/ miércoles 17 de octubre de 2018

Es tiempo de transiciones, Brasil y Argentina también se renuevan.

Sin Messi por primera vez, Argentina se vio distinta, y Brasil sin Alves y sin Marcelo, igual.

Corre el tiempo, vuela y va ligero, y erraría el que pidiese o que el tiempo ya se fuese o volviese el tiempo ya... Reza así la famosa glosa de don Quijote de la Mancha y es muy cierta. Hace un año, mi inolvidable amigo Víctor Goldaracena Castelán, adelantándose en el camino, se reunía con Nuestro Señor, en donde nos espera en compañía de otros no menos queridos que coincidieron con su partida: Raúl Pomares, Rodolfo “Popo” Atencio y Alberto “Veracruz” Aguilar. Hoy a las 19:00 horas, se oficiará una misa en memoria de Víctor, en la capilla de la Santa Cruz. Sí, parece que fue ayer, así es el tiempo, y no tenemos más remedio que matarlo y aun esto, si uno lo piensa, es lo que siempre hacemos. A todos los amigos de Víctor, los invito a que lo acompañemos mañana en el lugar y hora señalados.

Qué delicia es disfrutar un partido de futbol bien jugado, y más cuando se presta para que encontremos argumentos que refuercen algunas de las observaciones que hemos hecho al respecto. En este caso, confirmo mi opinión de que Tigres juega igual que Brasil. Fríos, calculadores, pacientes y disciplinados. Brasil, ahora ante Argentina, hizo todo eso sin prisa alguna, y sin mostrar desesperación. La diferencia de este Brasil con el pentacampeón, es que carece de un cambiador de rítmo, como Didí, Pelé, Gerson, Rivelino, Rivaldo, Deco, Kaká y Ronaldinho, ahora juegan lento sin que Neymar, el más completo de todos los actuales amarillos, logre explotar como lo hacían aquellos.

De Argentina, se ha reforzado mi idea de que mucho les favorecería el cortarse el ombligo con Messi, de la misma forma en que Luis Aragonés cortó el de Raúl con España para que lograran la Eurocopa 98 y el Campeonato del Mundo 2010. Hoy Argentina ha hecho un tan espléndido juego, que para nada se pareció al que recién le vimos en Rusia. Era desesperante ver al imponente ataque brasileño estrellarse una y otra vez contra la muralla defensiva albiceleste. Increíblemente Otamendi, otras veces víctima de mi crítica, lució hoy como el líder del cuadro argentino que, secundado por un jovencito Zanabria, anuló totalmente a Neymar.

Brasil jugó hoy sin Marcelo, y podemos decir que su función de atacante sí que fue extrañada, aunque hoy ganaron, cosa que no lograron imponer en Rusia ni aun agregando a Dany Alves. Lo mismo dirán los adoradores de Messi, ya que jugando bien Argentina, solamente le faltó el gol. Pero igual ocurrió con España, que cuando encontró a Villa reencontró el gol que perdió con la salida de Raúl, porque Raúl no dependía de España, sino al contrario, España dependía de Raúl igual que Argentina de Messi. Si todo lo que se dice de Icardi es cierto, estamos por ver el resurgimiento de Argentina, pues es el clásico matador del que hoy carecen.

El gol del triunfo brasileño cayó en el minuto 90+3, cuando Neymar fue despojado del balón por su sombra Saravia, quien echo el balón a tiro de esquina, mismo que cobró el brasileño con un centro fuerte a primer palo, para que Miranda, solitario, hiciera inútil la salida de Alison, que totalmente en desventaja, aunque hay quien dice que no salió a tiempo, nada podía hacer ante la exactitud del centro y la entrada a rematar en solitario de Miranda. Uno a cero para Brasil ya sobre el tiempo, un juego en donde ambos equipos tuvieron oportunidades que fueron frustradas por el buen oficio de los defensores.

Y por la noche nos instalamos en el estadio La Corregidora de Querétaro, para ver una nueva versión del México vs. Chile, ahora con Tuca Ferreti al frente del Tricolor. Chile, que recién ha sufrido con el negativo 0-3 ante Perú, la pesada crítica de la comunicación especializada y más aún de la hinchada chilena, saltó al terreno con la incertidumbre que ocasiona la transición en la dirección técnica, que aún no logra establecer su criterio y que sobre esa base se ve obligado a no perder, notándose en la falta de confianza de sus jugadores, que pareciera que a la hora de atacar se preocupan más por no quedar mal parados si al arriesgar pierden el balón. Así, cada equipo ha creado una oportunidad, la de México errada por Marco Fabián y la de Chile por una extraordinaria parada de Hugo González, finalizando la primera parte sin goles.

En el segundo tiempo, se evidenció la baja forma de Marco Fabián, perdiéndose la media cancha, tardándose el Tuca en corregir, hasta que ya dominados por Chile, entraron en esa zona Aguirre, Gutiérrez y Brizuela, sin que ninguno de los tres pesara en el juego. Ya antes Hugo había evitado que un buen remate chileno se colara realizando una buena desviada, pero ya sobre el tiempo, atacó igual otro balón y en lugar de echarlo fuera, lo rechazó al centro, en donde Nico Castillo lo refundió para sentenciar el juego. Buena actuación que decayó cuando la línea media se quebró.

Hasta pronto amigo.


Sin Messi por primera vez, Argentina se vio distinta, y Brasil sin Alves y sin Marcelo, igual.

Corre el tiempo, vuela y va ligero, y erraría el que pidiese o que el tiempo ya se fuese o volviese el tiempo ya... Reza así la famosa glosa de don Quijote de la Mancha y es muy cierta. Hace un año, mi inolvidable amigo Víctor Goldaracena Castelán, adelantándose en el camino, se reunía con Nuestro Señor, en donde nos espera en compañía de otros no menos queridos que coincidieron con su partida: Raúl Pomares, Rodolfo “Popo” Atencio y Alberto “Veracruz” Aguilar. Hoy a las 19:00 horas, se oficiará una misa en memoria de Víctor, en la capilla de la Santa Cruz. Sí, parece que fue ayer, así es el tiempo, y no tenemos más remedio que matarlo y aun esto, si uno lo piensa, es lo que siempre hacemos. A todos los amigos de Víctor, los invito a que lo acompañemos mañana en el lugar y hora señalados.

Qué delicia es disfrutar un partido de futbol bien jugado, y más cuando se presta para que encontremos argumentos que refuercen algunas de las observaciones que hemos hecho al respecto. En este caso, confirmo mi opinión de que Tigres juega igual que Brasil. Fríos, calculadores, pacientes y disciplinados. Brasil, ahora ante Argentina, hizo todo eso sin prisa alguna, y sin mostrar desesperación. La diferencia de este Brasil con el pentacampeón, es que carece de un cambiador de rítmo, como Didí, Pelé, Gerson, Rivelino, Rivaldo, Deco, Kaká y Ronaldinho, ahora juegan lento sin que Neymar, el más completo de todos los actuales amarillos, logre explotar como lo hacían aquellos.

De Argentina, se ha reforzado mi idea de que mucho les favorecería el cortarse el ombligo con Messi, de la misma forma en que Luis Aragonés cortó el de Raúl con España para que lograran la Eurocopa 98 y el Campeonato del Mundo 2010. Hoy Argentina ha hecho un tan espléndido juego, que para nada se pareció al que recién le vimos en Rusia. Era desesperante ver al imponente ataque brasileño estrellarse una y otra vez contra la muralla defensiva albiceleste. Increíblemente Otamendi, otras veces víctima de mi crítica, lució hoy como el líder del cuadro argentino que, secundado por un jovencito Zanabria, anuló totalmente a Neymar.

Brasil jugó hoy sin Marcelo, y podemos decir que su función de atacante sí que fue extrañada, aunque hoy ganaron, cosa que no lograron imponer en Rusia ni aun agregando a Dany Alves. Lo mismo dirán los adoradores de Messi, ya que jugando bien Argentina, solamente le faltó el gol. Pero igual ocurrió con España, que cuando encontró a Villa reencontró el gol que perdió con la salida de Raúl, porque Raúl no dependía de España, sino al contrario, España dependía de Raúl igual que Argentina de Messi. Si todo lo que se dice de Icardi es cierto, estamos por ver el resurgimiento de Argentina, pues es el clásico matador del que hoy carecen.

El gol del triunfo brasileño cayó en el minuto 90+3, cuando Neymar fue despojado del balón por su sombra Saravia, quien echo el balón a tiro de esquina, mismo que cobró el brasileño con un centro fuerte a primer palo, para que Miranda, solitario, hiciera inútil la salida de Alison, que totalmente en desventaja, aunque hay quien dice que no salió a tiempo, nada podía hacer ante la exactitud del centro y la entrada a rematar en solitario de Miranda. Uno a cero para Brasil ya sobre el tiempo, un juego en donde ambos equipos tuvieron oportunidades que fueron frustradas por el buen oficio de los defensores.

Y por la noche nos instalamos en el estadio La Corregidora de Querétaro, para ver una nueva versión del México vs. Chile, ahora con Tuca Ferreti al frente del Tricolor. Chile, que recién ha sufrido con el negativo 0-3 ante Perú, la pesada crítica de la comunicación especializada y más aún de la hinchada chilena, saltó al terreno con la incertidumbre que ocasiona la transición en la dirección técnica, que aún no logra establecer su criterio y que sobre esa base se ve obligado a no perder, notándose en la falta de confianza de sus jugadores, que pareciera que a la hora de atacar se preocupan más por no quedar mal parados si al arriesgar pierden el balón. Así, cada equipo ha creado una oportunidad, la de México errada por Marco Fabián y la de Chile por una extraordinaria parada de Hugo González, finalizando la primera parte sin goles.

En el segundo tiempo, se evidenció la baja forma de Marco Fabián, perdiéndose la media cancha, tardándose el Tuca en corregir, hasta que ya dominados por Chile, entraron en esa zona Aguirre, Gutiérrez y Brizuela, sin que ninguno de los tres pesara en el juego. Ya antes Hugo había evitado que un buen remate chileno se colara realizando una buena desviada, pero ya sobre el tiempo, atacó igual otro balón y en lugar de echarlo fuera, lo rechazó al centro, en donde Nico Castillo lo refundió para sentenciar el juego. Buena actuación que decayó cuando la línea media se quebró.

Hasta pronto amigo.