/ domingo 13 de junio de 2021

Ocurrencias del futbol | La columna vertebral

Igual que lo pidió Tena con Corona, Salcido y Peralta, Lozano va con Ochoa, Romo y Henri.

El sentido del equilibrio es fun damental en el futbol, desde el punto de vista del jugador como del conjunto. En este último aspecto se dice que un equipo está equilibrado cuando tiene los jugadores capacitados para las características que exige cada uno de los puestos. Pero para alcanzar este equilibrio, previamente hay que consolidar el armazón, hay que definir la columna vertebral. Y esta no es más que la línea que une la portería propia con la punta del ataque, pasando por la defensa y el centro del campo. (Se sugiere que entre el jugador más atrasado y el más adelantado, existen 45 metros). Estos son cuatro puntos de apoyo, cuatro ejes , sobre los que giran todas las evoluciones del equipo y, en consecuencia se hace fundamental poseer en cada uno de ellos los elementos adecuados. En otras palabras, el equipo que logre cubrir con garantías la portería, el eje de la cobertura, el centro de la medular y la punta del ataque, lo tiene casi todo ganado.

Si Brasil reunió en México 70, uno de los mejores ataques de todos los tiempos, Alemania Federal contó en la Eurocopa de 1972, con la mejor columna vertebral. En la portería estaba Sepp Maier, seguro, dominador, casi infranqueable. En el eje de la cobertura estaba, Franz Beckenbauer, uno de los grandes jugadores de todos los tiempos, que contó además con la colaboración del gigantesco stopper Swarzenbeck, poco académico pero muy efectivo. En el centro del campo Gunter Netzer y arriba, con el gatillo siempre a punto, Gerd Müller. Es decir, una columna vertebral que mandó en el futbol europeo y en el mundial, tanto a nivel de clubes como de selecciones, durante la primera mitad del decenio de los setenta.

"El juego sin balón". Dentro del juego sin balón hay que diferenciar en principio, entre la actitud en defensa y la actitud en ataque. En el primer caso como es lógico, el oponente controla el balón. Por tanto, se trata de cerrarle el paso para que no pueda evolucionar y quedar en espera de arrebatárselo. Es una labor de marcaje a los elementos del adversario, que se puede llevar a cabo por zonas o individualmente. En el marcaje por zonas cada jugador se mantiene en su demarcación teórica y vigila al adversario que entra en su parcela, sea quien sea. Para defenderse así, la coordinación debe ser milimétrica y el esfuerzo común absoluto, puesto que un mínimo descuido crea un espacio para la penetración del oponente. Este sistema obliga al jugador a multiplicarse constantemente y a no entrar de golpe al adversario que tiene controlado el balón (principio de la retardación) acompañar al contrario impidiéndole pasar el balón hacia adelante, mientras los compañeros se integran. Se trata de ir cerrando espacios para obligar al contrario a dar el pase hacia atrás ante la imposibilidad de poder penetrar y así, en un momento dado , intentar quitarle el balón.

El marcaje por zonas es de hecho el mejor sistema defensivo para un rápido despliegue ofensivo cuando se ha conseguido hacerse de la pelota. Sin embargo, para su perfecta realización es imprescindible poseer una notable técnica. Porque en la retardación, no se entra de golpe al contrario, salvo en situaciones muy desesperadas o muy claras, sino que se juega a molestarle e incordiarle a cierta distancia, forzándolo a evolucionar por el terreno que más nos conviene y adivinarle la intención para anticipársele y no limitarse a despejar (romper) el balón sin más a lo que salga, sino robárselo en condiciones aptas para desprender rápidamente al ataque.

"Marcaje individual". Aparentemente más sólido aunque sin la predisposición ofensiva del marcaje por zonas, es el marcaje individual, en el que cada jugador debe vigilar casi exclusivamente a un determinado elemento del equipo rival. Se trata del clásico marcaje pegajoso en el que el defensor se sitúa materialmente encima de su par, al que sigue sin descanso, sin darle un momento de respiro, donde quiera que vaya. Esta actitud es mucho más acusada en los hombres de la línea de defensas, es decir, en aquellos que deben cuidar a los puntas o teóricos hombres gol del adveresario. Como fácilmente puede advertirse, este sistema tan férreo de marcaje provoca un importante desgaste, tanto físico como psicológico; quien lo practica se ve absolutamente condicionado al adversario y prácticamente anula su propia capacidad creativa, limitándose en cuerpo y alma a funciones solo destructivas. Ello determina que en el momento de hacerse del balón y prepararse para el ataque, su disposición mental no sea la más adecuada. Sin embargo, cuando se reconoce de antemano la superioridad teórica del rival, la defensa en base al marcaje individual es más recomendable que el marcaje por zonas.

De cualquier forma, también en la defensa por zonas hay excepciones: muchas veces para anular a un jugador adversario con especiales características de juego y peligrosidad, se utiliza el control individual a cargo de un determinado elemento, cuya misión especial es no perderlo de vista ni un solo instante. El defensa central marcador, es por definición un marcador individual que basa casi todo su quehacer en anular al delantero más en punto, es decir, el ariete. Siempre ha habido perros de presa y, por supuesto continúa habiéndolos en el futbol moderno. Un ejemplo sobresaliente del "policeman half", lo han sido Nobby Stiles de Inglaterra y Genaro Gatusso de Italia.

Todo esto lo podemos corroborar en las competencias internacionales importantes, que se están celebrando tanto en Europa como en Sudamérica, con la Eurocopa de Naciones, que después del campeonato Mundial de Futbol, es la competencia futbolística de mayor importancia para el público y, que es el mejor escenario para encontrar la práctica de todo lo que hemos estado comentando y, que en menor intensidad podemos observar también en la Copa de Oro de la Concacaf.

Hasta pronto amigo.

Igual que lo pidió Tena con Corona, Salcido y Peralta, Lozano va con Ochoa, Romo y Henri.

El sentido del equilibrio es fun damental en el futbol, desde el punto de vista del jugador como del conjunto. En este último aspecto se dice que un equipo está equilibrado cuando tiene los jugadores capacitados para las características que exige cada uno de los puestos. Pero para alcanzar este equilibrio, previamente hay que consolidar el armazón, hay que definir la columna vertebral. Y esta no es más que la línea que une la portería propia con la punta del ataque, pasando por la defensa y el centro del campo. (Se sugiere que entre el jugador más atrasado y el más adelantado, existen 45 metros). Estos son cuatro puntos de apoyo, cuatro ejes , sobre los que giran todas las evoluciones del equipo y, en consecuencia se hace fundamental poseer en cada uno de ellos los elementos adecuados. En otras palabras, el equipo que logre cubrir con garantías la portería, el eje de la cobertura, el centro de la medular y la punta del ataque, lo tiene casi todo ganado.

Si Brasil reunió en México 70, uno de los mejores ataques de todos los tiempos, Alemania Federal contó en la Eurocopa de 1972, con la mejor columna vertebral. En la portería estaba Sepp Maier, seguro, dominador, casi infranqueable. En el eje de la cobertura estaba, Franz Beckenbauer, uno de los grandes jugadores de todos los tiempos, que contó además con la colaboración del gigantesco stopper Swarzenbeck, poco académico pero muy efectivo. En el centro del campo Gunter Netzer y arriba, con el gatillo siempre a punto, Gerd Müller. Es decir, una columna vertebral que mandó en el futbol europeo y en el mundial, tanto a nivel de clubes como de selecciones, durante la primera mitad del decenio de los setenta.

"El juego sin balón". Dentro del juego sin balón hay que diferenciar en principio, entre la actitud en defensa y la actitud en ataque. En el primer caso como es lógico, el oponente controla el balón. Por tanto, se trata de cerrarle el paso para que no pueda evolucionar y quedar en espera de arrebatárselo. Es una labor de marcaje a los elementos del adversario, que se puede llevar a cabo por zonas o individualmente. En el marcaje por zonas cada jugador se mantiene en su demarcación teórica y vigila al adversario que entra en su parcela, sea quien sea. Para defenderse así, la coordinación debe ser milimétrica y el esfuerzo común absoluto, puesto que un mínimo descuido crea un espacio para la penetración del oponente. Este sistema obliga al jugador a multiplicarse constantemente y a no entrar de golpe al adversario que tiene controlado el balón (principio de la retardación) acompañar al contrario impidiéndole pasar el balón hacia adelante, mientras los compañeros se integran. Se trata de ir cerrando espacios para obligar al contrario a dar el pase hacia atrás ante la imposibilidad de poder penetrar y así, en un momento dado , intentar quitarle el balón.

El marcaje por zonas es de hecho el mejor sistema defensivo para un rápido despliegue ofensivo cuando se ha conseguido hacerse de la pelota. Sin embargo, para su perfecta realización es imprescindible poseer una notable técnica. Porque en la retardación, no se entra de golpe al contrario, salvo en situaciones muy desesperadas o muy claras, sino que se juega a molestarle e incordiarle a cierta distancia, forzándolo a evolucionar por el terreno que más nos conviene y adivinarle la intención para anticipársele y no limitarse a despejar (romper) el balón sin más a lo que salga, sino robárselo en condiciones aptas para desprender rápidamente al ataque.

"Marcaje individual". Aparentemente más sólido aunque sin la predisposición ofensiva del marcaje por zonas, es el marcaje individual, en el que cada jugador debe vigilar casi exclusivamente a un determinado elemento del equipo rival. Se trata del clásico marcaje pegajoso en el que el defensor se sitúa materialmente encima de su par, al que sigue sin descanso, sin darle un momento de respiro, donde quiera que vaya. Esta actitud es mucho más acusada en los hombres de la línea de defensas, es decir, en aquellos que deben cuidar a los puntas o teóricos hombres gol del adveresario. Como fácilmente puede advertirse, este sistema tan férreo de marcaje provoca un importante desgaste, tanto físico como psicológico; quien lo practica se ve absolutamente condicionado al adversario y prácticamente anula su propia capacidad creativa, limitándose en cuerpo y alma a funciones solo destructivas. Ello determina que en el momento de hacerse del balón y prepararse para el ataque, su disposición mental no sea la más adecuada. Sin embargo, cuando se reconoce de antemano la superioridad teórica del rival, la defensa en base al marcaje individual es más recomendable que el marcaje por zonas.

De cualquier forma, también en la defensa por zonas hay excepciones: muchas veces para anular a un jugador adversario con especiales características de juego y peligrosidad, se utiliza el control individual a cargo de un determinado elemento, cuya misión especial es no perderlo de vista ni un solo instante. El defensa central marcador, es por definición un marcador individual que basa casi todo su quehacer en anular al delantero más en punto, es decir, el ariete. Siempre ha habido perros de presa y, por supuesto continúa habiéndolos en el futbol moderno. Un ejemplo sobresaliente del "policeman half", lo han sido Nobby Stiles de Inglaterra y Genaro Gatusso de Italia.

Todo esto lo podemos corroborar en las competencias internacionales importantes, que se están celebrando tanto en Europa como en Sudamérica, con la Eurocopa de Naciones, que después del campeonato Mundial de Futbol, es la competencia futbolística de mayor importancia para el público y, que es el mejor escenario para encontrar la práctica de todo lo que hemos estado comentando y, que en menor intensidad podemos observar también en la Copa de Oro de la Concacaf.

Hasta pronto amigo.