/ jueves 17 de enero de 2019

No todo lo que brilla es oro

Siempre la primera impresión suele ser muy engañosa

Tanto en el Clausura 2019 como en la Copa MX, dos partidos jugados arrojan poca información como para ponernos a pronosticar. El equipo que más información nos ha arrojado es el Cruz Azul, que mantiene una consistencia mayor a la de los demás, consistencia negativa claro. Caixinha sabe muy bien lo que pretende. Él busca un equipo similar a Tigres, que sea frío y que busque en la circulación del balón la economía calórica, que permita que sus jugadores estén siempre más frescos que los contrarios, algo parecido a lo que hace el Real Madrid cuando alinea a sus titulares.

Ignorantes de lo que Pedro quiere, nosotros vemos a un once apático, opaco, tan triste como un invernal día gris, igual a lo que nos tiene acostumbrados el Tuca. La diferencia es que, una cosa es Cauteruccio y Caraglio y otra Gignac y Valencia y, es a eso a lo que se refiere Caixinha cuando nos dice, el equipo juega muy bien, solo le falta la definición. Puede que sea así y, que siendo yo, amante del juego movidito, me ponga muy exigente porque los dos mastodontes que la Máquina tiene por goleadores, en velocidad, no le ganan un balón ni a una tortuga.

Tampoco entiendo que los cruzazulinos y sus seguidores, depositen en un solo jugador el orden y la dinámica de la Máquina, Antes tenían a Vaca y, sin ganar nada, al menos estaban satisfechos con el equilibrio que el muchacho daba al equipo. De pronto llegó Marcone y se notó que dos siempre será más que uno. El equipo entonces funcionó tan bien, que las constantes llegadas estériles de Méndez y Elías, como lo siguen siendo, no producían nada. Peeeero... Vaca y Marcone daban al equipo una invencibilidad que se enquistó, pero los que ahorita parecen malos ya desde entonces lo parecían.

En el América el equilibrio es más permanente, porque teniendo a Guido Rodríguez y a Matheus Uribe, cuentan además con el todoterreno Edson Álvarez y con Joe Benny Corona, que ya no está con las Águilas, pero que junto a Edson cumplió con la condición de los equipos poderosos, que cuentan con dos jugadores titulares para cada posición, algo que cumplen cabalmente los dos equipos regiomontanos, Tigres con Pizarro y Carioca, que si se indisponen son suplidos por Dueñas y Sierra, o el Monterrey con Rodríguez y González, que pueden ser suplidos eficazmente por Ortiz y Molina, que ahora es chiva. Pero si se van ustedes al centro del ataque y los comparan con los de estos equipos, encontrarán ahí una falla mayor a la producida por la ausencia de Marcone.

Recién hacía comparación de las plantillas de hace diez años respecto de las actuales y encontré la del Cruz Azul que no cantaba mal las rancheras, terminando cuarto en la tabla general, para calificar a Liguilla, siendo eliminado por el Pachuca. Aquel equipo contaba con Oscar Pérez, Julio César Valdivia, Yosgar Gutiérrez, Alberto Rodríguez, Joel Huiqui, Julio César Domínguez, Israel López, Gerardo Torrado, Cristian Riveros, Richard Núñez, Edgar Andrade, Miguel Sabah, Joaquín Beltrán, Gregorio Torres, Rogelio Chávez, Roberto Juárez, César Villaluz, César Delgado, Denis Caniza, Adrián Cortés, Gerardo Lugo, Alberto Orozco, Alberto Velazco, José María Ramírez, Armando Márquez y Jared Borgetti. ¿Cómo la ven? ¿Mejor que la actual? Yo creo que sí, pero igual que tantas otras, también mordió el polvo.

Y otras veces las Chivas nos han entusiasmado con magníficos inicios, que igual que muchos de sus partidos, nos brindan un formidable primer tiempo en el que toman ventaja para después irse apagando poco a poco para terminar perdiendo, o igual realizan una primera buena mitad de torneo, para caerse después. Así que para mí, que no soy seguidor de Chivas, este inicio aún no me dice nada. Vaya, ni el América con sus 22 juegos consecutivos sin perder, acaba por convencerme. Aunque debo reconocer que por ejemplo en el juego de Copa reciente contra el Necaxa, por primera vez sus jóvenes valores me han decepcionado al perderse cualquier cantidad de pases sencillos, centros y remates a gol.

Y cierro mi propuesta donde afirmo que dos partidos jugados no son en este momento un confiable apoyo para aventurar resultados futuros, analizando al otro de los cuatro equipos más gastalones de la Liga MX: el Monterrey. Recién salido de la más terrible racha de lesiones en mucho tiempo, que sin embargo no les impidió calificar, para caer ante Pumas, alineando a un grupo de convalecientes totalmente fuera de forma y rítmo, que aún no pueden mostrarse en su mejor nivel, nos regalan una brillantísima engañosa y casual goleada al Pachuca, para después ponerse facilmente 2-0 y verse alcanzados inexplicablemente por el León, por el que tampoco podemos echar a volar las campanas. No amigos lectores, esperemos un poco más a que las nubes se disipen y aparezca el sol.

Hasta pronto amigos.

Siempre la primera impresión suele ser muy engañosa

Tanto en el Clausura 2019 como en la Copa MX, dos partidos jugados arrojan poca información como para ponernos a pronosticar. El equipo que más información nos ha arrojado es el Cruz Azul, que mantiene una consistencia mayor a la de los demás, consistencia negativa claro. Caixinha sabe muy bien lo que pretende. Él busca un equipo similar a Tigres, que sea frío y que busque en la circulación del balón la economía calórica, que permita que sus jugadores estén siempre más frescos que los contrarios, algo parecido a lo que hace el Real Madrid cuando alinea a sus titulares.

Ignorantes de lo que Pedro quiere, nosotros vemos a un once apático, opaco, tan triste como un invernal día gris, igual a lo que nos tiene acostumbrados el Tuca. La diferencia es que, una cosa es Cauteruccio y Caraglio y otra Gignac y Valencia y, es a eso a lo que se refiere Caixinha cuando nos dice, el equipo juega muy bien, solo le falta la definición. Puede que sea así y, que siendo yo, amante del juego movidito, me ponga muy exigente porque los dos mastodontes que la Máquina tiene por goleadores, en velocidad, no le ganan un balón ni a una tortuga.

Tampoco entiendo que los cruzazulinos y sus seguidores, depositen en un solo jugador el orden y la dinámica de la Máquina, Antes tenían a Vaca y, sin ganar nada, al menos estaban satisfechos con el equilibrio que el muchacho daba al equipo. De pronto llegó Marcone y se notó que dos siempre será más que uno. El equipo entonces funcionó tan bien, que las constantes llegadas estériles de Méndez y Elías, como lo siguen siendo, no producían nada. Peeeero... Vaca y Marcone daban al equipo una invencibilidad que se enquistó, pero los que ahorita parecen malos ya desde entonces lo parecían.

En el América el equilibrio es más permanente, porque teniendo a Guido Rodríguez y a Matheus Uribe, cuentan además con el todoterreno Edson Álvarez y con Joe Benny Corona, que ya no está con las Águilas, pero que junto a Edson cumplió con la condición de los equipos poderosos, que cuentan con dos jugadores titulares para cada posición, algo que cumplen cabalmente los dos equipos regiomontanos, Tigres con Pizarro y Carioca, que si se indisponen son suplidos por Dueñas y Sierra, o el Monterrey con Rodríguez y González, que pueden ser suplidos eficazmente por Ortiz y Molina, que ahora es chiva. Pero si se van ustedes al centro del ataque y los comparan con los de estos equipos, encontrarán ahí una falla mayor a la producida por la ausencia de Marcone.

Recién hacía comparación de las plantillas de hace diez años respecto de las actuales y encontré la del Cruz Azul que no cantaba mal las rancheras, terminando cuarto en la tabla general, para calificar a Liguilla, siendo eliminado por el Pachuca. Aquel equipo contaba con Oscar Pérez, Julio César Valdivia, Yosgar Gutiérrez, Alberto Rodríguez, Joel Huiqui, Julio César Domínguez, Israel López, Gerardo Torrado, Cristian Riveros, Richard Núñez, Edgar Andrade, Miguel Sabah, Joaquín Beltrán, Gregorio Torres, Rogelio Chávez, Roberto Juárez, César Villaluz, César Delgado, Denis Caniza, Adrián Cortés, Gerardo Lugo, Alberto Orozco, Alberto Velazco, José María Ramírez, Armando Márquez y Jared Borgetti. ¿Cómo la ven? ¿Mejor que la actual? Yo creo que sí, pero igual que tantas otras, también mordió el polvo.

Y otras veces las Chivas nos han entusiasmado con magníficos inicios, que igual que muchos de sus partidos, nos brindan un formidable primer tiempo en el que toman ventaja para después irse apagando poco a poco para terminar perdiendo, o igual realizan una primera buena mitad de torneo, para caerse después. Así que para mí, que no soy seguidor de Chivas, este inicio aún no me dice nada. Vaya, ni el América con sus 22 juegos consecutivos sin perder, acaba por convencerme. Aunque debo reconocer que por ejemplo en el juego de Copa reciente contra el Necaxa, por primera vez sus jóvenes valores me han decepcionado al perderse cualquier cantidad de pases sencillos, centros y remates a gol.

Y cierro mi propuesta donde afirmo que dos partidos jugados no son en este momento un confiable apoyo para aventurar resultados futuros, analizando al otro de los cuatro equipos más gastalones de la Liga MX: el Monterrey. Recién salido de la más terrible racha de lesiones en mucho tiempo, que sin embargo no les impidió calificar, para caer ante Pumas, alineando a un grupo de convalecientes totalmente fuera de forma y rítmo, que aún no pueden mostrarse en su mejor nivel, nos regalan una brillantísima engañosa y casual goleada al Pachuca, para después ponerse facilmente 2-0 y verse alcanzados inexplicablemente por el León, por el que tampoco podemos echar a volar las campanas. No amigos lectores, esperemos un poco más a que las nubes se disipen y aparezca el sol.

Hasta pronto amigos.