llegando con verdadero peligro a la puerta de Godínez.

Sin embargo, el gol del empate de los laguneros es obra de un tiro de esquina en el que los centrales chivas descuidan al brasileño Doria, quien solamente extiende la pierna para que el balón rebote en su pie y se introduzca sin remedio. Uno a uno que incentiva a las Chivas a continuar su estéril acoso, pero que igual refuerza el entusismo del Santos que cada vez se ve más peligroso. El empate le vino de maravilla al Torreón, que a medida que pasaba el tiempo se tornó más peligroso, pudiendo irse tranquilos al descanso, para iniciar de ceros.

El juego continuó con la misma tónica pero con una diferencia que ha sido muy notoria últimamente, el Guadalajara pone todo su empeño pero exhibiendo una total falta de confianza en ellos mismos. La presión generada por tantos negativos acontecimientos ha debilitado su autoestima, notándose claramente cuando las oportunidades de gol se presentan. Hasta los mismos seguidores de Chivas han perdido la confianza en ellos. Se percibe que no están bien las cosas en ninguno de los departamentos del club.

Si a eso le agregamos la presión que implica la necesidad de acabar con la mala racha de diez partidos sin ganar jugando en su hermoso estadio, complica aún más el poder jugar tranquilamente. Vaya que José Saturnino Cardozo tiene un gran problema por resolver. El juego continuaba igual, las llegadas de uno y otro eran iguales, pero uno sabía que las probabilidades de que se concretaran estaban más del lado de Santos que del de las Chivas y, así, al minuto 77, el “Cabecita” Jonathan Rodríguez remató un extraordinario servicio de Julio Furch, para sentenciar el juego elevando a once las fechas en que Chivas no puede ganar como local.

Hasta pronto amigo.