/ domingo 22 de noviembre de 2020

Ocurrencias del futbol | Ahora me conozco y siento dentro de mí una paz superior

El "Tata" poco a poco establece un estilo de juego inédito que nos complace... "Así somos"

En busca de la identidad... Existen numerosos factores que justifican el hecho de que algunos países hayan conservado un estilo propio de juego. Las condiciones físicas y las distintas mentalidades de los futbolistas que cambian de un país a otro, los diferentes gustos del público, la escuela creada por los grandes equipos, jugadores destacados o técnicos que marcaron una época e incluso los factores climáticos y culturales, hacen que el futbol presente unas peculiaridades características que lo distinguen de unas naciones a otras.

El futbol nació en las islas británicas y es lógico deducir que de ahí surgieron las dos primeras grandes corrientes de este deporte: el estilo escocés que a grandes rasgos se identificaba por su apego al pase corto y, el estilo inglés, más propenso a los desplazamientos largos del balón. De estas dos escuelas se derivaron sucesivamente todas las demás (centroeuropea, latina y sudamericana), que incorporaron elementos propios a los originales estilos británicos.

Al igual que ocurrió con las tácticas que en el transcurso de los años han ido ganando adeptos o perdiéndolos hasta crearse una cierta universalización de los esquemas, con los estilos ha pasado algo parecido aunque no de forma tan acusada. El tradicional futbol eurolatino se ha visto muy influenciado por la presencia de grandes jugadores extranjeros que tanto en Italia como en España, sobre todo a partir de los años 50, dejaron el sello de su futbol excepcional.

Pero a diferencia de lo que ha ocurrido con las tácticas que algunos clubes han sabido adaptarlas con éxito, el estilo de juego es mucho más difícil de cambiar, porque cualquier modificación topa no sólo con la mentalidad de los jugadores, sino con la del público, reacio a admitir escuelas distintas a las del futbol de su país. Esta oposición a admitir un estilo de juego diferente al propio es lo que acarreó serias críticas a Juan Carlos Lorenzo en Argentina, pese a sus éxitos al frente del Boca Juniors (igual que ocurrió con Antonio Mohamed "El Turco", quien fuera destituido del América a pesar de haberlo hecho Campeón, porque a sus seguidores no les gustaba cómo jugaba).

También la hinchada brasileña, tan orgullosa de su futbol, se opuso al estilo que Claudio Coutinho trató de introducir en la selección tricampeona del mundo en ocasión del Mundial de Argentina de 1978. Coutinho pretendió, sin lograrlo, que Brasil variase un poco su estilo para moverse en el campo con la eficacia de las selecciones que Alemania y Holanda habían demostrado en 1974. Sin embargo, la seria oposición de la crítica, los aficionados y la de algunos significados jugadores de su selección le hicieron desistir de su empeño.

Hasta que la selección uruguaya asombró al mundo en los Juegos Olímpicos celebrados en 1924 en París, se consideraba que el mejor fut-bol del mundo lo practicaban los escoceses. Desde los lejanos tiempos en que el llamado Queen's Park introdujo la práctica del pase corto, tanto la selección escocesa como los clubes de esta nación conservaron y perfeccionaron ese estilo, que también ganó adeptos en la Europa continental.

Para jugar con pases cortos cada jugador era arropado de cerca por uno o dos compañeros de equipo. De este modo se trenzaban en combinaciones "tuya-mía", cuando la progresión se hacía entre dos o triangulaciones, si en el avance intervenían tres elementos. Este sistema de apoyos les servía a los equipos escoceses para superar los marcajes individuales y, a su vez, les hacía efectivos en defensa, ya que cada jugador que se viera superado por un adversario contaba con otro u otros dos compañeros que acudían en su ayuda.

El estilo inglés, a diferencia, impuesto desde un comienzo, se basó en largos desplazamientos de balón buscando los espacios libres, para que ahí fuera controlado por un compañero capaz de anticiparse a la defensa por velocidad y empuje. El vigor, las condiciones atléticas de los jugadores y la agresividad eran características del futbol inglés que ha perdurado a lo largo de toda su historia.

El primer equipo que impuso en Inglaterra el pase largo como norma habitual de su juego fue el Arsenal de los años 30, que dirigía Herbert Chapmana. Pese a que contaba con valiosos elementos escoceses, el estilo se ha considerado genuinamente inglés. El Arsenal, primer equipo en el mundo que utilizó la táctica de la W-M, se replegaba sobre su área con numerosos efectivos y contraatacaba con pocos, pero precisos desplazamientos del balón que pillaban a contrapié al equipo contrario.

Continuaremos mañana con este importante tema, tan necesario para nosotros que hemos carecido por años de un sello característico. Admiramos al Guadalajara, pero ningún equipo los imita en su estilo, nos regocijamos con el juego del León, pero sin emularlo, Tigres tiene un estilo de juego mientras que el Monterrey, que comparte la ciudad con aquellos, no se les parece en nada. Pero lo peor es que México carece de identidad, porque cada seleccionador, tratando de imponer su sello, lo pierde cuando otro lo sustituye.

Hasta pronto amigo.

El "Tata" poco a poco establece un estilo de juego inédito que nos complace... "Así somos"

En busca de la identidad... Existen numerosos factores que justifican el hecho de que algunos países hayan conservado un estilo propio de juego. Las condiciones físicas y las distintas mentalidades de los futbolistas que cambian de un país a otro, los diferentes gustos del público, la escuela creada por los grandes equipos, jugadores destacados o técnicos que marcaron una época e incluso los factores climáticos y culturales, hacen que el futbol presente unas peculiaridades características que lo distinguen de unas naciones a otras.

El futbol nació en las islas británicas y es lógico deducir que de ahí surgieron las dos primeras grandes corrientes de este deporte: el estilo escocés que a grandes rasgos se identificaba por su apego al pase corto y, el estilo inglés, más propenso a los desplazamientos largos del balón. De estas dos escuelas se derivaron sucesivamente todas las demás (centroeuropea, latina y sudamericana), que incorporaron elementos propios a los originales estilos británicos.

Al igual que ocurrió con las tácticas que en el transcurso de los años han ido ganando adeptos o perdiéndolos hasta crearse una cierta universalización de los esquemas, con los estilos ha pasado algo parecido aunque no de forma tan acusada. El tradicional futbol eurolatino se ha visto muy influenciado por la presencia de grandes jugadores extranjeros que tanto en Italia como en España, sobre todo a partir de los años 50, dejaron el sello de su futbol excepcional.

Pero a diferencia de lo que ha ocurrido con las tácticas que algunos clubes han sabido adaptarlas con éxito, el estilo de juego es mucho más difícil de cambiar, porque cualquier modificación topa no sólo con la mentalidad de los jugadores, sino con la del público, reacio a admitir escuelas distintas a las del futbol de su país. Esta oposición a admitir un estilo de juego diferente al propio es lo que acarreó serias críticas a Juan Carlos Lorenzo en Argentina, pese a sus éxitos al frente del Boca Juniors (igual que ocurrió con Antonio Mohamed "El Turco", quien fuera destituido del América a pesar de haberlo hecho Campeón, porque a sus seguidores no les gustaba cómo jugaba).

También la hinchada brasileña, tan orgullosa de su futbol, se opuso al estilo que Claudio Coutinho trató de introducir en la selección tricampeona del mundo en ocasión del Mundial de Argentina de 1978. Coutinho pretendió, sin lograrlo, que Brasil variase un poco su estilo para moverse en el campo con la eficacia de las selecciones que Alemania y Holanda habían demostrado en 1974. Sin embargo, la seria oposición de la crítica, los aficionados y la de algunos significados jugadores de su selección le hicieron desistir de su empeño.

Hasta que la selección uruguaya asombró al mundo en los Juegos Olímpicos celebrados en 1924 en París, se consideraba que el mejor fut-bol del mundo lo practicaban los escoceses. Desde los lejanos tiempos en que el llamado Queen's Park introdujo la práctica del pase corto, tanto la selección escocesa como los clubes de esta nación conservaron y perfeccionaron ese estilo, que también ganó adeptos en la Europa continental.

Para jugar con pases cortos cada jugador era arropado de cerca por uno o dos compañeros de equipo. De este modo se trenzaban en combinaciones "tuya-mía", cuando la progresión se hacía entre dos o triangulaciones, si en el avance intervenían tres elementos. Este sistema de apoyos les servía a los equipos escoceses para superar los marcajes individuales y, a su vez, les hacía efectivos en defensa, ya que cada jugador que se viera superado por un adversario contaba con otro u otros dos compañeros que acudían en su ayuda.

El estilo inglés, a diferencia, impuesto desde un comienzo, se basó en largos desplazamientos de balón buscando los espacios libres, para que ahí fuera controlado por un compañero capaz de anticiparse a la defensa por velocidad y empuje. El vigor, las condiciones atléticas de los jugadores y la agresividad eran características del futbol inglés que ha perdurado a lo largo de toda su historia.

El primer equipo que impuso en Inglaterra el pase largo como norma habitual de su juego fue el Arsenal de los años 30, que dirigía Herbert Chapmana. Pese a que contaba con valiosos elementos escoceses, el estilo se ha considerado genuinamente inglés. El Arsenal, primer equipo en el mundo que utilizó la táctica de la W-M, se replegaba sobre su área con numerosos efectivos y contraatacaba con pocos, pero precisos desplazamientos del balón que pillaban a contrapié al equipo contrario.

Continuaremos mañana con este importante tema, tan necesario para nosotros que hemos carecido por años de un sello característico. Admiramos al Guadalajara, pero ningún equipo los imita en su estilo, nos regocijamos con el juego del León, pero sin emularlo, Tigres tiene un estilo de juego mientras que el Monterrey, que comparte la ciudad con aquellos, no se les parece en nada. Pero lo peor es que México carece de identidad, porque cada seleccionador, tratando de imponer su sello, lo pierde cuando otro lo sustituye.

Hasta pronto amigo.