/ martes 28 de julio de 2020

Cambiavía | La amortajada: entre el amor y la soledad

María Luisa Bombal comparte junto con Gabriela Mistral, el honor de ser consideradas como las mejores plumas de la literatura chilena. Se debe agregar también que la Bombal, junto con Juan Rulfo, gestaron un estilo literario al que tiempo después se le llamó realismo mágico.

Por su elevación poética y el tratamiento de la fantasía, así como por el uso exagerado de las percepciones sensoriales, la obra de Bombal, se la relaciona con la narrativa de Katherine Mansfield y Virginia Woolf.

Nació en Viña del mar, Chile, el 8 de junio de 1910. Desde muy pequeña mostró dos grandes aficiones: la admiración por la naturaleza y la lectura. Tiempo después viajó a Francia y estudió en el Colegio de Notre Dame y, más tarde, en La Sorbone. Obtuvo la licenciatura en letras con una tesis sobre Prosper Mérimée.

En 1933 viajó a la Argentina con Pablo Neruda y su esposa Maruca Hagenaar. Allí conoció a Federico García Lorca, Alfonsina Storni, Jorge Luis Borges (quien se convertiría en su mejor amigo).

En 1935 aparece la primera edición de La última niebla publicada por Editorial Sur, que dirigía Victoria Ocampo. En 1938 Sur le publica la primera edición de La amortajada, novela que goza de mayor éxito que la primera.

En 1942 obtiene el Premio Municipal de Novela por la obra La amortajada. Durante esta época siguió escribiendo, sobre todo obras de teatro. Publicó La historia de María Griselda en 1946, y trabajó para la UNESCO.

En diciembre de 1969 falleció su esposo y al poco tiempo partió a Buenos Aires. Las penas y el alcohol debilitaron su salud. María Luisa Bombal murió el 6 de mayo de 1980, en completa soledad, en una sala común de un hospital público, sin haber obtenido el Premio Nacional de Literatura.

La obra inédita de María Luisa Bombal fue recopilada y publicada en conjunto con sus novelas más conocidas, dieciséis años después, por Lucía Guerra, bajo el título de Obras completas.

El caso que me interesa compartir con Usted, amable lector, es un acercamiento, breve, a La amortajada; la historia es la siguiente: La protagonista es una mujer que se halla en un estado de consciencia extraordinariamente lúcido, yace muerta en un lecho rodeado por las personas que tuvieron algún vínculo en su vida.

El tiempo de la obra transcurre en veinticuatro horas, las que por tradición dura la velación del difunto, y este evento se lleva a cabo en su propia casa. En ese lapso la amortajada recuerda su existencia, reviviendo las pasiones que la hicieron altiva, dura y obstinada.

El fracaso de su primera relación amorosa con Ricardo, el aborto del hijo de aquél, un suicidio frustrado, su rechazo a la fe católica y la denigración que sufrió a manos de Fernando, su amor platónico. La estructura de la novela desvela lentamente sus sentimientos y sus pasiones.

La atmósfera de la novela se va construyendo de acuerdo con las personas que visitan el féretro, personas que le hacen recordar su vida, el amor fracasado: “Los hombres, ellos, logran poner su pasión en otras cosas. Pero el destino de las mujeres es remover una pena de amor en una casa ordenada, ante una tapicería inconclusa. Sufro, sufro de ti como de una herida constantemente abierta”.

Pero a fin de cuentas no fue sólo el primer fracaso, de hecho lo fueron todos los intentos por ser feliz al lado de un hombre. “El amor se me ha escurrido, se me escurría siempre, como se escurre el agua de entre las manos cerradas”.

Y de ahí a la obsesión por la muerte: “Muy lejos de las casas me detuve, al fin; saqué el arma de la manga de mi abrigo, la palpé, recelosa, como a una pequeña bestia aturdida que pide retroceder y morder.

Con infinitas precauciones me la apoyé contra la sien, contra el corazón. Luego bruscamente disparé contra un árbol”.

Este ambiente de abandono, de recuerdo, de dependencia hacia la figura varonil, de enorme soledad, se refuerza con la penetración de la naturaleza y las descripciones de su casa, otra de sus obsesiones, describir lo natural, pero especialmente aquello que te traslada a lo lúgubre, lo inexplorado, a los sitios abandonados.

Otras de las características de la novela son las reiteraciones que de pronto se convierten en verdaderas obsesiones: “El día quema horas, minutos, segundos”.

María Luisa Bombal establece líneas concretas del surrealismo, estilo del que habrán de abrevar los grandes escritores latinoamericanos, especialmente Rulfo, quien según cuenta Beatriz Espejo: al conocer la obra de la Bombal, decide eliminar como personaje protagónico a Susana San Juan, para dar vida al “rencor vivo”: Pedro Páramo.

La amortajada es, finalmente, una novela de amor y soledad: “No se duerme impunemente tantas noches al lado de un hombre joven y enamorado.

Necesitaba su calor, su abrazo, todo el hostigoso amor que había repudiado”. Una lectura indispensable, no lo dude.

María Luisa Bombal comparte junto con Gabriela Mistral, el honor de ser consideradas como las mejores plumas de la literatura chilena. Se debe agregar también que la Bombal, junto con Juan Rulfo, gestaron un estilo literario al que tiempo después se le llamó realismo mágico.

Por su elevación poética y el tratamiento de la fantasía, así como por el uso exagerado de las percepciones sensoriales, la obra de Bombal, se la relaciona con la narrativa de Katherine Mansfield y Virginia Woolf.

Nació en Viña del mar, Chile, el 8 de junio de 1910. Desde muy pequeña mostró dos grandes aficiones: la admiración por la naturaleza y la lectura. Tiempo después viajó a Francia y estudió en el Colegio de Notre Dame y, más tarde, en La Sorbone. Obtuvo la licenciatura en letras con una tesis sobre Prosper Mérimée.

En 1933 viajó a la Argentina con Pablo Neruda y su esposa Maruca Hagenaar. Allí conoció a Federico García Lorca, Alfonsina Storni, Jorge Luis Borges (quien se convertiría en su mejor amigo).

En 1935 aparece la primera edición de La última niebla publicada por Editorial Sur, que dirigía Victoria Ocampo. En 1938 Sur le publica la primera edición de La amortajada, novela que goza de mayor éxito que la primera.

En 1942 obtiene el Premio Municipal de Novela por la obra La amortajada. Durante esta época siguió escribiendo, sobre todo obras de teatro. Publicó La historia de María Griselda en 1946, y trabajó para la UNESCO.

En diciembre de 1969 falleció su esposo y al poco tiempo partió a Buenos Aires. Las penas y el alcohol debilitaron su salud. María Luisa Bombal murió el 6 de mayo de 1980, en completa soledad, en una sala común de un hospital público, sin haber obtenido el Premio Nacional de Literatura.

La obra inédita de María Luisa Bombal fue recopilada y publicada en conjunto con sus novelas más conocidas, dieciséis años después, por Lucía Guerra, bajo el título de Obras completas.

El caso que me interesa compartir con Usted, amable lector, es un acercamiento, breve, a La amortajada; la historia es la siguiente: La protagonista es una mujer que se halla en un estado de consciencia extraordinariamente lúcido, yace muerta en un lecho rodeado por las personas que tuvieron algún vínculo en su vida.

El tiempo de la obra transcurre en veinticuatro horas, las que por tradición dura la velación del difunto, y este evento se lleva a cabo en su propia casa. En ese lapso la amortajada recuerda su existencia, reviviendo las pasiones que la hicieron altiva, dura y obstinada.

El fracaso de su primera relación amorosa con Ricardo, el aborto del hijo de aquél, un suicidio frustrado, su rechazo a la fe católica y la denigración que sufrió a manos de Fernando, su amor platónico. La estructura de la novela desvela lentamente sus sentimientos y sus pasiones.

La atmósfera de la novela se va construyendo de acuerdo con las personas que visitan el féretro, personas que le hacen recordar su vida, el amor fracasado: “Los hombres, ellos, logran poner su pasión en otras cosas. Pero el destino de las mujeres es remover una pena de amor en una casa ordenada, ante una tapicería inconclusa. Sufro, sufro de ti como de una herida constantemente abierta”.

Pero a fin de cuentas no fue sólo el primer fracaso, de hecho lo fueron todos los intentos por ser feliz al lado de un hombre. “El amor se me ha escurrido, se me escurría siempre, como se escurre el agua de entre las manos cerradas”.

Y de ahí a la obsesión por la muerte: “Muy lejos de las casas me detuve, al fin; saqué el arma de la manga de mi abrigo, la palpé, recelosa, como a una pequeña bestia aturdida que pide retroceder y morder.

Con infinitas precauciones me la apoyé contra la sien, contra el corazón. Luego bruscamente disparé contra un árbol”.

Este ambiente de abandono, de recuerdo, de dependencia hacia la figura varonil, de enorme soledad, se refuerza con la penetración de la naturaleza y las descripciones de su casa, otra de sus obsesiones, describir lo natural, pero especialmente aquello que te traslada a lo lúgubre, lo inexplorado, a los sitios abandonados.

Otras de las características de la novela son las reiteraciones que de pronto se convierten en verdaderas obsesiones: “El día quema horas, minutos, segundos”.

María Luisa Bombal establece líneas concretas del surrealismo, estilo del que habrán de abrevar los grandes escritores latinoamericanos, especialmente Rulfo, quien según cuenta Beatriz Espejo: al conocer la obra de la Bombal, decide eliminar como personaje protagónico a Susana San Juan, para dar vida al “rencor vivo”: Pedro Páramo.

La amortajada es, finalmente, una novela de amor y soledad: “No se duerme impunemente tantas noches al lado de un hombre joven y enamorado.

Necesitaba su calor, su abrazo, todo el hostigoso amor que había repudiado”. Una lectura indispensable, no lo dude.