/ sábado 17 de abril de 2021

Hablemos de tecnología | Mirando al futuro

Hay algo que nadie se atreve a escribir de las crisis, y es que al igual que las guerras son impulsoras forzosas claro está, de la innovación. Porque muchas de las mejores cosas que hoy disfrutamos son la evolución de tecnologías que alguna vez fueron pensadas para hacerle daño a otras personas, pero que hoy, nos brindan comodidad, modernidad e incluso irónicamente seguridad.

Y como siempre he sostenido, amigo lector, la tecnología es un arma de doble filo, igual que un cuchillo puede ser usado para cortar las redes que amenazan una vida o simplemente para cegarla. Hoy las condiciones de aislamiento nos han puesto a pensar como civilización y como especie más que nunca, que debemos de concentrar muchos de nuestros esfuerzos en desarrollar los medios que nos permitan migrar a otros lugares más allá de nuestro planeta.

Pero las posibilidades tecnológicas reales actuales para poder dejar el planeta son teóricas, aunque no estamos tan lejos como podría pensarse, quiero compartir con usted algunas de las principales teorías de como podría ser este futuro desde el punto de vista tecnológico.

Construir una o varias estaciones espaciales, es un tema que ya tenemos medianamente perfeccionado, porque por sorprendente que parezca lo hemos hecho no una, sino cinco veces ya en nuestra historia: Saliout-1, SkyLab, Mir, ISS y Shenzhou. Según la NASA, “Una estación espacial es una construcción artificial diseñada para hacer actividades en el espacio exterior, con muy diversos fines. Se distingue de otra nave espacial tripulada por su carencia de un sistema de propulsión principal (en lugar de eso, otros vehículos son utilizados como transporte desde y hacia la estación), y de medios de aterrizaje. Las estaciones espaciales están destinadas a orbitar la Tierra.” Lo destacable – y a la vez lamentable de este tema – es que sería inviable como alternativa para una población “grande”, la mayoría de estas estaciones apenas si pueden mantener un máximo de 10 personas al mismo tiempo y contando permanentemente con un sustento constante desde la tierra.

Colonizar la Luna. Sueño de muchos, e inspiración de la ciencia ficción, el hecho de poner estaciones permanentes en nuestro satélite artificial y vivir en ellas por tiempo indefinido ha sido uno de los proyectos de los gobiernos de las grandes potencias por décadas, sus enormes costos y escaso capital político han sido sus principales obstáculos, sin contar también con que las condiciones imperantes en nuestro satélite no son ni de lejos las adecuadas para sostener la vida, sin poder tener agricultura o ganadería, no podríamos generar de entrada biomas sostenibles, y a eso debemos sumarle que somos una especie que requiere de enormes cantidades de agua dulce para poder sobrevivir. Personalmente, soy de los entusiastas de la ciencia que se resisten a pensar que la luna haya sido alguna vez parte del planeta tierra y que un evento de magnitud planetaria la haya desprendido de un golpe, pudiera ser una formación producto de la dinámica centro espacial, o incluso como algunos se han atrevido a especular, de origen artificial ¿Bastante curioso no lo cree?.

Construir un nuevo mundo. Por difícil que pudiera llegar a creerse es una de las alternativas que varios científicos y grandes empresarios (Elon Musk) han llegado a poner sobre la mesa. Terraformar un planeta como Marte por ejemplo, sería por mucho la empresa más grande que se haya planteado nuestra civilización, ya que consiste en cambiar de manera paulatina las condiciones de terreno, atmósfera y temperatura de todo un planeta para adecuarlo lo más parecido a las que tiene el nuestro, esto a través de eventos físicos que provoquen estos cambios a gran escala, a escala planetaria para ser precisos, una especie de efecto invernadero – somos expertos en ello- para crear una atmósfera, pero, ¿Qué sí se puede hacer? Con los recursos suficientes se podría en algunos lustros, el principal obstáculo actual es la escasez de CO2 en dicho plantea, compuesto indispensable para la regulación de su temperatura, respecto al agua, ya sabes que existe, no mucha, pero sí la necesaria para sostener a una población relativamente grande.

Estas son solo algunas de las maneras en las que nos planteamos emigrar en el futuro, hay otras como la posibilidad de poder trasladar nuestra mente a formatos digitales que no tengan por ejemplo que alimentarse o vivir en condiciones amigables para la vida orgánica, pero esas aún están más del lado de la utopía que las antes expuestas.

Cuidemos lo que amamos, mientras aún lo tenemos, porque sólo cuando lo perdamos, es que seremos conscientes de lo felices que éramos, y sin hipocresías, sí lo sabíamos.

  • Facebook: www.facebook.com/soylalodelatorre
  • Twitter: @lalodelatorreg
  • Correo: tecnologia@lalodelatorre.com


Lo importante no es mantenerse vivo sino mantenerse humanoGeorge Orwell



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Hay algo que nadie se atreve a escribir de las crisis, y es que al igual que las guerras son impulsoras forzosas claro está, de la innovación. Porque muchas de las mejores cosas que hoy disfrutamos son la evolución de tecnologías que alguna vez fueron pensadas para hacerle daño a otras personas, pero que hoy, nos brindan comodidad, modernidad e incluso irónicamente seguridad.

Y como siempre he sostenido, amigo lector, la tecnología es un arma de doble filo, igual que un cuchillo puede ser usado para cortar las redes que amenazan una vida o simplemente para cegarla. Hoy las condiciones de aislamiento nos han puesto a pensar como civilización y como especie más que nunca, que debemos de concentrar muchos de nuestros esfuerzos en desarrollar los medios que nos permitan migrar a otros lugares más allá de nuestro planeta.

Pero las posibilidades tecnológicas reales actuales para poder dejar el planeta son teóricas, aunque no estamos tan lejos como podría pensarse, quiero compartir con usted algunas de las principales teorías de como podría ser este futuro desde el punto de vista tecnológico.

Construir una o varias estaciones espaciales, es un tema que ya tenemos medianamente perfeccionado, porque por sorprendente que parezca lo hemos hecho no una, sino cinco veces ya en nuestra historia: Saliout-1, SkyLab, Mir, ISS y Shenzhou. Según la NASA, “Una estación espacial es una construcción artificial diseñada para hacer actividades en el espacio exterior, con muy diversos fines. Se distingue de otra nave espacial tripulada por su carencia de un sistema de propulsión principal (en lugar de eso, otros vehículos son utilizados como transporte desde y hacia la estación), y de medios de aterrizaje. Las estaciones espaciales están destinadas a orbitar la Tierra.” Lo destacable – y a la vez lamentable de este tema – es que sería inviable como alternativa para una población “grande”, la mayoría de estas estaciones apenas si pueden mantener un máximo de 10 personas al mismo tiempo y contando permanentemente con un sustento constante desde la tierra.

Colonizar la Luna. Sueño de muchos, e inspiración de la ciencia ficción, el hecho de poner estaciones permanentes en nuestro satélite artificial y vivir en ellas por tiempo indefinido ha sido uno de los proyectos de los gobiernos de las grandes potencias por décadas, sus enormes costos y escaso capital político han sido sus principales obstáculos, sin contar también con que las condiciones imperantes en nuestro satélite no son ni de lejos las adecuadas para sostener la vida, sin poder tener agricultura o ganadería, no podríamos generar de entrada biomas sostenibles, y a eso debemos sumarle que somos una especie que requiere de enormes cantidades de agua dulce para poder sobrevivir. Personalmente, soy de los entusiastas de la ciencia que se resisten a pensar que la luna haya sido alguna vez parte del planeta tierra y que un evento de magnitud planetaria la haya desprendido de un golpe, pudiera ser una formación producto de la dinámica centro espacial, o incluso como algunos se han atrevido a especular, de origen artificial ¿Bastante curioso no lo cree?.

Construir un nuevo mundo. Por difícil que pudiera llegar a creerse es una de las alternativas que varios científicos y grandes empresarios (Elon Musk) han llegado a poner sobre la mesa. Terraformar un planeta como Marte por ejemplo, sería por mucho la empresa más grande que se haya planteado nuestra civilización, ya que consiste en cambiar de manera paulatina las condiciones de terreno, atmósfera y temperatura de todo un planeta para adecuarlo lo más parecido a las que tiene el nuestro, esto a través de eventos físicos que provoquen estos cambios a gran escala, a escala planetaria para ser precisos, una especie de efecto invernadero – somos expertos en ello- para crear una atmósfera, pero, ¿Qué sí se puede hacer? Con los recursos suficientes se podría en algunos lustros, el principal obstáculo actual es la escasez de CO2 en dicho plantea, compuesto indispensable para la regulación de su temperatura, respecto al agua, ya sabes que existe, no mucha, pero sí la necesaria para sostener a una población relativamente grande.

Estas son solo algunas de las maneras en las que nos planteamos emigrar en el futuro, hay otras como la posibilidad de poder trasladar nuestra mente a formatos digitales que no tengan por ejemplo que alimentarse o vivir en condiciones amigables para la vida orgánica, pero esas aún están más del lado de la utopía que las antes expuestas.

Cuidemos lo que amamos, mientras aún lo tenemos, porque sólo cuando lo perdamos, es que seremos conscientes de lo felices que éramos, y sin hipocresías, sí lo sabíamos.

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