/ martes 25 de septiembre de 2018

EL BALÓN DE LA DISCORDIA

El tópico es mentira, o como mínimo una grandísima falacia... El cáncer se cura a tiempo.


Voy a parecer exagerado pero todo lo malo crece, porque en el momento en que aparece no se hace nada por eliminarlo... Mucho he hablado de la trágica y triste historia de Zeljko Raznatovic, jefe de la ultra del Estrella Roja de Belgrado, que fuera contratado por la policía, convirtiendo a su barra de ultras en grupo de choque al que se le atribuyen más de 2,000 asesinatos. Este alboroto provocado en los enfrentamientos del Dínamo de Zagreb y el Estrella Roja de Belgrado, se trata de un hecho de violencia étnica, cuyo pretexto fue el partido de futbol jugado el 13 de mayo de 1990 en el estadio Makimir de Zagreb, entre los Bad Blue Boys (del Dínamo de Zagreb) y los Belije (Héroes o Valientes, del Estrella Roja de Belgrado).

La tensión entre estos dos clubes declarados rivales y que representaban a los dos principales Estados Federativos (Croacia y Serbia), había sido siempre elevada. En 1990 la situación empeoró debido a las tensiones y el clima político que posteriormente acabaría con Yugoslavia. Se celebraron elecciones libres en la mayoría de los partidos socialistas que ya venían tocados tras el fracaso de la XIV Liga de los Comunistas Yugoslavos y fueron prácticamente expulsados en favor de partidos nacionalistas en cada una de las Repúblicas Federadas. Las elecciones en Croacia daban como ganadora a la Unión Democrática Croata, de Franjo Tudman. Eslovenia y Croacia, bajo la nueva dirección, eran las fuerzas principales para reorganizar Yugoslavia en una confederación, sin embargo Serbia, con la jefatura de Slobodan Milosevic, intentó mantener el sistema comunista en toda Yugoslavia, buscando unas elecciones libres hombre por voto, dada la mayoría de población serbia en Yugoslavia.

Esto suponía que Serbia tendría el poder en el nuevo estado, a lo que se oponían croatas y eslovenos. Aproximadamente 2,000 “Delije”, ahora conocidos como los “Tigres” de Arkan, hicieron el viaje a Zagreb dirigidos por Zeijko Raznatovic. En el estadio Maksmir había 20 mil espectadores. Ya se habían sucedido reyertas en las calles de Zagreb entre los simpatizantes del Dínamo y del Estrella Roja. Sin embargo lo principal ocurrió dentro del estadio cuando los “Tigres” comenzaron a agredir a los seguidores del Dínamo con asientos y armas blancas, entonando himnos amenazantes y diciendo que Zagreb era de Serbia y que matrían a Tudman. Los BBB indignados saltaron al campo siendo atacados inmediatamente por la policía empleando gas lacrimógeno.

En medio del caos, varios jugadores del Dínamo permanecieron en el campo, mientras que los del Estrella Roja enfilaron rápido hacia el túnel de vestuarios. Zvonimir Boban, el capitán del Dínamo, se fue sobre un policía que atacó a un seguidor del Dínamo con una patada voladora. El BBB salió en defensa de Boban actuando como escoltas del jugador. Por eso, el futbolista es considerado como un símbolo de resistencia en Croacia. La Asociación de Futbol Yugoslava suspendió a Boban por seis meses acusado de delitos criminales,. aunque el policía musulmán al que atacó lo perdonó públicamente. Con lo que se marcó el fin de la primera Liga Yugoslava de Futbol, antes de que la región cayera en una guerra étnica fraticida.

En una publicación de Diego E. Barros dice: El futbol no une: divide... Y lo hace como solo puede hacerlo una guerra, solo tienen que asomarse un fin de semana a cualquier campo y escuchar a los niños, aquello a lo que Luis Aragonés llama “la guerra psicológica”. Lo que sueltan por la boca algunos notables padres y madres de familia, solo comparable al intercambio lingüístico de una a otra vera de la línea del “frente” (en guerra). El futbol es un juego convertido en deporte, transformado en negocio tamizado de espectáculo.

En manos del hombre es un lugar al que se viene a ganar o perder. Y del que pierde, nos acordamos solo lo que tarda el árbitro en detener el partido declarando al vencedor. Por eso es la guerra en ocasiones, más importante. En 1914, el gobierno inglés suspendió todas las competencias deportivas, con excepción del futbol. La temporada 14-15 se jugó completa porque los ingleses creían que la guerra duraría unas semanas y no vislumbraban la matanza que se avecinaba. En 1914 se creo la Football Batallion, iniciativa para reclutar a futbolistas par defender al país. Muchos jugadores perdieron la vida. Los que se negaron como Jeremy Hogan, eran traidores a los que solo el tiempo y el futbol perdonaron.

En mucho de esto hemos visto una violencia provocada por una ideología, sin embargo, lo de Zeljko Raznatovic raya en un fanatismo que ya funcionaba antes de que iniciara la Guerra de los Balcanes, 2,000 almas rondan el estadio Maksimir, cuyo pecado mayor fue el disfrutar que el Dínamo de Zagreb venció al Estrella Roja, irreverencia que hasta los árbitros pagaban. Antes de iniciar la Guerra de los Balcanes, Zeljko Raznatovic pudo haber sido detenido, pero una vez que se unió a la policía los juegos del Estrella Roja eran una guerra, y si hoy no se para a las barras regiomontanas, aparecerá un nuevo Arkan invencible para manchar de sangre los estadios mexicanos... Los males se atacan a tiempo.


Hasta pronto amigo.

El tópico es mentira, o como mínimo una grandísima falacia... El cáncer se cura a tiempo.


Voy a parecer exagerado pero todo lo malo crece, porque en el momento en que aparece no se hace nada por eliminarlo... Mucho he hablado de la trágica y triste historia de Zeljko Raznatovic, jefe de la ultra del Estrella Roja de Belgrado, que fuera contratado por la policía, convirtiendo a su barra de ultras en grupo de choque al que se le atribuyen más de 2,000 asesinatos. Este alboroto provocado en los enfrentamientos del Dínamo de Zagreb y el Estrella Roja de Belgrado, se trata de un hecho de violencia étnica, cuyo pretexto fue el partido de futbol jugado el 13 de mayo de 1990 en el estadio Makimir de Zagreb, entre los Bad Blue Boys (del Dínamo de Zagreb) y los Belije (Héroes o Valientes, del Estrella Roja de Belgrado).

La tensión entre estos dos clubes declarados rivales y que representaban a los dos principales Estados Federativos (Croacia y Serbia), había sido siempre elevada. En 1990 la situación empeoró debido a las tensiones y el clima político que posteriormente acabaría con Yugoslavia. Se celebraron elecciones libres en la mayoría de los partidos socialistas que ya venían tocados tras el fracaso de la XIV Liga de los Comunistas Yugoslavos y fueron prácticamente expulsados en favor de partidos nacionalistas en cada una de las Repúblicas Federadas. Las elecciones en Croacia daban como ganadora a la Unión Democrática Croata, de Franjo Tudman. Eslovenia y Croacia, bajo la nueva dirección, eran las fuerzas principales para reorganizar Yugoslavia en una confederación, sin embargo Serbia, con la jefatura de Slobodan Milosevic, intentó mantener el sistema comunista en toda Yugoslavia, buscando unas elecciones libres hombre por voto, dada la mayoría de población serbia en Yugoslavia.

Esto suponía que Serbia tendría el poder en el nuevo estado, a lo que se oponían croatas y eslovenos. Aproximadamente 2,000 “Delije”, ahora conocidos como los “Tigres” de Arkan, hicieron el viaje a Zagreb dirigidos por Zeijko Raznatovic. En el estadio Maksmir había 20 mil espectadores. Ya se habían sucedido reyertas en las calles de Zagreb entre los simpatizantes del Dínamo y del Estrella Roja. Sin embargo lo principal ocurrió dentro del estadio cuando los “Tigres” comenzaron a agredir a los seguidores del Dínamo con asientos y armas blancas, entonando himnos amenazantes y diciendo que Zagreb era de Serbia y que matrían a Tudman. Los BBB indignados saltaron al campo siendo atacados inmediatamente por la policía empleando gas lacrimógeno.

En medio del caos, varios jugadores del Dínamo permanecieron en el campo, mientras que los del Estrella Roja enfilaron rápido hacia el túnel de vestuarios. Zvonimir Boban, el capitán del Dínamo, se fue sobre un policía que atacó a un seguidor del Dínamo con una patada voladora. El BBB salió en defensa de Boban actuando como escoltas del jugador. Por eso, el futbolista es considerado como un símbolo de resistencia en Croacia. La Asociación de Futbol Yugoslava suspendió a Boban por seis meses acusado de delitos criminales,. aunque el policía musulmán al que atacó lo perdonó públicamente. Con lo que se marcó el fin de la primera Liga Yugoslava de Futbol, antes de que la región cayera en una guerra étnica fraticida.

En una publicación de Diego E. Barros dice: El futbol no une: divide... Y lo hace como solo puede hacerlo una guerra, solo tienen que asomarse un fin de semana a cualquier campo y escuchar a los niños, aquello a lo que Luis Aragonés llama “la guerra psicológica”. Lo que sueltan por la boca algunos notables padres y madres de familia, solo comparable al intercambio lingüístico de una a otra vera de la línea del “frente” (en guerra). El futbol es un juego convertido en deporte, transformado en negocio tamizado de espectáculo.

En manos del hombre es un lugar al que se viene a ganar o perder. Y del que pierde, nos acordamos solo lo que tarda el árbitro en detener el partido declarando al vencedor. Por eso es la guerra en ocasiones, más importante. En 1914, el gobierno inglés suspendió todas las competencias deportivas, con excepción del futbol. La temporada 14-15 se jugó completa porque los ingleses creían que la guerra duraría unas semanas y no vislumbraban la matanza que se avecinaba. En 1914 se creo la Football Batallion, iniciativa para reclutar a futbolistas par defender al país. Muchos jugadores perdieron la vida. Los que se negaron como Jeremy Hogan, eran traidores a los que solo el tiempo y el futbol perdonaron.

En mucho de esto hemos visto una violencia provocada por una ideología, sin embargo, lo de Zeljko Raznatovic raya en un fanatismo que ya funcionaba antes de que iniciara la Guerra de los Balcanes, 2,000 almas rondan el estadio Maksimir, cuyo pecado mayor fue el disfrutar que el Dínamo de Zagreb venció al Estrella Roja, irreverencia que hasta los árbitros pagaban. Antes de iniciar la Guerra de los Balcanes, Zeljko Raznatovic pudo haber sido detenido, pero una vez que se unió a la policía los juegos del Estrella Roja eran una guerra, y si hoy no se para a las barras regiomontanas, aparecerá un nuevo Arkan invencible para manchar de sangre los estadios mexicanos... Los males se atacan a tiempo.


Hasta pronto amigo.