En el corazón del que fuera uno de los barrios más bravos de Tampico, nació la devoción del mayor fervor católico, que reúne cada año a miles de personas para mostrar la veneración por su fe: la Iglesia San Juanita. Y aunque miles de visitantes acuden en octubre al templo de la colonia Cascajal en Tampico, en veneración a San Judas Tadeo, la parroquia tiene la advocación a la Virgen de San Juan de los Lagos.
En 1960 inició la construcción de la iglesia San Juanita de Tampico tal como la conocemos hoy
La fiesta patronal original del templo es el 15 de agosto, cuando se realizó la solemne coronación canónica de la virgen, es decir, el reconocimiento a la devoción popular de la imagen. Para lo cual este año tendrá diversos eventos a partir del 6 y hasta el 15 de agosto, donde se incluye una peregrinación este último día.
La iglesia de San Juanita, como se le conoce desde que se estableció el templo, a mitad de las década de 1940, ha sido un referente del fervor religioso tampiqueño. Se destinó el predio junto a la plaza, en 1930, durante los años de urbanización del famoso barrio, que se había fundado a principios del siglo pasado.
Las bellas torres del templo que destacan desde las lomas, antes de llegar a la colonia, empezaron a ser edificadas a partir de 1960, fue una capilla de madera, que empezó a crecer a la par del fervor de los vecinos, que realizaban la fiesta a la patrona de San Juan de los Lagos.
El padre “Chepe” de la iglesia San Juanita de Tampico: locutor, promotor del deporte y del santo de “las causas difíciles”
Durante muchos años, hasta 1981, todos los trámites de esta iglesia se realizaban en la Catedral, al ser una capilla y será en la primera mitad de los años de 1960 cuando se inicia la construcción del templo, tal como se le conoce hasta ahora y a partir de 1969, queda bajo la batuta de un sacerdote que marcó a toda la feligresía del popular barrio y de zonas vecinas: el padre José Hernández Álvarez.
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El padre “Chepe”, como lo conocieron los cientos de habitantes que acudían a la misa todos los domingos, fue un personaje dentro y fuera de la iglesia, pues inició las fiestas de San Judas Tadeo, en ese templo, a inicios de 1970, hace 50 años; además de realizar las de la Virgen de San Juan de los Lagos, que ya eran muy populares en esa década.
“Gracias al entusiasmo del padre Hernández, San Judas Tadeo, el “santo de las causas difíciles” comenzó a tener una veneración como pocas veces se había visto, antes muy pocas personas le tenían devoción, pero al darlo a conocer a la gente, la población lo fue tomando en su fe, pues el padre entendía mucho a su feligresía, apoyaba a muchas personas y estaba atento a los problemas de la colonia y era un gran promotor no solo de la fe, sino también del deporte”.
Comenta Don Felipe Martínez Lucero, quien se hizo compadre del sacerdote, pues “el padrino de confirmación de un ahijado no llegó y el padre se ofreció para ser el padrino, desde entonces ya llevábamos una amistad que fue creciendo con los años, pues el cura no se quedaba en la iglesia, sino que salía al barrio”.
“El padre hacía equipos de beisbol y fútbol con niños, narraba partidos desde el estadio Tamaulipas, organizaba las fiestas patronales de la Virgen y de San Judas Tadeo, acudía a las casas de la gente, gestionaba entre comerciantes del mercado y líderes petroleros para que estas festividades fueran lo mejor posible para la feligresía”, añade.
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Virgen del San Juan de los Lagos, San Judas Tadeo y sacerdotes que han sido pilares de la iglesia San Juanita de Tampico
Siempre se han tenido las festividades en agosto a la Virgen de San Juan de los Lagos, pero el templo de San Juanita también es uno de los más visitados por la feligresía católica durante la fiesta a San Judas Tadeo el 28 de octubre, caracterizándose por ser de las más coloridas desde hace décadas, desde que el Padre Hernández instauró los fuegos pirotécnicos y las verbenas, sobre la calle Emilio Carranza.
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“Gracias al trabajo de promoción que le dio a las festividades de San Judas, la iglesia de San Juanita empezó a tener una gran celebración, con peregrinaciones, festivales, quema de castillos, incluso llegó a venir artistas como Marco Antonio Muñiz a cantar a la iglesia y durante muchos años se logró que fueran unas fiestas muy bonitas”, comenta.
Cuando murió el padre José Hernández, añade Felipe Martínez, fue en el templo de San Juanita,en el cual estuvo como sacerdote más de 3 décadas, donde que fue sepultado y hasta ese espacio acudían muchos de sus feligreses a “consultarlo”. Después, hace 4 años, sus restos fueron movidos al templo de las Mercedes y luego a la Catedral.
Iglesia San Juanita de Tampico, templo de tradiciones
En esa pintoresca colonia, de personajes populares y alegría por la vida, un singular sacerdote inició una travesía en la tradiciones del puerto, que hoy continua y que convoca a nombre de lo divino a la esperanza de un milagro.
Tradición que sigue y se renueva con la llegada de otros curas, como el padre Jorge Orizaba, luego el cura Eduardo Robledo y actualmente el presbítero Juan de Jesús Maya Reyes, que hacen la fe por San Juanita y San Judas siga creciendo en cada vez más corazones.
