/ lunes 8 de enero de 2024

La madriguera del lobo | Oposición y gobiernos

Además de desearles un extraordinario año 2024, me gustaría hacer una reflexión oportuna sobre lo que desde un punto de vista significa para la ciudadanía el papel que juegan la llamada OPOSICIÓN y los gobiernos en turno.

Lo que desde la perspectiva de la sociedad mexicana deben representar ambas posiciones, para la presencia permanente de sus actividades y, desde luego, de frente a un periodo electoral que está por venir.

A los GOBIERNOS en turno electos les toca tomar las decisiones, con base en la confianza, para la cual fueron electos en los tres niveles de administración, con las consecuencias que les resulte de dicha gestión, pero a la OPOSICIÓN (es decir, a los partidos políticos unidos en fórmula, alianzas o por sí solos) también le corresponde hacer su parte, porque de eso depende tener un balance sano en la democracia.

Para dejarlo más claro, los GOBIERNOS están obligados a tener no solamente gestiones transparentes, deberán ser exitosos y eficientes para TODOS, por la confianza de quienes votaron por ellos, porque los recursos que financian toda la operación de proyectos, sueldos, obras y administración son generados por los ingresos que aporta la ciudadanía; entonces también se deben a ellos, ya en el ejercicio de sus funciones gobiernan para el pueblo, con presupuesto público.

Sin embargo, hay algo que debe quedarnos muy claro: la antes mencionada OPOSICIÓN, tiene también la obligación ética y moral de responder con la misma transparencia, con categoría y contundencia, para rendir cuentas no solamente a sus simpatizantes o militantes. Tienen la obligación de rendir cuentas a las y los mexicanas, porque también sus nóminas, vehículos, viáticos y propaganda, entre otros rubros, se gasta con DINERO PÚBLICO, del mismo pueblo.

Me parece que quien piense que los partidos políticos que en algún momento les toca ser oposición, únicamente tienen obligación de cumplir las expectativas de sus militantes o simpatizantes, y que solamente a ellos afecta y por lo tanto esos mismos grupos son los que pueden juzgarlos, incurren en un error serio que puede ser que motive la falta de resultados de sus propios partidos, al no tener estos una crítica constructiva y exitosa que los obligue a dar resultados dignos con contundencia y categoría en cada una de sus acciones, porque para eso están contemplados en nuestro sistema político, no es una “gracia” que lo hagan bien, están moralmente comprometidos a hacerlo bien.

Lo anterior significa en cualquier democracia y desde luego nuestro país, fundamentalmente que eso permita al menos dos situaciones prioritarias: COMPETITIVIDAD del gobierno en turno, porque estará en el esfuerzo permanente de dar resultados, pero también significa EQUILIBRIO y que en una posible alternancia, como ha sucedido en México, el compromiso del manejo de cuentas de la propia administración tenga mucho más transparencia, equilibrio y ÉXITO. Ese es el objetivo.

No se vale solamente decirle a la gente “salte a votar”, porque parece que le trasladan la obligación a los ciudadanos a los que no les pagan por votar (básicamente), son ellos, los partidos políticos y la llamada OPOSICIÓN los que tienen la obligación de generar para ellos mismos y sus militantes un ánimo de participación con campañas electorales de muy buen nivel, ellos, los candidatos, los partidos, tienen una posición y una etiqueta institucional para poder hacerlo y lo que se gasten en las campañas es dinero de México.

Ni siquiera es justo para los militantes o simpatizantes en los partidos de oposición que se lleven en su decadencia a la propia gente que confía en ellos, que no cobra y que la conviertan así en parte de su decadencia, por malas decisiones que solamente les corresponde a ellos tomar, porque más allá de un tema de ideología de cualquier partido esta nuestro país.

Reflexión final: ¿se seguirá oyendo que hay más de 23 o 25 millones de pesos en malas campañas? No está bien para nadie.

Hasta pronto.


Además de desearles un extraordinario año 2024, me gustaría hacer una reflexión oportuna sobre lo que desde un punto de vista significa para la ciudadanía el papel que juegan la llamada OPOSICIÓN y los gobiernos en turno.

Lo que desde la perspectiva de la sociedad mexicana deben representar ambas posiciones, para la presencia permanente de sus actividades y, desde luego, de frente a un periodo electoral que está por venir.

A los GOBIERNOS en turno electos les toca tomar las decisiones, con base en la confianza, para la cual fueron electos en los tres niveles de administración, con las consecuencias que les resulte de dicha gestión, pero a la OPOSICIÓN (es decir, a los partidos políticos unidos en fórmula, alianzas o por sí solos) también le corresponde hacer su parte, porque de eso depende tener un balance sano en la democracia.

Para dejarlo más claro, los GOBIERNOS están obligados a tener no solamente gestiones transparentes, deberán ser exitosos y eficientes para TODOS, por la confianza de quienes votaron por ellos, porque los recursos que financian toda la operación de proyectos, sueldos, obras y administración son generados por los ingresos que aporta la ciudadanía; entonces también se deben a ellos, ya en el ejercicio de sus funciones gobiernan para el pueblo, con presupuesto público.

Sin embargo, hay algo que debe quedarnos muy claro: la antes mencionada OPOSICIÓN, tiene también la obligación ética y moral de responder con la misma transparencia, con categoría y contundencia, para rendir cuentas no solamente a sus simpatizantes o militantes. Tienen la obligación de rendir cuentas a las y los mexicanas, porque también sus nóminas, vehículos, viáticos y propaganda, entre otros rubros, se gasta con DINERO PÚBLICO, del mismo pueblo.

Me parece que quien piense que los partidos políticos que en algún momento les toca ser oposición, únicamente tienen obligación de cumplir las expectativas de sus militantes o simpatizantes, y que solamente a ellos afecta y por lo tanto esos mismos grupos son los que pueden juzgarlos, incurren en un error serio que puede ser que motive la falta de resultados de sus propios partidos, al no tener estos una crítica constructiva y exitosa que los obligue a dar resultados dignos con contundencia y categoría en cada una de sus acciones, porque para eso están contemplados en nuestro sistema político, no es una “gracia” que lo hagan bien, están moralmente comprometidos a hacerlo bien.

Lo anterior significa en cualquier democracia y desde luego nuestro país, fundamentalmente que eso permita al menos dos situaciones prioritarias: COMPETITIVIDAD del gobierno en turno, porque estará en el esfuerzo permanente de dar resultados, pero también significa EQUILIBRIO y que en una posible alternancia, como ha sucedido en México, el compromiso del manejo de cuentas de la propia administración tenga mucho más transparencia, equilibrio y ÉXITO. Ese es el objetivo.

No se vale solamente decirle a la gente “salte a votar”, porque parece que le trasladan la obligación a los ciudadanos a los que no les pagan por votar (básicamente), son ellos, los partidos políticos y la llamada OPOSICIÓN los que tienen la obligación de generar para ellos mismos y sus militantes un ánimo de participación con campañas electorales de muy buen nivel, ellos, los candidatos, los partidos, tienen una posición y una etiqueta institucional para poder hacerlo y lo que se gasten en las campañas es dinero de México.

Ni siquiera es justo para los militantes o simpatizantes en los partidos de oposición que se lleven en su decadencia a la propia gente que confía en ellos, que no cobra y que la conviertan así en parte de su decadencia, por malas decisiones que solamente les corresponde a ellos tomar, porque más allá de un tema de ideología de cualquier partido esta nuestro país.

Reflexión final: ¿se seguirá oyendo que hay más de 23 o 25 millones de pesos en malas campañas? No está bien para nadie.

Hasta pronto.